Un rato después, descendió frente a la puerta de la casa y tocó (a su manera, pero tocó). Gokú, que se había dormido en uno de los sillones de la sala, dio un salto al escuchar la puerta. Se levantó cansadamente y abrió. Se encontró cara a cara con Vegeta, quien quedó realmente sorprendido al verlo.
VEGETA: ¿Ka...Kakarotto?
GOKÚ: ¡Ah! Eres tú, Vegeta. Pasa -dijo sin mucho ánimo. Pero al ver que Vegeta no se movía, se impacientó-. Mira, Vegeta, no tengo tiempo para tus jueguitos. Si vas a entrar, hazlo, si no, lárgate.
VEGETA: ¿Qué rayos te pasa?
GOKÚ: ¡¡¡Ya me tienen harto!!! Todos los días me hacen la misma pregunta. ¿Por qué tendría que pasarme algo? -Vegeta no le contestó y se quedó mirándolo-. Lo siento, Vegeta, pero... ya no puedo más. -dijo tratando de disimular su desesperación.
VEGETA: Sígueme -fue todo lo que le dijo.
Gokú lo entendió perfectamente y cerrando la puerta salieron volando a toda velocidad. Cuando llegaron a un acantilado desde donde se veía el mar, ambos, sin mediar palabra alguna, se convirtieron en super saiyajin y comenzaron a pelear. La batalla no duró mucho, sólo lo necesario para que Gokú se desahogara. Vegeta nunca lo había visto así, golpeándolo con todas sus fuerzas, sin tener una razón para estar molesto. Aunque notó que más que molesto se veía preocupado. Ya no se divertía peleando, trataba de conseguir algo que no pudo descifrar. A todo esto se sumaba que su fuerza había disminuido notablemente y supuso, por la torpeza de algunos de sus golpes, que no entrenaba desde algún tiempo. Cuando todo terminó, se quedaron de pie en un acantilado, observando el horizonte.
GOKÚ: Gracias, Vegeta.
VEGETA: No me des las gracias, hacía tiempo que quería pelear contigo, y por lo que me pude dar cuenta, se nota que no has entrenado como corresponde. ¿Qué has estado haciendo? ¿Collares de florcitas como Dábura? -Gokú sonrió ante aquel comentario, pero no respondió-. Esto no está resultando -pensaba Vegeta, que a su manera intentaba hacerlo hablar-. Sería demasiado humillante demostrar interés en lo que le pasa a Kakarotto, pero...
VEGETA: Hace un rato me dijiste que ya no podías más. ¿A qué te referías?
GOKÚ: A... nada.
VEGETA: ¿Nada? ¿Tienes ese horrible aspecto por nada?
GOKÚ: ¿Horrible aspecto? -se miró de arriba a abajo y se dio cuenta de que en realidad se veía mal.
VEGETA: Ya sé lo que le voy a decir-¿Y tu familia? Apuesto a que ni te preocupas por ellos.
La cara de Gokú cambió instantáneamente. Había logrado olvidar por unos momentos lo que le preocupaba, pero Vegeta se lo había recordado de una manera no muy sutil.
GOKÚ: ¿Que no me preocupo? ¿Y qué crees que he estado haciendo todo este tiempo?
VEGETA: ¡Ja! ¿En serio?
GOKÚ: Sí, y no me mires con esa cara. Si tan sólo supieras lo que he tenido que pasar por lo de Milk, tú... -dijo perdiendo la paciencia y callándose antes de hablar demasiado.
VEGETA: ¿Lo de Milk?
GOKÚ: O-olvídalo. Es sólo que... -dijo mientras sus ojos se nublaban con lágrimas.
Vegeta se sorprendió al verlo a punto de llorar y se volteó para no presionarlo con su mirada.
VEGETA: ¡Vamos! No creo que te afecte tanto. De todas formas, nunca pasaste mucho tiempo con ella. No debe ser muy importante.
GOKÚ: Tú no entiendes...
VEGETA: Ni que se fuera a morir...
Estas palabras hicieron eco en los oídos de Gokú, mientras sentía que la sangre le empezaba a hervir. No pasaron ni dos segundos cuando estaba sobre Vegeta propinándole múltiples y fuertes golpes. La pelea acabó abruptamente, debido a que Gokú estaba demasiado débil. Finalmente se dejó caer de rodillas y Vegeta lo sujetó de la camiseta.
VEGETA: ¿Qué demonios sucede contigo, Kakarotto? Ésa no es la manera de actuar de un saiyajin. ¡¡¡Levántate!!!
GOKÚ: Déjame en paz. No sabes nada.
VEGETA: No, no lo sé. Y no lo sabré si no hablas.
Gokú no sabía si contarle o no a Vegeta lo que pasaba, pero finalmente se decidió. Tal vez él podría encontrar alguna manera de solucionar todo.
VEGETA: ¿Y qué piensas hacer?
GOKÚ: No lo sé... y eso es lo que más me desespera. No saber qué hacer. ¡Oye, Vegeta! Goten está en tu casa. Por favor, no le menciones nada de esto. No debe saberlo. Al menos, no todavía.
VEGETA: Descuida. Y ahora vete a tu casa, que tu mujer te necesita a su lado, no perdiendo el tiempo.
GOKÚ: Sí, tienes razón -dijo preparándose para teletransportarse.
VEGETA: Y, Kakarotto... no te des por vencido.
GOKÚ: Gracias, amigo -dijo sonriéndole y luego desapareció.
VEGETA: Ya te dije que no me des las gracias... amigo -murmuró sonriendo y se dirigió a la Corporación.
Cuando Gokú llegó a su casa, sintió el ki de Milk debilitarse repentinamente y corrió a su habitación. La encontró inconsciente y como pudo le dio el remedio que el doctor le había recetado, pero no reaccionaba. La tenía entre sus brazos y trataba de hacerla reaccionar, pero ella no se movía y su ki se estaba extinguiendo lentamente.
GOKÚ: Por favor, Milk... no me hagas esto... no te vayas -decía mientras sus lágrimas caían sobre el rostro de su mujer.
Continuara...ewewewe
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Goku x Milk¿No me dijiste?
RomanceMilk padece de una terrible enfermedad,pero no le habia dicho a nadie y mucho menos a su familia porque Gokú habia regresado de la muerte y quería mantener esa felicidad. ¿Podrá expresar este problema que la acompaña?