-Christopher Collins, 17 años, Colorado-
-¡Corre, que llegaremos tarde!- le grito a mi amigo Robert mientras corremos hacia la entrada de la escuela.
-Tranquilízate viejo, que aún es temprano- dice con la voz más calmada que yo.
- ¡Son las 7:55!- digo deteniendo mi paso bruscamente y mirándolo de frente. ¡todo es culpa suya! Y él aún se lo toma todo con calma. Él y su estúpida necesidad de ponerse a coquetear con chicas a mitad de camino, y aún peor, obligarme prácticamente a seguirle el juego.
-¿¡Qué?! ¡tan tarde es, y tu ahí parado sin moverte! ¡corre, joder!- grita jalandome del brazo para que lo siga. Oh ahora sí, luego de estar todo el camino prácticamente arrastrándolo y gritándole lo mismo.
Llegamos a nuestra clase justamente cuando el profesor estaba a punto de empezar la clase.
Robert y yo nos sentamos en nuestros respectivos asientos, uno al lado del otro. Si, se podría decir que somos cercanos. Es mi mejor amigo, o eso creo.
-Hey-me dice Robert casi en un susurro.
-¿Qué?- digo sin despegar la vista de la pizarra, para al menos hacerle creer al profesor que estoy prestando atención.
-Johnson dará una fiesta, hoy a las 8:00, y necesito que vayas-.
-¿Para que necesitas que vaya?-.
-Porque eres mi mejor amigo- bien, al menos tengo una duda menos- y- no Dios, por favor- te necesito para conquistar chicas.
-¿Yo? ¿Cómo esperas que yo te ayude a conquistar chicas?-
-No te hagas, tú siempre atraes a las mujeres. Tienes ese "je ne sais pas" que las vuelve locas. Hombre, no abandones a un soldado herido en medio de la guerra-.
-No estamos en la guerra, ni estas herido- digo y él me mira de mala forma.
-Ok. Iré a tu casa y te secuestrare-
-No de nuevo Robert. Sabes que odio que hagas eso- sí, no es la primera vez que él va a mi casa y me lleva a algún lugar en contra de mi voluntad - Robert. Rob joder. respondeme Robert-.
Y así se pasó el resto de las clases, Robert ignorandome para que yo no pueda decirle nada respecto a la fiesta, y yo tratando de alcanzarlo cada vez que lo veía por los pasillos.
Ahora estoy caminando rumbo a mi casa solo. Sí, gracias Robert. Usualmente siempre voy a casa junto a él, o algún otro "amigo mio," pero en este momento están todos en las practicas de fútbol.
Llego a casa prácticamente arrastrando los pies del cansancio.
-Hola papá- digo al entrar a la sala de estar e ir directo a las escaleras para subir a mi habitación.
-Hola hijo-.
-Por cierto, hoy saldré a una fiesta-.
-Genial. Espero que te consigas una novia, ya me estas empezando a preocupar- dice desde la sala, sentado sobre el sofá viendo TV.
-Sí, claro- digo en un susurro, para dirigirme a mi habitación.
-Estúpida escuela y estúpidas clases- digo arrojando mi mochila a alguna parte de mi habitación, y arrojándome a la cama- mnn... como te extrañé- murmuro contra las sabanas al tiempo que las acaricio suavemente.
《ting!》
Una notificación de parte de mi computadora me saca de mis pervertidos pensamientos con mi cama.
Porno. para ser más especifico lésbico, enviado por Josh, uno de mis amigos. Siempre envían esa clase de cosas, lo cual es un poco contradictorio ya que son homofóbicos. A mí nunca me ha llamado la atención este tipo de porno. Creo que en general las mujeres no me llaman la atención. Aunque siempre tengo que fingir que si lo hacen.
Es muy agotador tener que estar fingiendo que es así. Yo solo quiero ser igual a los demás.
Lo mejor será que me vaya a dormir.
-Se que habrá un punto en dónde me llegue a doler- murmuro contra la almohada antes de caer en un profundo sueño.
-7:40, si que dormí- digo levantando la vista hacia el reloj de mi escritorio.
Me doy una ducha y me encamino a mi armario para vestirme.
Justo al terminar de ponerme la camiseta, escucho unos golpes en mi ventana "Robert" pienso de inmediato.
-Sabes que puedes simplemente tocar la puerta, como cualquier persona normal ¿no es así?- digo casi gritando desde la ventana.
- Sí, pero esto es más cool- dice tan relajado que me da envidia- ven. Lánzate ahora, para no llegar tarde-.
-Emn... no. Mejor bajo por las escaleras como las personas normales- "como si tu lo fueras" me dice mi subconsciente.
-¿A dónde vas tan arreglado cariño?- pregunta mi madre saliendo de la cocina.
-A una fiesta, no llego tarde-.
-Oh. Mi amor, te vez tan apuesto. La chica con la que salgas será muy afortunada-.
Suelto como puedo el agarre de mi madre sobre mis mejillas, y me dirijo al auto de Robert.
-Tardaste- dice cuando cierro la puerta del auto.
-Sí, pero llegué- digo al tiempo que enciende el auto.
Todo el camino fue silencioso, con excepción de malos chistes de parte de Robert.
Llegamos al lugar donde se realiza la fiesta. Es la típica casa grande, con vasos color rojos regados sobre el césped, y música lo suficientemente alta como para dejarte sordo.
Llevo media hora en esta estúpida fiesta y aún no me he divertido. Perdí a Robert y ahora estoy en un rincón de un sofá beige, y un vaso entre mis manos con una bebida de olor peculiar que no me atrevo a tomar.
-No pareces muy emocionado de estar aquí-
-Cómo crees. Es el momento más feliz de mi vida- digo sin una pizca de ánimo en mi voz.
-Se nota. ¿sabes? Esta casi conversación sería mucho mejor, si nos viéramos las caras- dice un chico al lado de mí, asiendo me voltear para mirarlo a la cara. "OH POR DIOS" es lo primero que me viene a la mente al observarlo. Ojos azules, cabello castaño, y labios rosa pálido. Juro que si lo hubiera visto en otra situación pensaría que es un ángel.
-Así está mejor- dice sonriendo, y logro ver que su sonrisa es más hermosa que todas las sonrisas de comercial de pasta dental juntas.
-Hola- digo sonriendo al igual que él.
En los cuarenta minutos que pase junto a Edwuard, pude saber varias cosas sobre él:
1- Se llama Edwuard.
2- Es el chico más apuesto que he visto en mi vida.
3- Es la única persona con la que he tenido tanta confianza en tan poco tiempo en mi vida.
4- Es nuevo en la ciudad.Se tuvo que ir ya que tenía que llevar a su amigo a su casa, quien estaba en muy mal estado debido a la borrachera.
Ahora me encuentro en el mismo sofá que compartía con Edwuard hace unos minutos, con una chica llamada Britani quien me fue presentada por Robert, y que está prácticamente colgada de mi cuello dificultando me respirar.
- No me importaría hacer otra clase de cosas contigo- dice con voz seductora.
-¿A que te refieres?- digo confundido
-A esto- dice al tiempo que baja su blusa lo suficiente para dejar a la vista sus senos, y se lanza hacia mi para besarme
-No. Lo siento, pero no puedo- digo levantándome del sofá, y dirigiéndome rápidamente hacia la salida.
La verdad es que no sé que acaba de pasar, esa chica era verdaderamente hermosa, cualquiera de mis amigos se hubiera acostado con ella sin ningún problema. Pero yo... no lo sé. Simplemente, creo que era todo, ella en resumen. Su cara tan femenina, su cuerpo tan pequeño, y sus senos, ellos, creo que son lo peor hasta el momento. No encuentro las palabras adecuadas para describirlos, simplemente eran tan, tan...
Oh por Dios, ya todo tiene sentido, es solo que no me gustan las chicas.
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Siempre Finjo | #WSAwards
Non-Fiction"Somos quienes somos cuando nadie está mirando" Fingimos ser personas que en realidad no somos, solo para encajar. Cristhopher Collins, 17 años, Colorado: En realidad no me gustan las chicas, pero si lo confieso me rechazarán. Susan Evans, 16 años...