Desde que mi madre me dijo la verdad he estado muy triste, casi no como ni puedo dormir, ni siquiera tengo ganas de ir al colegio, no hablo con mis amigos y mucho menos quiero jugar; lo único que quiero hacer es ir al hospital y quedarme a cuidar a mi abuela todo el tiempo.
Puedo sentir la preocupación de madre pero no m importa solo pienso en mi abuela y el poco tiempo que me queda con ella.
Así pasan los días hasta que llaman por teléfono, era de mi colegio la directora quería hablar con mi madre sobre mi desempeño y la cito para una reunión en la tarde, mi madre me pregunta de si sabía de que se trataba pero le respondí que no.
Ya era la tarde mi madre y yo nos dirigíamos al colegio, cuando mi madre recibió una llamada; era del hospital, mi abuela se había puesto muy mal y la habían ingresado a terapia, cuando colgó dijo que dejaría lo del colegio para después e iría primero al hospital a ver qué pasaba, le dije a ella que yo iría con ella hasta el hospital pero me dijo que solo estorbaría, así que paso a dejarme a casa de mi prima, yo estaba muy enojada no podía creer que me dijera que solo estorbaría, pero en realidad sabía que no podía servir de nada que estuviera ahí.
Llegamos a casa de mi tía Sandra, entre muy enojada sin siquiera despedirme, pero alcance a oír como mi madre le pedía a mi tía que la acompañara al hospital pero ella le respondió que no podía que tenía muchas cosas que hacer, mi madre se enojo b recuerdo haberla visto tan enojada en mi vida como estaba ahora, miro a mi tía y le grito: COMO PUEDE SER QUE HAGAS ESTO, SIEMPRE ESTAS EN LA CASA PIEDIENDO FAVORES A MI MADRE , PERO CUANDO ELLA TE NECESITA NI SIQUIERA TE IMPORTA.
La verdad era increíble lo que pasaba yo misma era testigo cuando mi tía iba a pedirle favores de dinero a mi abuela pero ahora que mi abuela está enferma en el hospital y el dinero no le alcanza a mi madre y a mi tío. A mi tía Sandra ni siquiera le interesa, sentí mucha rabia y Salí corriendo hasta donde estaba mi madre la abrace y le dije no te preocupes mama siempre contaras con mi apoyo vámonos de aquí que necesitamos de esta mujer, ella me tomo de la mano y nos fuimos juntas al hospital.
ESTÁS LEYENDO
Madurando Demasiado Rápido
RandomEs la historia de una niña de 10 años que tuvo que aprender que en la vida no todo es felicidad sino también tristeza y aprender a sobrellevarla enfrentándola sin esconderse de ella.