Capitulo 29

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-Nicole, mamá estuvo preguntándose a cada rato si estarías bien.-Susurro Gabriella acercándose a mi oído, ella estaba al lado de mí en el comedor y había dicho que quería sentarse a un lado mío pero entre Edward y yo, al parecer odiaba que la sacáramos de las conversaciones y quería entrar en estas.

-¿Enserio?-Me gire para verle, aún masticando parte de lo que me había llevado a la boca.

-Si-Río levemente-Pero ¿sabes que?-Negué con la cabeza-Estoy segura de que Edward llevaba guardaespaldas, ¿verdad?

-Pues no-Dijo Edward entrando en la conversación-No necesito alguno de esos tipos para cuidarme por sí solo-Le guiñó él ojo y mi hermana simplemente rodó los ojos.

-Tu novio tiene mucho ego-Reí.

(...)

Entre pláticas y risas, la comida se me hizo muy corta ya que cuando mire mi reloj eran las 4:00pm, Edward me había pedido que lo acompañase a la casa de sus padres, el chico quería saludarles y yo no me iba a negar a ello.

Salimos de la casa de mi madre después de despedirme de ellas dos y de dejarle saludos a mi padre, el cual se encontraba trabajando por el momento.
Edward abril la puerta de su coche dejándome entrar para después entrar el por la puerta del piloto.

-Tu hermana está un poco loca-Sonrió.

-Y yo tuve que vivir con ella toda mi vida-Este río levemente para después colocar él llaves en el coche y comenzar a conducir.

-Eres afortunada de tenerla-No dije nada, simplemente asentí con la cabeza, dándome cuenta de que habíamos llegado a un alto y el semáforo aún estaba en rojo.
Podía sentir la mirada de Edward sobre mí y me ponía un tanto nerviosa, no sabía porque aún seguía sintiendo eso cada vez que me miraba pero no podía evitarlo, así me hacía sentir.

-¿Qué?-Fruncí el ceño con una sonrisa cuando al fin me armé de valor y me gire para verlo.

-¿Te eh dicho que estás muy guapa?

-Me lo dijiste desde la primera vez que nos conocimos-Negué con la cabeza divertida recordando aquella noche que nos casamos, Edward había logrado que me sonrojara unas cuantas veces.

-¿Algo que no te haya dicho?-Comenzó a acariciar su barbilla exageradamente intentando recordar-Apuesto que jamás te había dicho que me encanta cuando tomas chocolate caliente y se te queda en los labios-Fruncí el ceño.

-¿Hago eso?

-Claro que si-Sonrío-Y muchas cosas más-El silencio volvió cuando Edward volvió a prestar atención a la carretera, el semáforo se había vuelto color verde y esa era señal para que comenzase a conducir.

(...)

-Edward-Sonrío la mujer de la limpieza al abrir la puerta-¡Hola!

-Hola, Claudia-Dije con una sonrisa en mi rostro.

-¿Cómo les fue?-Abrió más la puerta de la casa para dejarnos pasar, Edward tomó mi mano, como solía hacerlo cuando no conocía la casa pero se podía decir que ahora ya la conocía mejor.

-Genial, París es un lugar hermoso-Dijo Edward aún sin soltar mi mano.

-Ya lo creo-Dijo la mujer-Bueno, los dejo, Edward, tus padres están esperándote-Edward solo asintió con la cabeza y la mujer desapareció por uno de los pasillos de la mansión.

Seguí a Edward hasta llegar a la sala donde estaban los padres de Edward esperándonos. Sentí un remordimiento en mi estomago al recordar la primera vez que había conocido a los padres del chico, aún no podía olvidarlo.

Casados por compromisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora