Parte 12

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Bobby escuchaba con atención todo lo que Luce le contaba, sobre como se sentía y cuales eran sus pensamientos y miedos. Habían ido a tomar algo en una cafetería que se encontraba cerca de la compañía. Era más de las ocho de la noche, pero siempre estaba abierta.

Luce se desahogó por completo, dejándole saber todos su miedos y dilemas, siendo cuidadosa de no dar detalles que pudieran revelar el plan y su identidad. Hablar con Bobby hizo que el extraño peso que sentía encima disminuyera, haciéndola sentir aliviada.

—Perdón si te estoy aburriendo —Exclamó al ver que Bobby sola la observaba, sin decir ninguna palabra. 

—No lo estás haciendo —Sonrió, mostrando sus dos incisivos en la acción. Bobby no decía nada, porque no sabía que decir. Estaba pensando y formulando cuales serían las palabras adecuadas y correctas, no quería cometer un error, no después de que Evan se abriera ante él y le contara todo lo que le había contado. Bobby se sentía conmovido por todo lo que había escuchado, nunca imaginó que todo eso pasara por su mente. Se sintió frustrado al no saber como ayudarlo.

Pero además de eso, no podía dejar de contemplar lo hermoso que se veía el chico bajo la tenue luz de la cafetería que hacia resaltar más su piel pálida. Opinaba que su cabello era perfecto a pesar de que se encontraba despeinado, y que sus labios parecían tener forma de corazón, los cuales se movían en armonía al momento en que hablaba.

—Lo siento mucho —Fue lo primero que se le ocurrió decir luego de estar concentrado en sus interesantes rasgos faciales. No quería que Evan pensara que no estaba interesado en la conversación 

—¿Por qué lo sientes? —Preguntó Luce, confundida.

—Porque si hubiéramos sido más cercanos en el pasado, tal vez no estuvieras pasando por esto.

Luce se sonrojó antes sus palabras y le regaló una sonrisa.

—No tienes porque sentirlo. Has sido muy especiale conmigo desde el primer día.

Bobby se sintió emocionado por sus palabras, y sin pensarlo más de dos veces tomó sus manos encima de la mesa. Luce se sorprendió ante la acción, pero su sonrisa se intensificó. 

—¿Te gustaría que fuéramos amigos? —Dijo el chico, mirándola a lo ojos, con sus labios levemente elevados.

—Me encantaría.

—Entonces es un hecho  —Bobby sonrió aun más, sujetando con más firmeza las manos de Evan. La sensación de tenerlas sobre las suyas era  algo  que no podía explicar. Estaba haciendo frío, las manos de Evan calentaban las suyas, pero no era por eso. 

Se sentía especial.

Bobby salió de sus cavilaciones e hizo una nueva propuesta, sorprendiendo a Luce cuando la escuchó.

—¿Qué te parece si vamos a un concierto? 

—¿A un concierto? ¿No es muy tarde? 

—Nuestros Hyungs de BigBang están dando un concierto a esta hora, no falta mucho para que empiecen. Tenemos tiempo de ir. Di que sí.

—¿Cómo vamos a conseguir los boletos?, seguramente ya no hay.

Bobby soltó una pequeña carcajada y prosiguió:

 —No te preocupes por eso.

[...]

Cuando salieron de la cafetería habían muchas chicas alrededor. Pensó que quizá había ocurrido alguna calamidad y todas se habían reunido a ver, sin embargo el nuevo publico empezó a seguirlos mientras sacaban sus teléfonos celulares y tomaban fotos y grabaciones.

—¿Quiénes son ellas? —Preguntó Luce mientras las veía de reojo. Cada vez llegaban más y  pensó que la atacarían como lo hicieron en el pasado. 

—Son sassaengs —Respondió Bobby, mientras sujetaba nuevamente su mano y aceleraba el paso —Son nuestras fans, pero son diferentes, nos acosan, luego te contaré con más detalle de lo que hablo. Por ahora, si no queremos perdernos el concierto... -Bobby sujetó con más fuerza su mano y empezó a correr. Luce no entendía que pasaba, pero siguió los pasos de su compañero.

Las chicas que los seguían también empezaron a correr. Era sorprendente, eran demasiadas y todas gritaban cosas, entre ellos insultos y obscenidades. Corrieron durante un largo rato hasta que llegaron a un callejón oscuro, que sólo estaba iluminado por unas cuantas farolas. La sensación del lugar y la sensación de ser perseguidos le daba un mal presentimiento, como si estuvieran huyendo por su vida. Al final había una avenida en la cual oportunamente pasó un taxi. Abrieron las puertas en un movimiento rapido y entraron a el.

Las chicas rodearon el carro.

—¡Rápido por favor! —Gritó Bobby, el conductor también empezó a sentirse aterrado cuando las chicas empezaron a golpear el auto y las ventanas. Puso en marcha el vehículo, mientras se arrepentía de haberlos dejado subir.



Una chica en iKON (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora