Primera semana. Celos

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¿Sabes? Siempre te envidié de una forma u otra, en silencio, sin que te dieras cuenta.
Guardándome toda la rabia que sentía cuando te miraba.

Siempre fuiste la que dibujaba mejor.

La que cantaba bien.

La más atrevida.

La que tenía los pómulos más marcados.

La que le contaba a la otra más cosas sobre su escuela.

La que había entrado en un club deportivo.

La que atraía más la atención de los chicos.

La más perfecta o, también, la que tenía menos imperfecciones.

Siempre fuiste tan libre, tan despreocupada que pareciera que tu mundo no hacía más que alzarse ante la vida; mientras mi alma se desmoronaba en silencio y mi rutina se volvía más monótona con el paso de los días.

Siempre fuiste el tipo de persona que yo quería llegar a ser en un futuro.

Me dabas tanta envidia que cuando te quejabas de algo me daban ganas de gritarte todo lo que tenías. No entiendo como no estabas satisfecha con tu vida.

Nunca te dije nada, me parecía absurdo quejarme, tan sólo intentaba mejorar y sentir que por una vez en la vida lo que hacía estaba bien. Pero luego llegabas tú, con tus calificaciones sobre la media y esa felicidad que rebosaba en ti.

Y así, mientras las mañanas daban paso a las tardes, que dormían dejando llegar las noches, mis ganas de seguir adelante se desvanecían.

Siempre me he sentido tan inútil, que me parezco vergonzosa incluso a mí misma.

Yo también quería cantar bien, saber dibujar y tener un buen físico. Yo también quise que los chicos me mirasen. Quería hablar contigo y poder explicarte anécdotas graciosas.

Pero lo único que supe hacer fue huir. Me rendí justo en el momento en el que me di cuenta de que todo aquello ya me daba igual.

Si le desagradaba a los chicos, peor para ellos.
Si mis dibujos eran malos, que no los mirasen.
Si mi mundo se destruía y junto a él al resto del mundo, que no se acercasen a mí.

Todos se alejan de mí tarde o temprano, todos nos abandonan, nos dejan solas ante el peligro.

Tú también me abandonaste, pero no me voy a quejar, yo también lo habría hecho.

No quiero dañar a nadie, y si hacerme daño a mí misma implica que los demás estén bien, no me importa caer.

Quiero que sepas que te quería mucho.
Atte. Tu ex-mejor amiga, o no tan tuya.

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9 de junio de 2016

Si se me permite volarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora