El amarte es mi elección [Haikyuu] PAUSA INDEFINIDAMENTE!

¿La rival de Tobio?

Narra Hinata:

En estos momentos me encontraba en una situación vergonzosa.

Tanaka había agarrado un papel que me habían dejado en mi casillero con una paleta dulce que me estaba comiendo en este preciso momento. Lo estaba leyendo en voz alta y yo le pedía que se callase mientras trataba de no atragantarme con la paleta ya que no quería que nadie se enterara pero ahora era imposible callarlo.

Lo estaba escuchando todos los del club y el que menos debía escucharlo.

Tanaka: 'Lo siento por no tener el valor para poder decírtelo de frente pero es que me da vergüenza y miedo de que ahora me rechaces pero no puedo acallar más lo que siento por ti. Me gustas mucho y estoy enamorada de ti Hinata. Cuando tenga el valor necesario te lo diré de frente ¡Lo prometo!' ¡una chica está enamorada de Hinata!

Nishinoya: ¿quién la firmo? ¿y como aseguras que es una chica quien lo escribió?

Tanaka: no dice quien es y tiene una letra muy linda como para que la escriba un chico.

Nishinoya: ¿no tienes nadie en mente Hinata?

Cuando me voltearon a ver ya Kageyama me estaba sacudiendo pidiéndome explicaciones y quien era esa chica o chico.

Prefería que fuese una chica, tendría menos problemas.

Kageyama: ¡y para colmo comes esa paleta! ¿eres un idiota? no ¡se que lo eres!

- ¡no estoy haciendo malo!

Kageyama: ¡escupe esa paleta!

- ¡no quiero!

Kiyoko: por favor dejen de hacer tanto escandolo.

Tanaka: ¡Lo siento Kiyoko-san!

Tanaka junto con Nishinoya nos sacaron a fueras del colegio ¿porqué me dejan solo con esta bestia?

Kageyama: todavía no termine contigo Hinata.

Tsukishima: que inseguro eres...

Kageyama: ¿qué dijiste?

Tsukishima: ya me oíste.

Kageyama: largate.

Tsukishima: esto es un país libre, hago y digo lo que se me de la gana.

Kageyama: ¿quieres pelear o qué?

Tsukishima: no quiero humillarte delante de Shouyo...

- ya parenle.

No quería que Kageyama terminara reaccionando por las provocaciones del megane por lo que preferí llevármelo a otro a lado, sabiendo que de sobra que mi estado físico no estaría seguro.

Kageyama: ¿porque me llevas? ¡le pude reventar la cara!

- eres muy fácil de provocar Kageyama.

Kageyama: no es verdad.

- . . .

No hacía falta que lo mirase para que se diese cuenta que ni le creía.

Kageyama: n-no cambies de tema ¡dime de quien es esa carta!

Y ahí viene de nuevo.

- la encontré hoy a la mañana en mi casillero, no vi a nadie cerca de mi casillero...

Kageyama: ¿no mientes?

- no miento Kageyama.

Nos quedamos unos momentos en silencio tan solo mirándonos, descifrando algún gesto del otro que delatase algo.