Cuando Justina se fue del comedor.
-Zoe: Olvídate que voy a ser una delincuente.
-Niall: Yo tampoco, aunque ellos me manden.
-Agustín: Aquí están los dos rebeldes. ¿Ustedes piensan que no van a robar?
-Niall: Por supuesto.
-Agustín: Bebés, olvídense. Si ustedes no hacen lo que les dicen les va a ir muy mal.
-Zoe: ¿Qué tan mal nos puede ir?
-Agustín: No sean inútiles, les pueden pegar.
-Niall: ¡No pueden!
-Agustín: Claro que pueden. Ellos hacen lo que quieren.
-Niall:¡Vete de aquí! ¡Eres insoportable!
-Agustín: ¡Vos sos el inútil que vino aquí!
Se acercaron como para pelearse.
-Zoe: ¡Chicos paren!
-Niall: ¡A mí nadie me insulta!
-Agustin: ¡Deja de molestar aquí!
Me pare y los separe.
-Zoe: Los dos son los inútiles, dejen de pelear, no ven que tenemos que estar juntos en esta.
-Niall: Discúlpame Zoe.
-Agustín: ¡Por favor! -Se va del comedor-.
-Niall: Perdón, es que no me gusta este lugar.
-Zoe: Lo sé, a mi tampoco.
-Bartolomé: ¡Vamos niñitos! Afuera.
-Niall: Señor disculpe, pero yo no voy a robar.
-Bartolome: ¿Alguien te pregunto?
-Niall: No, pero no voy a hacerlo.
-Bartolomé: Usted va a hacer lo que yo diga -le dice agarrándolo del cuello de la remera-.
-Niall: Me está haciendo mal.
-Bartolomé: Diga que lo va a hacer.
-Niall: Lo voy a hacer.
Bartolomé lo suelta.
-Bartolomé: Ahora vamos.
Los dos pasamos delante de él y fuimos para donde estaban todos los demás, no entendíamos como se podían mantener callados si seguro que por dentro le tenían que decir muchísimas cosas a los malvados.
Subimos a la camioneta y nos dirigimos hacia el centro...
