Capítulo 2.

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Mierda.

Siempre que son momentos importantes Dinah jamás aparece por ningún lado. De todas formas no importaba, ya era hora del almuerzo y la encontraría ahí. Entre a la cafetería y la divise en una mesa hasta el fondo.

— ¡Camila, aquí! — la escuche gritar llamando la atención de todos los presentes, agache la cabeza sintiendo un par de miradas sobre mi, me sentía violada, intente llegar la antes posible a donde se encontraba mi mejor amiga. Por fin llegue.

 — Hola.— le salude en tono bajo, pero lo suficientemente alto para que solo ella escuchara.

— Hey, no te vi desde que llegamos, ¿dónde estabas?    

— No tienes ni idea de todo lo que paso.  — dije empezando a comer mi comida; un trozo de pizza y jugo de manzana.

— Cuéntamelo todo.

—Lauren Jauregui me dio una clase de amena...

— Espera, ¿Lauren Jauregui?, la chica de la cual estás enamorada— afirmo algo incrédula a mis palabras previamente dichas.

— No estoy enamorada de ella, pero sí, la única Lauren Jauregui de la escuela, me amenazo hoy, todo lo que hice fue reírme un poco cuando le dieron un balonazo en la cara, solo eso basto para desatar a su furia interior.

— Cualquiera sabe que no debes de meterte con ella — lo dijo como si fuera lo más obvio del mundo.

No hablamos mas sobre ello en lo que resto de la comida, no era un tema que me gustara mucho hablar.

No era bueno enamorarse de personas así, todos sabían como era ella, y de lo que era capaz, su historial no era muy bueno, pero yo estoy segura de que es mejor de lo que aparenta.

Narra Lauren.

Me dirija a mi casa, la cual estaba muy lejos de la escuela, y me tocaba ir caminando.

Llegue y abrí lentamente la puerta sin hacer mucho ruido, no podía hacerlo o sería demasiado malo para mi. Cuando toque el primer escalón de las escaleras con mi pie escuche una voz detrás de mi.

— Lauren, ven acá en este instante. — escuche decir con voz enojada, mierda, otra vez estaba borracho.

 Con pasos lentos fui a la cocina, ahí estaba él, sentado con una botella medio vacía en su mano.

— Aquí estoy. — murmure bajando la cabeza.

— Necesito que me des dinero.   

— Pero todo lo que me queda es para la escuela —  dije con notable temor en mi voz.

— No te estoy preguntando para que lo necesitas, necesito que me lo des si no quieres que pase lo de la otra vez — una ráfaga de recuerdos golpeo mi cabeza,  imágenes de el golpeándome mientras yo yacía en el piso, yo suplicando que parara y él pegando más fuerte mientras yo sollozando.

Extrañaba a mamá. Ella era la única que trataba de comprender lo que pasaba con mi vida. Era la única que podría sacarme del infierno donde estaba viviendo. Eso no pasaría, ella está muerta y jamás regresara, yo me quedaría sola para siempre.

Nadie merecía tanto dolor

   



El último suspiro. [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora