Capítulo 38

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Como saben, tengo un problema con el número 8. Con esto ya queda confirmado.

Disfruten el capítulo. Los amo ♥

***


- Oye, Scott, ¿te ocurre algo?

- ¿Eh? No, mi amor. Estoy bien - sonrío.

No puedo dejar de pensar en lo que ocurrió en casa. Si soy honesto, no me he podido concentrar en la película.

No puedo creer que, en este momento, pasen ideas tan estúpidas por mi cabeza.

Deberías dejarlo. Al fin y al cabo, posiblemente mañana no te recuerde.

Sacudo la cabeza y paso mis dedos por mi cabello. Soy un idiota.

Amo a Mitch, lo amo más que nada en este mundo, pero estoy dejando que el miedo me vuelvan negativo.

Posiblemente, mi antiguo yo ya se hubiera alejado de él. Pero Mitch me ha hecho cambiar hasta en mi forma de pensar, y es algo que realmente le agradezco. Me siento mucho mejor persona ahora que estoy a su lado.

Por eso no quiero perderlo.

- ¡Scott! - agita su mano delante de mí.

- Perdona, Mitchy...

- Regresemos a casa.

- No, no. Ya tenemos un plan, no quiero echarlo a perder.

- Pero te sientes mal...

- Solo es un dolorcito de cabeza - sonrío y le doy un beso en la frente.

- Bien - infla las mejillas y cruza los brazos-, pero si te duele más me avisas.

- Ok, ok.

Lo abrazo y le doy un beso en la mejilla. Sonríe.

- Hoy será un día muy bonito, lo prometo.

- ¿Qué plan tienes, Grassi?

- Quiero ir a la playa.

- ¿A la playa?

- Sí, a la misma en la que nos comprometimos.

- ¿Quieres recordar ese día?

- Toda mi vida - me abraza - ¿Vamos?

- Sí, pero primero vamos a comer.

- Ok - sonríe - ¿Qué quieres comer?

- Ravioles - guiño un ojo y lo abrazo por detrás.

Empiezo a hacerle cosquillas en el cuello usando solo mis labios. Ríe y huye de mí. Cae.

- ¡Mitch! - corro hacia él y lo ayudo a levantarse.

- Estoy bien, solo me tropecé.

- Ten cuidado...

- Estoy bien, en serio - sonríe.

- Vamos a comer - suspiro.

Caminamos hacia el restaurante. Tengo miedo que esto también se deba a su enfermedad...


- Estaba muy rico - agradece.

- Bastante.

Suena el celular de Mitch. Lo saca y lee un mensaje. Se ríe.

- ¿Qué pasó?

- Nada. Era un horóscopo estúpido.

- Oh...

Prometo no olvidarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora