Mi Pequeño Terrorista(Junjou Romántica)

Capítulo 6

"...tenemos que hablar con tu padre sobre nuestra relación y sobre el bebé."-Esas palabras se repetían en la mente de Shinobu, el sólo pensar decirle a su padre que mantenía una relación con alguien que era 17 años mayor que él, que estuvo casado con su hermana, y ahora que estaba esperando su hijo era mucho de procesar, aunque... Algún día le tendrían que decir sobre su relación, y este parecía el mejor momento de hacerlo.

-De acuerdo, le diremos mañana, no quiero estar estresado esta semana.- Y sin decir más, Shinobu se levantó y comenzó a caminar, Miyagi camina con rapidez, le agarra de su muñeca y lo pega a una pared.

-¡¿Qué demonios haces anciano?!-Grita mientras trataba de soltarse.

-Te amo...-Le dice Miyagi mientras pegaba sus labios sobre la frente del menor, eso lo sorprendió y se sonrojó, cerró sus ojos y sintió como su pareja bajó hasta posar sus labios sobre los de Shinobu.

Lentamente, le da un beso y luego se agacha sorprendiendo aún más al menor, ¿qué estaba haciendo Miyagi? Éste posa sus labios sobre el vientre de Shinobu y le da un leve beso.

-Te amo...-No sabía si era por las hormonas, pero el que Miyagi hiciera eso, le provocó cierta vergüenza y emoción, unas pequeñas lágrimas salieron de sus ojos pero rápidamente se las limpió con su brazo.

-Idiota, él no puede oírte.-Dice Shinobu susurrando mientras inflaba sus mejillas, el mayor se levanta y le despeina su cabello.

-Eso lo sé, pero algún día lo hará.- Eso era cierto, muy pronto su hijo o hija lo estaría escuchando, escuchando esa hermosa voz que enamoró al menor.

*Al día siguiente*

Shinobu había decidido faltar a clases, jamás había faltado, y por faltar un día no lo mataría, le diría a su padre que salía con Miyagi, además le diría que esperaban un hijo, ambos estuvieron reflexionando durante el viaje en auto, ambos pensaban que le dirían, y como respondería, tenían miedo, si, mucho; al llegar a la universidad donde trabajaban su pareja y su padre, Shinobu se quitó el cinturón de seguridad y Miyagi le agarró su mano provocando que el menor lo mirara.

Pero no le dio tiempo de preguntarle porque el mayor le da un beso en sus labios y luego aparta su rostro mirándolo a la cara.

-Esperemos que todo salga bien.-Shinobu asiente y se baja del auto, allí estaba él, el hijo del director de la Universidad de Mitsuhashi, caminando junto a un profesor de literatura, nadie los miraba, pero Shinobu no podía ocultar su miedo que aumentaba cada vez que estaban más cerca de donde se encontraba su padre, al fin había llegado el momento.

Miyagi toca la puerta y cuando escucha el "pase" de su jefe, abre la puerta para que Shinobu pueda pasar primero, eso lo extrañó demasiado, el verlos juntos, no parecía que venían con algo muy bueno.

-¿Shinobu? ¿Qué haces aquí? ¿Por qué a última hora cancelaste el vuelo de Australia?-Y así comenzó a lanzar distintas preguntas a su hijo sin mirar a Miyagi, quería que su hijo le respondiera primero.

-Yo... No me quiero ir a Australia papá, me di cuenta que es una terrible decisión y llamé hace un rato para cancelar el vuelo, quiero seguir estudiando aquí en Japón, pero...además de eso, quiero seguir viviendo con Miyagi.-

Y al ser nombrado, Miyagi abrió un poco más sus ojos, prácticamente parecía un fantasma mientras ellos 2 hablaban.

-De acuerdo, ¿algo más?- Y allí, Shinobu y Miyagi se miraron asustados, Shinobu se sentó en la silla que quedaba en frente del escritorio y Miyagi se sentó en la silla que estaba a su lado.

-Sí, Miyagi y yo somos novios.-Dice Shinobu, su padre se pone pálido y los mira a ambos, ¿cómo podrían estar saliendo si se llevaban 17 años de diferencia de edades?

-Yo... Lo amo, y quiero estar con él y no digas que soy un niño para saber esas cosas porque no lo soy...-Da un profundo respiro.

-Creo tener la edad suficiente de saber qué es lo que me conviene y que es lo que no y Miyagi me conviene, y mucho.-Esas palabras asombraron tanto a Miyagi como al padre de Shinobu, nunca lo habían visto hablar así.

-Además que...voy a tener un bebé, estoy embarazado, por eso me quería ir a Australia, porque no le quería decir a Miyagi pero él se enteró, me apoyó y por eso me quise quedar.-Dice Shinobu para colocar sus manos sobre su vientre.

El padre de Shinobu, se levantó y puso sus manos sobre el escritorio con tanta fuerza que asustó a los presentes.

-¡¿Qué?! ¡¿Estas embarazado?! ¡¿Cómo es posible?!-Pregunta gritando el padre de Shinobu.

-Pues, yo leí que los hombres nacidos hace 20 años habían desarrollado una clase de "útero" y por eso, cada hombre que nazca ahora lo tendrá, pero quiero decirte que Miyagi me apoya y me ayudará a criar a nuestro hijo.-

-Es cierto señor, trabajaré horas extras si es necesario para poder tener todo para cuando llegue el bebé.-Dijo Miyagi mientras miraba a su jefe.

El padre de Shinobu estuvo unos segundos pensando, por fin, tendría un nieto, pero jamás creyó que se lo daría su hijo menor, al ver como ambos se apoyaban, disminuyó la rabia que había tenido y dio un largo suspiro, si su hijo era feliz, él debía aceptarlo.

-De acuerdo, pero no abandonarás tus estudios, ahora salgan, tengo trabajo que hacer y usted también Miyagi.-Le ordenó a Miyagi, Shinobu y éste se levantan y Shinobu se acerca a su padre y lo abraza con fuerza.

-Gracias por apoyarme papá.-

-Yo le diré a tu madre, y van a tener que venir a la casa para una cena familiar, ¿está claro?-

Shinobu asiente y comienza a caminar hacia la puerta, antes de que pudieran salir, el padre de Shinobu se acerca a Miyagi.

-¿Podemos hablar tú y yo un momento?-

Miyagi asiente y mira a Shinobu.

-Ten cuidado.-Shinobu asiente y cuando sale, Miyagi cierra la puerta y se va a sentar en una de las sillas que quedaban frente al escritorio.

-Quiero que le tengas paciencia a Shinobu, si tratar con una mujer embarazada es difícil imagínate tratar con un hombre, en todo él tiene la razón, jamás digas que no la tenga, y cuídalo, cuídalo mucho, ahora sí, de vuelta al trabajo.-

Miyagi se levanta y abre la puerta.-Muchas gracias señor.-Dice Miyagi para irse a dar clases, el momento no había resultado tan horrible como ellos creían que se volvería, pero aún faltaban unos meses para descubrir que pasaría.