Este libro trata principalmente del reino de Arlor, y el lector descubrirá en sus paginas mucho del carácter y algo de la historia de este pueblo.
No obstante, muchos querrán saber desde un principió algo más de este pueblo notable, para esos lectores se han reunido aquí algunas notas sobre los puntos más importantes de la tradición del mundo de Arlor, y se recuerda brevemente las primeras aventuras que sucedieron en épocas pasadas y antiguas.
Arlor es un reino gigantesco y muy antiguo, más numeroso en tiempos remotos que en la actualidad. Sus habitantes amaban la paz, la tranquilidad y el cultivo de la buena tierra, y no había para ellos paraje mejor que el campo bien aprovechado y bien ordenado. No entienden ni entendían ni gustan de maquinarías, con excepción de algunas razas que conocerán a continuación.
Arlor es habitada por seres ficticios en la vida real, tales como: los Elfos, Enanos, Trasgos y los muy populares Humanos. En otros tiempos, los humanos desconfiaban generalmente de la Gente Grande (Los Elfos) como aún los llaman hoy en día, y ahora los eluden con rencor y es muy difícil encontrar a los elfos y humanos juntos como en otros tiempos. Los elfos tienen el oído agudo y la mirada penetrante, y aunque se enojan con facilidad, y nunca se apresuran si no es necesario, se mueven con agilidad y destreza. Dominaron desde un principio el arte de desaparecer rápido y en silenció, cuando se topaban con aquellos que les llamaban la Gente Grande, y han desarrollado ese arte a tal punto que los hombres piensan que es magia. Pero los hombres jamás han estudiado la magia de ninguna índole, y esas rápidas desapariciones de los elfos se deben únicamente a una habilidad profesional, que la herencia, la práctica y una íntima amistad con la tierra han desarrollado tanto que es del todo inimitable para las razas más grandes y desmañadas.
Los humanos son gente diminutiva, más pequeña que los elfos pero mucho mas grandes que los enanos; mas corpulenta y fornida que los elfos, pero no mucho mas inteligente que los propios elfos. La estatura de los humanos es variable, entre uno setenta y uno ochenta, pero se dice que en otros tiempos eran verdaderamente altos. De acuerdo con los archivos de aquellas eras, el rey Brynjolf, apodado el sabio, hijo de Isengrim III, media uno noventa y era capaz de montar los jabalíes gigantes que eran, bueno, realmente son el medio de transporte de los trasgos. En los archivos de los Humanos se encuentra que sólo fue superado por dos famosos personajes de la antigüedad, pero de este hecho curioso se habla en este libro.
En. Cuanto al pueblo de los Enanos, quienes vivían en las minas subterráneas construidas por sus propias manos y herramientas diseñadas por ellos mismos, maestros de la ingeniería, con un temple enorme y gran facilidad en meterse en problemas, conocieron la paz y la prosperidad y fueron entonces un pueblo feliz. Vestían ropas de brillantes colores, preferían el azul y el negro; muy rara vez usaban zapatos, normalmente usaban pesadas botas de hierro templado y sus rostros eran cubiertos de espesas barbas de variados colores y estilos, sus mentes inteligentes y sus manos habilidosas les permitían fabricar objetos que facilitaban sus trabajos de minería y forjas de las cuales eran muy famosos los enanos.
Aquellos tiempos-la Primera Edad de la Tierra Media del Reino de Arlor-ha quedado atrás, muy atrás, y la conformación de la tierras en general han cambiado mucho; pero las regiones en que vivían entonces los humanos, elfos, enanos y trasgos, eran sin dudas las mismas
de ahora: el Noroeste del Viejo Mundo, al este del Mar. Los Humanos del tiempo de Jayce no sabían de dónde venían. El deseo de conocimiento (fuera de las ciencias genealógicas) no era común entre ellos, pero había aún descendientes de antiguas familias que estudiaban sus propios libros, y hasta recogían de los elfos, los enanos y los trasgos noticias de épocas pasadas y de tierras distantes. Los recuerdos propios comienzan luego de que se establecieran en Wylandriah, y las leyendas más antiguas apenas si se remontan poco más allá de los Días del Éxodo.Está perfectamente claro, no obstante, a través de estas leyendas y lo que puede descubrirse en el lenguaje y las leyendas y lo que puede descubrirse en el lenguaje y las costumbres de los humanos, que en un pasado muy lejano ellos también se desplazaron hacia el oeste, como muchos otros pueblos. En las historias primitivas hay referencias oscuras a los tiempos en que moraban en los altos valles de Valent, entre los lindes del Gran bosque de Espinas y las montañas Nubladas. No se sabe con certeza por qué emprendieron el arduo y peligroso cruce de las montañas y entraron en el desierto de Wylandriah. Los relatos Humanos hablan de la multiplicación de los hombres en Arlor y de una sombra que cayó sobre la floresta y la oscureció, por lo que fue llamado desde entonces el Bosque de Ocaso.
Antes de cruzar las montañas, los humanos ya se habían dividido en dos ramas un tanto diferentes: Los Señores del desierto y los Caballeros de Arthor. Los señores del desierto eran de piel mas oscura y eran grandes ginetes, sabían utilizar los recursos a su alrededor y son grandes luchadores.
Los caballeros de Arthor, tenían gran relación con los enanos escudo de Hierro, sí, los enanos se dividieron en dos ramas por igual, pero de eso se hablara mas tardé, continuando con los caballeros de Arthor, son rubios y de piel clara, ellos practicado la magia un poco y eran grandes comerciantes, además de luchadores excepcionales.
Los enanos por otra parte eran: los Escudos de Hierro y los Martillos de Plata. Y por ultimo los elfos se dividieron en tres ramas: Los elfos Oja Verde, los Señores del Sol y por ultimo los Caminantes de Ocaso. Cada rama de cada raza era liderada por sus reyes o reinas y tenían diferentes estandartes como también diferentes leyes y costumbres.
En las tierras de mas alla de Wylandriah y las montañas nubladas, los humanos comenzaron a encontrar enanos y elfos . en efecto, todavía moraban allí un resto de los Arthor, los reyes de los hombres que eran navegantes del mar de Oesternesse ; pero iban desapareciendo rápidamente, y la ruina alcanzaba ya a todas las tierras del Reino del Norte. Había pues sitio y en abundancia para los emigrantes, y en poco tiempo los humanos empezaron a establecerse en comunidades ordenadas. De la mayoría de las primeras colonias no quedaba ya ni siquiera recuerdo en tiempos de Jayce. Pero una de las más importantes se mantenía aún, aunque reducida de tamaño: estaba en la ciudad de Arhor, en medio del Bosque de Ocaso, a unas cuarenta millas al este de Wylandriah.
Fue en aquellos tempranos días, sin duda, cuando los humanos aprendieron el alfabeto y comenzaron a escribir a la madera de los Caballeros de Arthor, quienes a su vez habían usado antes, y desde entonces hablaron siempre la lengua Común, que llamaban Westor y que era corriente en todas las tierras de los reyes, desde Wylandriah hasta Arthor, y a lo largo de toda la costa del mar, desde Hirüle hasta las tierras del Sol. Sin embargo, conservaron unos pocos vocablos de su propio idioma, así como las palabras que designaban los meses y los días, y un gran caudal de nombres personales del pasado.
En ningún momento los humanos fueron amantes de la guerra, y jamás lucharon entre sí. Si bien en tiempos remotos, se vieron obligados a luchar, para subsistir en un mundo difícil, en la epoca de Jayce aquello era historia antigua. La última batalla antes del comienzo de este relato, y por cierto la única que se libro dentro de los limites de Arthor y Wylandriah, ocurrió en una época inmemorial: fue la Batalla del Desierto Sombrío, en el año 1137 (CC) en la que Brynjolf el sabio desbarató una invasión de trasgos. Hasta el mismo clima se hizo mas apacible; y los lobos, que en otros tiempos habían llegando desde el norte devorandolo todo durante los rudos inviernos blancos. Eran ahora cuentos de viejos. Aunque había un pequeño arsenal en la ciudad de Arthor.
Desde entonces, nada extraño paso en el mundo de Arlor, hasta que la llegada de un caballero del desierto llegara al pueblucho del desierto, llamado BrighHolls y conociera a nuestro portagonista, Jayce. En ese punto en una desolada Tercera era de la Tierra Media en el Mundo de Arlor, comienza nuestra historia.
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El Mundo de Arlor: La Guerra de los Trasgos.
FantasyDos jóvenes con un gran destinó por delante. Una guerra que hará temblar los simientos del mundo. La gran bestia despierta de las llamas. Arlor..., donde se máquina una traición, donde el destinó guarda su momento. Arlor, la tierra donde todo puede...