Prometo no olvidarte.

Capítulo 42

- Familiares de Mitchell Grassi.

Mi padre me mira, preocupado, e interviene.

Hoy es 26 de Agosto. Mitch lleva dos días sin despertar.

- Somos nosotros.

El doctor se acerca con un archivo en las manos. Suspira.

- Ya despertó. Si desea, uno de ustedes puede pasar.

- ¿Solo uno?

- Es una habitación pequeña, señora - justifica.

- Scott... Deberías ir tú.

Inconscientemente, empiezo a temblar. Ese temblar de emerge al querer llorar y no poder hacerlo.

No sé si estoy listo para verlo. No aún.

La frase de Luna vuelve a retumbar dentro de mi mente, y con ella, infinidad de frases de negatividad que, por meses, me han atormentado.

- Pero debe ser ya. El horario de visitas acaba en unos quince minutos.

- ¿Scott?

Luna mueve mi brazo débilmente, intentando volverme a la situación.

Pero no logro concentrarme. No puedo dejar de pensar en qué hacer, o en qué decir. No sé si aceptar. ¿Y si acepto y no logro ser fuerte delante de él?

No me atrevo... Pero debo hacerlo.

- Yo iré - susurro, poco decidido.

Doy tres pasos lentos y me detengo. Tengo tanto miedo en este momento.

Mi padre pone una mano en mi espalda, como si se dieta cuenta de lo difícil que está siendo esto para mí.

- Calma. Todo estará bien.

Esboza una sonrisa desganada, en un vano intento por animarme.

Camino con el doctor hasta la habitación. Veo a través de un cristal a Mitch, y a una enfermera dándole de comer en la boca. Tiene el ceño fruncido y la cabeza vendada.

Mitch...

- Así que tú eres Scott...

- ¿Eh?

- Mitch ha hablado mucho de ti. En realidad, fue lo primero que dijo al despertar.

- ¿E... En serio?

No importa todo lo que esté pasándose, solo pregunta por mí...

- Se fracturó algunos huesos, así que no podrá ponerse de pie por un tiempo. Puede sentarse pero solo con ayuda de las enfermeras.

- Mi padre mencionó algo de unos exámenes sobre el Alzheimer.

- Sí. Al parecer, ha avanzado mucho más de lo que aparentaba.