Especial.

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Que lindo es poder decir que tienes a alguien a tu lado que te ama. Mi felicidad es gigantesca, más grande que  toda Rusia y China juntas. Tener a este chico era lo mejor, le amo demasiado y él a mí. Quiero estar siempre a su lado, quiero que nuestro amor no se consuma jamás. Que sea como una roca.

-Perdón por ser tan petulante, mi amor pero, ¿a poco no luzco guapo? Mas vale que me cuides porque sino me robarán de ti. -dijo guiñando uno de sus ojitos y no pude evitar reír. 

-Por supuesto que luces guapo. Y no digas eso, soy muy celoso. Eres mío, ¿lo olvidas?

-Sí, sí, machote, lo que tú digas.

-Oye y, ¿por qué te arreglas tanto, eh? Sólo iremos al cine.

-Como si no te conociera.

¿Acaso me descubrió?

-¿A qué te refieres? -dije con un ligero tono nervioso, si ya sabía lo que planeaba me iba a sentir mal.

-Eres tan distraído que no te diste cuenta que yo estaba presente mientras reservabas en el Morimoto.

-Bueno, como ya arruinaste mis planes, ya no quiero ir. -me paré de su cama y me dirigí hacia la puerta esperando a que me detuviera. Y así fue.

-Hyung, no seas bobo. Sabes perfectamente que es mi restaurante favorito, quiero ir, vamos, no seas exagerada. 

-¿Acaso escuché mal? -abrí mis ojos indignado- ¿Dijiste exagerada? Ahora verás.

Y como por arte de magia, salió corriendo de la habitación, como si de un niño se tratase. Bueno, lo era. Mi niño.

-No huyas, eso no evitará que recibas una paliza... ¡De cosquillas! -grité- 

 Salí de la habitación, lo busqué por toda la casa y grité su nombre varias veces pero, nada. Ese mocoso se había escondido muy bien. Gruñí. 

De pronto, una idea me cruzó por la mente y reí maleficamente. 

-¡Oh, PD-nim! ¿En serio? ¡Que buena noticia! Me alegraría mucho ver de nuevo a mi familia, a mis amigos, principalmente a esa chica que me presentó mi hermana. Es muy linda, ¿la recuerda?

Y de nuevo, como por arte de magia, apareció el niño regalándome una mirada llena de rabia y, obvio, celos. Hice como si cortara la llamada y le dirigí una linda sonrisa a mi novio. Sabía que amaba mis hoyuelos. 

-Hola, bonito. -volví a sonreír- Que bueno que apareciste, ya me estaba preocupando.

-Qué mierda fue eso de "principalmente a esa chica que me presentó mi hermana"? -imitó mi voz y debo admitir que, casi le sale igual, me reí- No te rías idiota.

Y aproveché la situación para, claro, cobrar mi venganza por llamarme exagerada. Lo tomé en brazos y lo llevé a su habitación, recibiendo reclamos y patadas y manotazos tratando de zafarse. Llegamos a la habitación y lo aventé en su cama. Me subí encima de él y comencé, mi ataque de cosquillas. Ganándome más manotazos pero, eso no importaba porque escuchar su risa, era lo mejor de mi vida. Me cansé y decidí parar, no sin antes tomar sus muñecas y llevarlas arriba de su cabeza. Aprisionándolo. Me sumergí en sus hermosos ojos cafés y lentamente, me acerqué a besarlo. Ya apunto de juntar nuestros labios, mi amoroso novio, tomó mi labio y lo mordió de forma violenta, ocasionando que soltara un gemido de dolor y que lo liberara. 

-Eso te pasa por jugar conmigo.

-Pues que linda forma de hacerlo, eh. -dije mirando mi labio lleno de sangre- Ahora me curas esto.

Por medio de una fanfic - YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora