Capituló 5: Anabelle y Giselle.

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-Me llamo Anabelle Stendor-Dijo la muchacha de inmediato- y soy una de las hijas del capitán del ejército del rey Kodel barba de Fuego, yo y mi hermana somos hijas de Mika Stendor, mi padre es el señor de las tierras de Krisoc y tiene derecho a estar de pie ante el mismo rey de Wylandriah. Mi madre Maben Stendor, que en paz descanse ante los dioses, murió, y mi padre tomó otra esposa. Uno de mis hermanos cayó en combate contra los trasgos en las batallas del limite sombrío y el otro es un adolescente un poco presumido llamado Luke Stendor. Ocurrió que la mujer de mi padre, mi madrastra, nos odiaba a muerte a mi y mi hermana menor, y el sol sería oscuro ante sus ojos mientras yo viviera en la casa de mi padre. Por ese motivo lo persuadió para que me prometiera en matrimonió al hijo de un caballero, su nombre era Madanack. Resulta que este Madanack es de baja cuna, aunque en estos ultimos años a recibido el favor del rey, que viva eternamente, mediante adulación y los malos consejos, y ha sido nombrado caballero a sus dieciocho años de edad, lo cual había sido el primero en hacerlo en todas estas eras, eso lo hizo señor de muchas tierras y cultivos al igual que mi padre, además de todo eso tiene una habilidad con la espada extraordinaria. Sin embargo, mi padre, debido a la riqueza y poder de este caballero, y persuadido por su esposa, envió mensajeros para ofrecerme en matrimonio; la oferta fue aceptada favorablemente y Madanack envió recado de que se casaría conmigo este mismo año a mitad del verano.

"Cuando me comunicaron la noticia el sol se oscureció ante mis ojos y me acosté en el techo y lloré durante todo un día. Pero al llegar el segundo día me levante, me lavé la cara, hice que ensillaran mi yegua, tome una daga afilada que mi hermano Luke había llevado en las guerras occidentales y salí a cabalgar sola, lo que no supe era que Giselle me había seguido, claro, estaba preocupada por mí. Y cuando se perdió de vista la casa de mi padre y llegue a una zona despejada en cierto bosque en el que no vive nadie, desmonte mi yegua, y saqué la daga. A continuación abrí mis vestiduras por donde pensé que se hallaba el caminó más rápido a mi corazón y oré a todos los dioses para que en cuanto estuviera muerta pudiera encontrarme con mi hermano. Después de eso cerré los ojos y apreté los dientes y me dispuse a hundir la daga en mi pecho. Sin embargo, antes de que lo hubiera hecho, esta niña que ven aquí, mi pequeña hermana Giselle me dijo "Oh, hermana, no te destruyas, pues si vives aún te quedará la esperanza de tener buena suerte, mientras que todos los muertos están muertos por igual".

-No lo dije ni la mitad de bien que eso-murmuro Giselle.

-Silenció, señorita, silencio- insistió Klais, que disfrutaba una barbaridad de relato-. Nos lo está contando en el solemne estilo de BrighHolls y ningún narrador de la corte de un rey lo haría mejor. Por favor, sigue, señorita.

-Cuando escuché las palabras de mi pequeña hermana- prosiguió Anabelle-, me dije que el temor a la muerte había trastornado mi razon y solo veía un espejismo de mi hermana. Y me sentí terriblemente avergonzada ya que nadie de mi linaje debería temer a la muerte más de lo que teme a la picadura de un mosquito. Así pues, me dispuse una vez más a apuñalarme, pero Giselle se acercó a mí y coloco su cabeza entre mi persona y la daga y disertó acerca de las razones más excelentes y me regaño igual que una madre reprende a su hija. Por aquel entonces mi asombro era tal que me olvidé de que quería quitarme la vida y también de Madanack, y dije: "hermana mía, ¿que haremos ahora?" y ella me contesto "Huir, huir muy lejos, al norte, hermana, al norte, y comenzar de cero, donde no obliguen a las doncellas a casarse bajo su voluntad"

"Después de haber conversado durante un largo tiempo la esperanza regresó a mí y me alegré de no haberme suicidado. Además, Giselle y yo acordamos que nos escabullariamos juntas y lo planeamos de este modo. Regresamos a la casa de mi padre y me vestí con mis ropas más alegres, canté y Dancé ante mi padre, y fingí sentirme encantada con el matrimonio que había preparado para mí. También le dije: "padre mío y deleite de mis ojos, concedeme licencia y permiso para ir sola con mi hermana durante tres días al bosque para realizar sacrificios secretos a Azura, señora de la noche y de las doncellas, como señala la costumbre para las muchachas que deben despedirse del servicio a Azura y prepararse para el matrimonió". Y él respondió: "hija mía y deleite de mis ojos, que así sea".

"Pero en cuanto abandoné la presencia de mi padre fui a ver al más anciano de sus esclavos, su secretario, que me había hecho saltar sobre sus rodillas cuando era bebé y me amaba más que al aire y la luz. Y le hice jurar que guardaría el secreto y lo rogué que escribiera cierta carta para mí. Lloró y me imploró que cambiará mi proposito pero al final dijo: "escuchó y obedezco", e hizo lo que yo deseaba. Sellé la carta y la oculte en mi pecho.

-Pero ¿que decía esa carta?- inquirió Jayce.

-Silenció, Jayce- dijo Klais-. Éstas estropeando la historia. Ya nos hablara sobre la carta  yandel llegue el momento oportuno. Sigue, Anabelle.

-Luego llamé a mi hermana que debía acompañarme a los bosques a realizar los ritos de Azura y le dije que me despertara muy temprano por la mañana. Y me puse a bromear con ella y le ofrecí vino; pero el del esclavo lo había mezclado tales cosas en su copa que sabía que dormiría una noche y un día. En cuanto los habitantes de la casa de mi padre se hubieron retirado a dormir me levanté y me puse una armadura de mi hermano Luke que siempre guarda en mis aposentos en su recuerdo coloqué en mi cinturón todo el dinero que tenía, junto con algunas joyas escogidas, hice acopio también de comida, ensille la yegua con mis propias manos y con la ayuda de mi hermana. Nos marchamos aprovechando el segundo turno de vigilancia de la noche. Entonces, tomé rumbo pero no hacía los bosques, donde mi padre supondría que iría, sino al norte y al este, en dirección a Arthor.

" sabía que durante los primeros días mi padre no me buscaría, engañando por lo que yo le había dicho. Al cuarto día llegando al pueblo de bosque brumoso. Ahora bien, bosque brumoso esta situado en el punto de encuentro de muchas carreteras y desde allí los correos del rey, que viva eternamente, cabalgan en veloces corceles hacía todos los puntos del imperio y es uno de los derechos y privilegios de los caballeros más importantes enviar mensajes a través de ellos. Por lo tanto fui a ver al jefe de los mensajeros en la casa de los correos imperiales de bosque brumoso y le dije: "Oh, expedidor de mensajes, aquí tienes una carta de tío el caballero Yustas para el caballero Madanack señor de clavar. Toma estas cinco monedas de oro y haz que le sea enviada". Y el jefe de los mensajeros respondió: "escuchó y obedezco".

"Fingí que Madanack había escrito la carta, y esto es lo que decía: "del caballero Madanack al caballero Mika, saludos en paz. En el nombre de Morfeo el irresistible, el inexorable. Debes saber que mientras realizaba mi viaje hacia tu casa para celebrar el contrato de mi matrimonio entre mi esposa y tu hija Anabelle, quisieron la fortuna y los dioses que me encontraran con ella en el bosque cuando había finalizado los ritos y sacrificios de Azura según la costumbre de las doncellas. Y cuando averigüe quien era, sintiéndome encantado con su belleza y discreción, me sentí inflamado por el amor y me pareció que el sol dejaría de brillar sobre mi esposa si no me casaba con ella al momento. Así pues preparé los sacrificios necesarios y despose a tu hija en la misma hora en que la conocí y he regresado con ella a mi propia casa. Y ambos te rogamos de deleitarnos con tu rostro y tus palabras; te suplicamos que asimismo traigas contigo la dote de mi esposa, que, por motivo de mis grandes cargadas y gastos, nesecito sin demora. Y apuesto que tú y yo somos hermanos, estoy seguro que no estarás enojado por lo apresurado de mi matrimonió, que fue totalmente motivado por el gran amor que siento por tu hija. Te confió al cuidado de todos los dioses".

"En cuanto hube hecho esto, cabalgue a toda velocidad lejos de bosque brumoso, sin saber que me persiguieran y con la esperanza de que mi padre, al recibir aquella carta, enviaría mensajes a Madanack o iría en persona, y que antes de que todo quedara al descubierto yo habría dejado atrás Wylandriah. Y ésa es la esencia de mi historia hasta esta misma noche cuando fui perseguida por lobos y os encontré mientras nadaba en agua saladas.

Detrás de una persona hay una historia muy triste.

-Robertsaints.

El Mundo de Arlor: La Guerra de los Trasgos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora