Capitulo 10

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XNew horizons

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Aquel jovencito de cabellos dorados como el trigo y de rostro pálido como el de un niño, parecía un desconocido en medio de aquel mar turbulento. Cualquier otro soldado se sentiría orgulloso de portar un uniforme y de servir valeroso a su nación, pero no él. No Arthur quien llegó al campo de batalla, armado con el uniforme que apoyaba el bando opuesto y con el corazón pendiendo de un hilo. Lo que sus ojos miraban parecía ser el peor de los enfrentamientos; pero tan solo reflejaban una pequeña parte de lo que se vivía en los estados vecinos. Su mirada bajó hasta sus manos y las sacudió con urgencia. Él no era capaz de asesinar, no podría vivir con el peso de la culpa, si lograba sobrevivir la batalla.

Un flash back le hizo recordar el campo vecino lleno de hombres heridos y muertos. Era un cobarde; siempre lo había sido. Y si se había graduado de la academia militar había sido solo por darle gusto a su padre, no porque significara honor para él.

Mientras Arthur se debatía entre elevar el fusil y marchar al mismo ritmo que sus compañeros, los demás soldados impacientes, comenzaron a empujarle y a gritar por estar estorbando en su camino y con el equipo de artillería aun sin cargar.

–Muévete soldado, que los rebeldes casi nos alcanzan-

Gritó uno de los soldados.

Arthur se apartó y miró el lejano horizonte. Entornó los ojos, mirando cómo el bando al que su corazón pertenecía, agitaba la bandera en la colina más alejada. Suspiró sabiendo lo que debía hacer, pero aquella elección podría costarle la vida. Si los cadetes daban con él antes de poder librarse a sus anchas, podrían fusilarlo en el mejor de los casos y en el peor, llevarlo a ejecución. Sabía que cualquiera de las dos le provocaría una terrible desazón a su padre. Kalahan había puesto todo su orgullo en su hijo, pero ¿Realmente amaba tanto a su padre, como para sacrificar su vida, muriendo en un bando contrario y en un pueblo lejano al suyo?

Cuando las fuerzas armadas del sur comenzaron los ataques, Arthur aprovechó la cortina de humo que se había formado en el campo, junto a la distracción de todo el cuartel para salir huyendo camino a las montañas. No sabía hacia donde se dirigía, pero lo que más necesitaba era irse de aquel lugar y no poner un pie donde pudieran atraparlo si le reconocían.

Caminó tres horas por campo abierto, bajo un sol que cegaba sus retinas y achicharraba su piel. Cuando divisó un río, se quitó la camisa del uniforme para no ser descubierto, y prosiguió su camino.

Una vez que llegó a la estación de tren en Gettysburg, analizó el movimiento de oficiales y soldados montando guardia. Era un plan arriesgado, pero era la única forma de salir pronto de aquel lugar.

En un matorral, Arthur esperó hasta el anochecer y se escurrió entre las cajas con armamento, colándose en un vagón con la agilidad de un crío pequeño. El corazón le latía fuerte y su cuerpo transpiraba a borbotones. Pero por vez primera y después de siete largas horas de caminata, pudo sentirse en paz.

Se acogió en la calidez de unos viejos sacos llenos de uniformes y zapatos destrozados, quedándose dormido y sin tener idea alguna, de qué haría al amanecer ¿Hacia dónde iría? pero sobre todo, ¿Qué hacer si le encontraban merodeando por ahí, y él siendo un soldado fugado? Solo un plan bien trazado lo podría sacar con vida; entonces en medio de sus sueños, Arthur recordó el mapa de los Estados Unidos. Parecía un presagio, un deja vú. De algo le sirvió estudiar en West Point y ser siempre curioso con la geografía. El chico sabía que el tren en el que estaba, iba con destino a Virginia donde todo para esos momentos, debía de estar ahogado en escombros y cadáveres. Pero estando en tierra conocida, podría trazarse un nuevo rumbo y hacer de su vida lo que siempre soñó.

Preciado Secreto (Romance historico- época) completoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora