Fin del Primer Dia

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Clarisse POV:

Me adentre a la selva con una sola cosa en mente: agua. Mis hermanos me habían ayudado a idear un plan (en realidad, más que nada lo hacían para recuperar la dignidad de su cabaña por lo de captura a la bandera), no viviría mucho sin agua, por lo que primero buscaría un río, después me encargaría del refugio. No paso mucho tiempo cuando me topé con dos furias. Sonreí con malicia, al fin podría usar toda la potencia de mi lanza. Subí la potencia al máximo y cargue contra la primera furia la cual de un tajo se convirtió en una nube de polvo. La segunda furia al ver lo que le paso a su hermana saco su látigo e intento golpearme con él, pero se enredó en mi lanza, apreté un botón y la furia se electrocutó. La descarga había sido tan fuerte que en seguida se evaporizó. Continué mi camino pero esta vez con más prisa, comenzaba a anochecer tenía que darse prisa si quería encontrar agua, o al menos un buen lugar para dormir.

Nico POV:

A diferencia de los demás yo me fui caminando por un costado de la playa, pensé que así sería más fácil pasar el día. El juego había iniciado cerca de medio día y si sus cálculos no fallaban deberían ser como las seis de la tarde. Después de un rato de caminar me adentre en la selva. Agua. No me preocupaba, había guardado un termo en la mochila y a base de pequeños tragos quizás aguantaría un poco más de media semana. El frío. Tampoco era un problema, mi chaqueta de aviador me mantenía lo suficientemente caliente por dentro y junto con la tienda estaría bien. La comida. Ahí se arruino mi plan, supongo que conseguir comida no sería tan fácil.

Comencé a mirar a los arboles al caminar y un par de veces creí haber visto carne en el centro de los árboles, pero eso era imposible, cuando me topé con el tercer árbol no resistí la curiosidad y me trepe al árbol. Cuando subí no podía creer lo que tenía frente a mis ojos, tal y como pensé en el centro, casi en lo más alto, había un racimo de carne cruda. Creí oír la voz de mi padre en mi cabeza -Los monstruos se vaporizan sin dejar nada y no podíamos dejarlos a base de frutillas-. Vi como comenzaba a caer el sol y me acerque a la frontera donde la playa y la selva se unían y empecé a instalar la tienda detrás de unos arbustos.

Me preguntaba cómo estaban los demás. Annabeth tendría un plan perfecto, Atenea siempre tiene un plan, o al menos eso dicen sus hijos. Thalia quizás este merodeando por ahí ideando algo. Percy estaría perdido y tratando de improvisar, casi nunca hablaba con sus primos pero sí los conocía... además de que todos éramos parecidos, en físico y en personalidad. Clarisse se las ingeniaría para sobrevivir, a veces podría ser pesada y agresiva (la mayoría del tiempo) pero no era tonta.

Me acosté en la bolsa de dormir con mi espada en mano pegada a mí costado. En poco tiempo me quede dormido mirando la oscuridad.

Annabeth POV:

Sonó una campana y corrí hacia la selva. La mochila me pesaba un poco, pero no me importaba. Me tenía que concentrar en mi plan: Trataría de encontrarme lo más pronto posible con Thalia y entre las dos lograríamos sobrevivir las tres semanas. Sin embargo no confiaba mucho en Thalia, no éramos exactamente amigas, pero tampoco nos llevábamos mal. Cuando encontré un árbol hueco metí dentro de una bolsa de plástico: 3 fósforos, ambrosía, néctar, un par de gasas y uno de los dos termos de agua. La mochila ahora se encontraba mucho más ligera. Tome un par de hojas para cubrir el hoyo y agregue un poco de fango, cuando logre que parezca como cualquier corteza en el tronco marque una A para ubicarme.

-Hay más cosas en el cielo y en la tierra que las que tu filosofía piensa. Hamlet. Primer acto. Quinta escena-. Eso fue lo que me dijo mi madre. Hay más cosas en el cielo... en el cielo y en la tierra...

"En el cielo y en la tierra" repetí en voz alta comprendiendo sus palabras. Mire hacia arriba, buscando entre las copas de los árboles y entre los arbustos, había algunos que estaban vacíos, pero había otros que en el centro, casi invisibles a simple vista estaba lleno de alimentos, había galletas, frutas, algunos vegetales e incluso carne cruda. Poco a poco comenzó a oscurecerse, tome una pera de un arbusto y después de comérmela cree una pequeña fogata. Acomode el saco de dormir junto al fuego poniendo mi cuchillo debajo del saco justo a la altura de la cabeza y me quede dormida casi al instante sin preocuparme por nada más que mi sueño.

Los capítulos son algo cortos al principio, pues cuando comencé a escribir esta historia apenas llegaba a las mil palabras por capítulo, pero prometo que más adelante serán más largos, aunque aun va a haber capítulos cortos, así que por eso actualizare con dos capítulos.

Espero les guste

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