Can I Be Your Queen?♛ {Leondre Devries} EN EDICION

Capítulo 6 {El cambio}

Tras una mañana muy larga para ambos, las clases tocan su punto final y juntos regresamos a nuestras casas. Ninguno quiere hablar de lo sucedido y permanecemos en silencio gran parte del camino, hasta que él me mira, y tras parecer pensarse bien que decir, rompe el hielo.

-La verdad es que cuando me senté a tu lado en clase, tu cara me sonaba. Te reconocía de ser una de las chicas populares. Desde que nos hemos hecho amigos, siempre he querido preguntarte algo- Asiento para que pregunte- ¿Por qué cuando ibas con ellas eras tan diferente? No solías vestirte así, y eso...- Alzo una ceja, ante su comentario y se sonroja- No... No quiero decir que... Es que verás...-

-Tranquilo. Te entiendo, porque antes me vestía como ellas y ahora voy así- Digo mirando mi ropa ancha y de tonos apagados- Esas que eran mis amigas, antes de empezar con el propio bullying me hicieron sentir inferior bajo la máscara de ángeles, me dijeron que no tenía un cuerpo como ellas, por lo tanto la ropa no me quedaba tan bien. Mi "mejor amiga" en el centro comercial no me dejaba entrar a las tiendas de las marcas a las que antes íbamos solo porque ella no quería que me vistiese como ella. "No, Ari, tu no tienes pecho para eso" "Esa te sobra mucho por los lados, si es que estás anoréxica" "Esos pantalones no te van a subir por el culo, tienes demasiados muslos para una talla 36" "Mira, este jersey para disimular que no tienes pecho, esas bermudas algo largas para tapar los muslos y esas botas bajas te quedarían genial"... Solo me acomplejaron para luego dejarme tirada y hacerme la vida imposible- Imito la voz de mis ex-amigas y todas sus pasadas críticas

Leondre no contesta y se queda un tiempo pensativo.

-Pues... Hoy le has plantado cara a Alice ¿No crees que deberías hacer lo que quieres y no dejarte llevar por lo que esas brujas piensen? Al fin y al cabo todo eran mentiras para hacerte sentir horriblemente mal, que es lo que siempre buscan- Me anima al fin

-Pero... ¿Y si tienen razón? No me gusta mi cuerpo, y la ropa ancha y de tonos oscuros es la unica con la que me siento cómoda- Suspiro pesadamente 

-Te digo yo que no tienen razón, es más, tu eres preciosa- Se sonroja al decir esto, toma aire y continúa- No... No te va a... quedar mal nada de lo que te pongas... No puedes dejar que te cambien a la fuerza. Permítete ser tu misma, Ari- Su rostro se torna en una sonrisa amable que me infunde tranquilidad

-Gracias Leo, eres de esas personas que con unas palabras te arreglan el día- Le contesto sonriendo

-Y tú la vida-

Lo miro y se tapa las mejillas mientras se echa a reír.
Cuando llegamos a la puerta de mi casa me despido de él y le doy un abrazo. Al entrar mi madre me mira desde la cocina y sonríe.

-Como me gusta verte llegar sonriendo cariño... Es una alegría que me das poco ultimamente-

-Lo haré más a menudo, mamá, te lo prometo-

Me siento y acto seguido entra mi hermana por la puerta. Cursa bachillerato, en el mismo instituto, pero está en la otra ala del centro. Siempre suele venir andando conmigo, pero desde que vuelvo con Leo pone una distancia entre nosotros para que podamos hablar tranquilos.

Es rubia y no muy alta, pero si delgada. Tiene los ojos verdes, como yo y como nuestra abuela.

Se sienta a comer con nosotras y nos pasamos el rato hablando del "maravilloso día" que hemos tenido. Cuando acabo recojo un poco la mesa y me voy corriendo a mi cuarto. Rebusco en mi armario y saco dos cajas de cartón. Con un cúter rajo la parte superior que las mantiene cerradas y saco toda la ropa que mandé empacar a mi madre hace apenas meses.
Cojo una de las primeras camisetas y me la llevo a la nariz. La ropa huele a cerrado. El resto de mi tarde consiste en hacer la colada mientras escucho música con los auriculares y mi madre me observa con una expresión confusa.