GOKÚ: Debe haber algo que se pueda hacer.DR: Lamentablemente, no. Es probable que pudiéramos haber hecho algo, pero antes que sus pulmones se vieran afectados. Ahora es demasiado tarde. Lo siento.
Gokú sintió que el mundo entero se le venía encima. Él sabía perfectamente que la muerte era algo inevitable, que formaba parte del destino de todos, pero para Milk era demasiado pronto. Milk moriría en muy poco tiempo, ni siquiera sabía cuándo y él no podía hacer nada. Repasó en su mente todas las posibilidades de ayudarla que se le ocurrieron, pero ninguna servía. Las semillas del ermitaño no curan enfermedades, las esferas del dragón no estaban disponibles, y como su muerte sería natural, no la podrían revivir. Estaba atado de pies y manos, viendo cómo la mitad de su ser se desvanecía frente a él.
Había defendido la tierra de innumerables enemigos y no podía salvarle la vida a una de las personas que más le importaba. Ella había estado a su lado durante tanto tiempo. Le había enseñado tantas cosas que él ni siquiera imaginó que existían. Con ella compartía dos hijos. Y con el paso del tiempo, se había ido dando cuenta de que en realidad la palabra "amor" no alcanzaba para describir lo que sentía por ella. Su vista se nubló y sus mejillas fueron inundadas por tibias lágrimas. De pronto se encontró solo, en una fría habitación blanca con algunas sillas y por la cual circulaban enfermeras y doctores. Por primera vez en su vida, sintió la soledad y un miedo que jamás experimentó.
GOKÚ: Esto no puede estar pasando... -se dijo a sí mismo mirando fijamente el piso con una expresión en su rostro como si estuviera presenciando la escena más espantosa del mundo.
Se dejó caer en una silla mientras todo lo que sentía salía de su cuerpo en forma de lágrimas. Pero el dolor no se iba, seguía allí, al igual que la enfermedad de su esposa. Todo, desgraciadamente, era real.
Algunos minutos después, el doctor se acercó a Gokú nuevamente, quien parecía estar completamente ausente.
DR: Señor Gokú, su esposa ahora está dormida. Si gusta, puede pasar a verla. -Gokú levantó la mirada y asintió sin pronunciar palabra alguna. El doctor lo condujo a la habitación y, una vez allí, los dejó a solas.
Gokú se acercó lentamente a la cama donde estaba Milk y se sentó cuidadosamente en una silla, sin dejar de mirarla. Ella estaba conectada a un respirador y le estaban haciendo una transfusión sanguínea.
GOKÚ: Milk... ¿qué fue lo que te pasó? No puedo creer que estés en este estado. Siempre pensé que nunca te pasaría nada malo, porque yo estaría ahí para protegerte. Sin embargo... ahora que más necesitas ayuda... yo no te la puedo dar.
En ese momento, Milk abrió los ojos y se encontró con el techo blanco de la sala de hospital. Sintió que estaba sujeta por varios cables y giró sus ojos para ver. Vio con un poco de dificultad los extraños instrumentos y dedujo que estaba en el hospital. Al mirar hacia su lado derecho, se encontró con su amado Gokú. La expresión que tenía la asustó un poco. Nunca lo había visto tan deprimido y con los ojos enrojecidos, así que supuso que ya se había enterado de su enfermedad.
GOKÚ: ¿Milk? ¿Cómo te sientes?
MILK: Creo que he tenido días peores. Gokú, por favor, sácame de aquí. Sabes que no me gustan los hospitales.
GOKÚ: Cuando estés mejor. Ahora descansa -fue toda su respuesta. Se levantó de la silla y salió de la habitación.
Al cerrar la puerta, sintió que su respiración se cortaba. Se apoyó en la puerta y empezó a emitir un sonido parecido a una tos, acompañado de lágrimas. Pasó una de sus manos por su rostro para tranquilizarse, pero nada sucedía. Nada lo calmaba. Nada aplacaba el dolor.
Milk lo escuchó sollozar desde dentro de la habitación.
MILK: Gokú...
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Goku x Milk¿No me dijiste?
RomanceMilk padece de una terrible enfermedad,pero no le habia dicho a nadie y mucho menos a su familia porque Gokú habia regresado de la muerte y quería mantener esa felicidad. ¿Podrá expresar este problema que la acompaña?