Por medio de una fanfic - YoonMin

05. Destrozado.

YoonGi

Estoy destrozado, vacío, sin ganas de vivir, simplemente, destrozado. Estoy llegando a pensar que la palabra destrozado ya hasta queda corta.

Desde hace mucho tiempo estoy así, casi un año, tal vez. Todo comenzó cuando vi al pequeño mocoso con el otro mocoso, besándose, abrazándose, como si el mundo dependiera de ello.
Al ver aquella escena sentí como si mi mundo se viniera abajo, rompiendo cada parte de mi ser.
Claro, en ese momento no supe la razón -o no la aceptaba- y ahora que lo sé -o la acepto- me siento un completo idiota.

¿Cómo iba a aceptar tan fácilmente que estaba enamorado de mi compañero de grupo?
Verlo en brazos de alguien más me dolió más que cuando me dijeron que era un mal rapero, mil veces más.

Mi única salvación y escape era mi preciada música.
Producirla y escribirla me llenaba, me hacia sentir bien, me teletransportaba a lugares que jamás creí que existieran.
Me hacía olvidar a aquel imbécil, aquel imbécil que rompió mi corazón sin darse cuenta.

Probablemente ya no esté con él, pero aún así, no puedo olvidar todas esas veces que los vi juntos, mirándose mutuamente con un amor indescriptible.

Estaba solo en casa, o al menos eso creía hasta que oí un pequeño grito de parte de Hoseok y Jimin. ¿Por qué se habían quedado?
Oh, claro, no querían interrumpir a las parejitas.

Estaba en mi habitación, solo, como siempre, y de pronto, sentí un dolor espantoso en el pecho. De nuevo.

-Joder, malditas pastillas, no hacen nada en mí. - susurre.

Me dirigí hacía el baño y como últimamente hacia, vomité.
Odiaba vomitar, era asqueroso.

De pronto, escuché como alguien encendía la ducha de a lado. Jimin, pensé.
Cuando terminé de hacer mis porquerías, me dirigí hacía mi cama pero un gran dolor, me lo impidió.
Caí al suelo, mis rodillas dolieron al sentir el impacto con el suelo.

Comencé a llorar de impotencia.

¿Estás llorando por el dolor del pecho o por el chico que tanto amas? Dijo una voz dentro de mí.

-¡Cállate!

Tomé con fuerza mi cabeza y empecé a susurrar repetidamente que aquellas voces que me atormentaban día y noche, me dejarán en paz.

Lloré como hace mucho, quería hacerlo.
Hasta que vi la sombra de alguien parado en la puerta de mi habitación.

Mierda.

-¿Qué mier-... Ji-jimin... ¿Q-qué haces aquí? Creí que habías salido. -Traté de hablar lo más normal posible pero creo que fallé. Limpié mis lágrimas disimuladamente y me levanté rápidamente del suelo.

-H-hyung... ¿Estás bien?

Su jodida voz.

-Sí, pero necesito estar solo, así que vete, Jimin, no quiero verte.

Me abrazó... ¡Joder! ¡Park me está abrazando!

-S-sueltame Ji-jimin... -No hables así Min, calmate. -Ji-jimin, carajo, ¡que me sueltes!

Gritarle era mi única opción para que se alejará, pero claro, como él terco que es no lo hizo. Así que lo empujé.

-¡No quiero tu jodida lástima, largate, joder! ¡Largate! -Y sin querer, me dejé caer al suelo, rendido, cansado, las lágrimas volvieron a salir.

-H-hyung...

Y ahí vamos de nuevo, volvió a abrazarme y esta vez, por supuesto que lo abracé de vuelta, no queriendo que me soltara y al parecer, mi cerebro quería informarle aquello, porque de mi sucia boca salieron esas palabras.

-No me sueltes nunca, por favor Jimin, te necesito... No me dejes caer.

-Nunca, Hyung... Nunca.

Te amo, quise agregar, pero no tuve el valor suficiente.

Maldito cobarde, dijeron aquellas horribles voces.