3.-Desconfianza

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Después de unas horas de tratamiento, le permitieron a Milk irse a casa. En el camino de regreso, ni Gokú ni ella dijeron palabra alguna. Ella había hecho lo posible para evitar que su familia se enterara de su enfermedad, pero el momento de la verdad había llegado, debía decírselo a todos, mejor dicho, explicarles el por qué de su silencio.

Cuando llegaron a su casa, Gokú la acomodó en la cama y la arropó. Luego la miró un momento con un aire diferente en sus ojos, algo que ella nunca había visto en "su" Gokú. Quiso decir algo, pero no lo hizo, y finalmente salió de la habitación.

Milk estaba destrozada. Hubiera preferido morir en el hospital, a ver la mirada que Gokú le dirigió. Era tan distinta a la de siempre. Se quedó allí, tratando de buscar las palabras más adecuadas para lo que tenía que decir, pero por más que pensaba, más triste se sentía. Y a todo esto se sumaba que se había hecho tarde y Gokú no daba señales de vida en la casa. Milk trató de levantarse para ir a buscarlo, pero estaba demasiado débil.

Cuando ya era de noche, Gokú entró a la habitación con lo que se suponía era la cena. No estaba acostumbrado a preparar comida, al menos no para alguien más. Milk se terminó todo lo que Gokú le preparó. No se veía muy bien, pero tenía un sabor exquisito.

Todavía no intercambiaban palabra alguna y ambos sabían que debían hablar. Ella finalmente rompió el hielo al verlo de brazos cruzados apoyado en la puerta, sólo observándola (se parecía mucho a Vegeta en esta oportunidad)

MILK: Gokú...

GOKÚ: ¿Por qué no me lo dijiste? -preguntó en un tono de voz diferente y sin dejar de mirarla. Milk bajó la vista.

MILK: Pensé que sería lo mejor -Gokú frunció el ceño.

GOKÚ: ¿Lo mejor? -preguntó y luego habló nuevamente levantando la voz-: ¿Pensaste que sería lo mejor?

MILK: Es que...

GOKÚ: Debiste decírmelo. Creo que tenía derecho a saberlo.

MILK: ¿Y cuándo querías que te lo dijera? -dijo enojada-. ¿En una de las escasas oportunidades en las que estuviste en casa? ¿O te hubiera gustado que te lo mandara a decir con Kaiohsama?

Gokú guardó silencio. En cierto modo ella tenía razón, pero se suponía que estar casados era más que vivir juntos. Ella misma se lo había explicado.

GOKÚ: El doctor dijo que hace 11 años estás enferma. Tuviste varias ocasiones de decírmelo.

MILK: Por favor, Gokú, no me vengas con los hubiera o los debiera, porque...

GOKÚ: ¡¡¡Ya basta!!! -gritó asustándola ya que nunca antes le había gritado-. Sé perfectamente bien que no he sido un marido ejemplar, que no he pasado mucho tiempo contigo, que... Tú sabes todo el resto, pero tenía el derecho de saber lo que te pasaba. Y si lo hubieras hecho, tal vez ahora no...

MILK: Gokú, soy yo la que me voy a morir, ¿entiendes?

GOKÚ: ¿ENTIENDES? ¿ENTIENDES? ¿ENTIENDES? ¿CREES QUE SOY ESTÚPIDO? -gritaba tratando de expulsar todo el dolor y la impotencia que sentía mientras se paseaba de un lado a otro de la habitación-. TÚ ERES LA QUE ESTÁ ENFERMA, PERO ESTAMOS CASADOS, ¿LO RECUERDAS? TENEMOS DOS HIJOS, ¿LO RECUERDAS? NO ESTÁS SOLA, SOMOS UNA FAMILIA. ¿DÓNDE DEMONIOS QUEDÓ LA PROMESA QUE ME HICISTE? APUESTO A QUE NI LA RECUERDAS. PUES YO SÍ. YO SOY EL IDIOTA QUE TODAVÍA RESPETA EL JURAMENTO QUE TE HICE ANTE DIOS. SE SUPONE QUE DEBES CONFIAR EN MÍ. ¡¡¡MALDITA SEA, YO TE AMO!!! -gritó enfurecido y con los ojos llenos de lágrimas.

Milk se levantó de la cama y se acercó lentamente a Gokú. Cuando estuvo frente a él, lo abrazó. Él le devolvió el abrazo y ambos comenzaron a llorar.

MILK: Yo también te amo, Gokú.

Los días pasaron casi normalmente. Sin saber porqué, ambos decidieron ocultar todo. Nadie se había enterado de la enfermedad de Milk, ni siquiera Gohan y Goten. Ella les había dicho que estaba cansada y que por eso permanecía descansando más de lo habitual. Pero a sus hijos no los podía engañar. Además, ellos habían notado a Gokú demasiado extraño los últimos días. Ya no entrenaba todo el día como acostumbraba, sino que pasaba casi todo el tiempo con Milk y se veía agotadísimo. La preocupación lo había afectado demasiado. Se veía realmente mal. Casi no dormía y se estaba alimentando poco. Esto último fue la gota que derramó el vaso e hizo a Gohan recurrir a alguien para que averiguara lo que pasaba, porque a él no le iban a decir nada. Ya había tratado de hablar con su padre, pero evadía sus preguntas e incluso había llegado a molestarse con él, cosa sumamente rara en Gokú.

Así fue como una tarde llegó a la Corporación Cápsula para hablar con Bulma. Después de todo, ella era amiga de su padre desde hacía años.

BULMA: ¡¡¡Quéeeee!!! ¿Gokú no come desde hace tres días?

GOHAN: Así es. Estoy muy preocupado. He intentado conversar con él, pero está muy decaído y parece como si no me escuchara. Incluso me dijo que no lo molestara.

BULMA: ¿Y Milk? ¿Qué dice? ¿O acaso fue ella la que lo dejó sin comer?

GOHAN: No, ella no hizo eso, pero creo que algo le pasa. Está todo el día en su habitación. Ya no hace las compras, ni limpia la casa... es más, hay días en los que ni siquiera se levanta.

BULMA: ¿Y por qué? ¿Está enferma?

GOHAN: Ellos dicen que no, que es algo pasajero, pero ya lleva muchos días así.

BULMA: Creo que tienes razón al decir que algo raro pasa. Me extraña que Gokú se esté comportando de esa manera. Iré a hablar con él. Voy a cambiarme. Regreso enseguida.

GOHAN: Sí, Bulma. Te espero.

Sin que ellos se dieran cuenta, Vegeta había oído toda la conversación.

VEGETA: Así que Kakarotto está actuando extraño,je...es raro de el -murmuró elevándose en el cielo y se dirigió a la casa de Gokú.

Continuara....

Goku x Milk¿No me dijiste?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora