-¿Y qué le sucedió a el sirviente que drogaste?-Pregunto Jayce.
-Sin duda fue azotado por quedarse dormido- Respondió Anabelle con frialdad-; pero era un instrumento y espía de mi madrastra. Me alegro mucho de que le pegaran.
-En mi opinion, eso no fue muy justo- Dijo el muchacho.
-No hice ninguna de estas cosas para complacerte a tia Respondió Anabelle.
-Y hay otra cosa que no comprendo sobre esa historia- Siguió Jayce-. No eres adulta, no creo que seas mucho mayor que yo. Ni siquiera creo que tengas mi edad, unos diecisiete cuando mucho. ¿Como podrías casarte?
Anabelle no respondió, pero Klais se apresuro a decir:
-Jayce, no exhibas tu ignorancia. Siempre se casan a esa edad en las grandes familias.
Jayce enrojeció profundamente, aunque apenas había luz suficiente para que los otros pudieran darse cuenta, y se sintió humillado. Anabelle pregunto a Klais sobre su historia. Éste se la contó, y Jayce se dijo que su compañero añadió mucho más de lo que era necesario sobre las caídas y su mal estilo para montar. Evidentemente Klais lo consideraba muy divertido, pero Anabelle no se río. Una vez que Klais finalizó su relato todos se fueron a dormir.
Al día siguiente, los cuatro prosiguieron su viaje juntos. Jayce se dijo que le gustaba mucho más cuando el y Klais estaban solos, pues ahora eran Klais y Anabelle quienes hablaban casi todo el tiempo. Klais había vivido mucho tiempo en BrighHolls y había estado siempre rodeado de caballeros, y por lo tanto conocía a gran parte de las personas y lugares que Anabelle conocía. Está no hacía más que decir cosas como: "Pero, si estuviste en la batalla de límite sombrío, sin duda viste a mi hermano Luke, sólo era capitan de los carros en ese entonces, ya sabes. No me gusta demasiado las cuadrigas ni la clase de caballos que tiran de carros. No es auténtica caballería. Pero el es un noble muy respetable. Lleno mi morral de azúcar después de la toma de las cuevas de los enanos". O en otras ocasiones era Klais quien mencionaba: "Estuve en el lago de Mezreel ese verano", y Anabelle respondía: "¡Oh, Mezreel! Tenía una amiga ahí, su nombre era Lara. Es un lugar delicioso. ¡Con esos jardines, y el valle de los Mil Perfumes!" Klais no intentaba en lo absoluto dejar a Jayce fuera de la conversación, aunque el muchacho lo creía asi en ocasiones. La gente que comparte intereses comunes no puede evitar hablar sobre ellos, y si uni está presente no puede evitar pensar que lo están excluyendo.
Giselle, se mostraba un tanto tímida ante Klais y apenas hablaba; Anabelle no se dirigía jamás a Jayce si podía evitarlo.
Sin embargo, no tardado en tener cosas más importantes en las que pensar. Se acercaban a Wylandriah y encontraban muchos más pueblos, y más grandes, y también mas gente en los caminos. Klais dijo que lo primero que había que hacer era fijar un lugar en el que todos prometiera reunirse en el otro extremo de Wylandriah si, por mala suerte, se veían obligados a separarse al.pasar por la ciudad. Declaró que el mejor lugar era las tumbas de los antiguos reyes situadas en el borde del mismo desierto.
-Unas cosas que parecen enormes colmenas de piedra- Explicó-. Es posible no verlas. Y lo mejor de todo es que ningún ciudadano se acerca hacía ellas porque creen que el lugar está infestado de decapitados (muertos vivientes).
Anabelle preguntó si realmente habían decapitados allí, pero Klais respondió que el era un hombre libre y no creía en aquellos cuentos y leyendas de criaturas con espadas y hachas que atacaban a las personas de noche o cualquier otro viajero desprevenido, a continuación Jayce declaró que el tampoco creía en esos cuentos ridículos, así que, le importaba un cuerno aquellas viejas historias, pero impresionó bastante a Anabelle, si bien de momento también le molestó un poco, y desde luego está se apresuró a afirmar que a ella tampoco le preocupaban los decapitados. Así pues, quedó decidido que las tumbas serían su punto de encuentro que se las arreglaban muy bien hasta que Giselle indicio humildemente que el auténtico problema no era adónde debían ir una vez hubieran atravesado Wylandriah sino cómo iban a atravesarla.
-Eso lo resolveremos en la mañana, señorita mia- Respondió Klais-. Es hora de dormir un poco.
Sin embargo, no fue algo facil de resolver. La primera sugerencia de Anabelle fue cruzar a nado y de noche el río que discurría a los pies de no obstante, Klais tenía dos motivos para oponerse. Uno era el cruce de río era muy ancho y sería un trayecto a nado demasiado largo para Giselle, en especial con los caballos y los muchachos montandolos en su lomo. El otro era que estaría lleno de barcos y que. Desde luego, cualquier persona situada en cubierta de una nave que viera pasar a dos caballos nadando se sentía embargada por la curiosidad.
A Jayce se le ocurrió que debían ir río arriba hasta situarse por encima de la ciudad y cruzando alli donde resultaba más estrecho. Pero Klais explicó que habían jardines y casas de recreo en ambas orillas del río durante kilómetros y habría gente viviendo en ellas, cabalgando por los caminos y celebrando fiestas donde tendrían más posibilidades de tropezarse con alguien que pudiera reconocer a Anabelle o a el mismo.
-Tendremos que llevar un disfraz- indicó Jayce.
Giselle dijo que a ella le parecía que lo más seguro era atravesar la ciudad de puerta en puerta por que era menos probable que los vieran ocultándose entre la múltitud. De todos modos aprobó también la idea de usar disfraz.
-Los dos humanos tendrán que vestirse con harapos y parecer campesinos o esclavos. Y habrá que hacer fardos con toda la armadura de Anabelle y nuestras sillas y cosas, y colocarlos sobre los lomos de los caballos, y la gente creerá que sólo son caballos de carga.
-¡Mi querida hermana!- exclamó Anabelle con cierto desdén-. ¡Como si alguien pudiera confundir a Klais con cualquier otra cosa que no fuera un esclavo por muy disfrazado que vaya!
-Yo diría que nadie, desde luego- repuso Klais, profiriendo un resoplo a la vez que dejaba que las orejas se inclinaran ligeramente hacía atrás.
-Ya sé que ni es un plan muy bueno- Replicó giselle-; pero creo que es nuestra única posibilidad. Realmente creo que si nos cubrimos bien de barro y avanzamos con las cabezas gachas como su estuvieramos muy cansados y fueramos unos perezosos... Y apenas alzamos los cascos..., podría ser que nadie se fijara en nosotros.
-Mi querida señorita- dijo Klais-, ¿Se ha imaginado usted lo desagradable que resulta llegar a Arthor con ese estado?
-Bueno- respondió ella con humildad, pues era una chica muy sensata-, lo principal es llegar.
-Recordad- dijo Klais-: mantenernos juntos si es posible. Su no, nos encontraremos en las tumbas de los antiguos reyes, y los que lleguen allí primero deben esperar a los demás.
-Y recordad también- dijo Jayce-: si los atrapan no digan nada, pase lo que pase.
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El Mundo de Arlor: La Guerra de los Trasgos.
FantasyDos jóvenes con un gran destinó por delante. Una guerra que hará temblar los simientos del mundo. La gran bestia despierta de las llamas. Arlor..., donde se máquina una traición, donde el destinó guarda su momento. Arlor, la tierra donde todo puede...