Ya han pasado tres meses desde que mi abuela esta en el hospital, ya casi no veo a mi madre porque se la pasa trabajando más para así poder pagar las cuentas del hospital, mi tío también se la pasa trabajando y buscando a sus amigos para que lo ayuden con algo de dinero, las demás personas de mi familia ni se aparecen dicen que están ocupados y ya ni siquiera atienden el teléfono, yo por mi parte sigo yendo al colegio en las mañanas y por las tardes voy a la tienda del padre de una amiga ayudar a limpiar y a ordenar para así ganar algo de dinero se que no es mucho y que no puedo hacer mas considerando que aun soy pequeña pero por lo menos no me he quedado de brazos cruzados.
Ya que todavía soy pequeña para los hospitales mi madre pudo conseguir el permiso del doctor para que yo pueda quedarme con ella en el hospital el fin de semana para poder cuidar a mi abuela, por una parte soy feliz por poder estar con ellas per por otra me siento muy triste ya que cada día mi abuela se va consumiendo con su enfermedad, ha bajado mucho de peso, casi no tiene cabello además hay noches en las que despierta gritando del dolor y ni mi madre ni yo podemos hacer algo para ayudarla, solo esperar y rezar para que mejore, en momentos como estos pienso que es verdad lo que dicen " SOLO EN LOS MOMENTOS DIFICILES SABES QUIENES SON TUS VERDADEROS AMIGOS ".
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Madurando Demasiado Rápido
RandomEs la historia de una niña de 10 años que tuvo que aprender que en la vida no todo es felicidad sino también tristeza y aprender a sobrellevarla enfrentándola sin esconderse de ella.