Final

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-Ya deberías dejarlo tal cual.

-¿Siempre has sido tan malditamente fastidioso?

-Sabes que te estás demorando demasiado, Nicole.-Ambos reímos. Yo podía ver su rostro en el reflejo del espejo mientras ya hacia también acomodando mi cabello frente a este. Admito que llevaba un largo tiempo ahí, pero esto no era algo nuevo para él.

Me sorprendía la felicidad que había entre nosotros. Era tan afortunada de tenerlo a mi lado. ¿Cómo se podía querer tanto a alguien? No sabía exactamente como explicar mis sentimientos hacía él, era algo tan sincero y profundo que...

Mierda.

Su mirada se había topado con la mía, ya sabía que estaba pensando en él. Me había descubierto...

Sonrojada, aparté la mirada tan rápido como pude, pero notando la sonrisa juguetona que se había apoderado de su rostro. Se encontraba sentado en un costado de la cama de nuestra habitación mientras posaba su mirada sobre mi sin despegarla si quiera un segundo.
Me sorprendía también la manera en la que seguía poniéndome igual de nerviosa que la primera vez que lo vi.
Ninguno de los dos dijo nada, estoy segura de que ya había notado mi expresión con la gran sonrisa que adornaba mi rostro, acompañado del leve sonrojo que llevaba en este.

-Ya estoy lista.-Acomodé mi cabello detrás de mis hombros. No había hecho la gran cosa, pero estaba satisfecha.

-Te ves preciosa.-Se acercó a mí y plantó un cariñoso beso en mi frente mientras su mirada recorría cada parte de mi rostro.-Te espero abajo.

Sin decir más, abandonó la habitación.

Miré hacía el suelo, afrontando lo que estaba apunto de pasar. Estaba nerviosa... aquello era imposible de ocultar.
Estaba nerviosa y a la vez emocionada.

-Casi lo olvido.-Dije en un susurro para mí misma y entonces, tomé rápidamente la envoltura rectangular que ya había debajo de mi cama. La estreché entre mis brazos mientras un suspiro brotaba de mis labios.

Se había llegado la hora.

Había trabajado tan duro en esta pintura, había puesto todos mis sentimientos en ella, ahí se encontraban varias noches en llanto y sufrimiento, el echar de menos a mi familia y también la felicidad y el amor... y todos esos momentos compartidos, e incluso el estar lejos de ellos. Había puesto el mayor empeño en aquella pintura, en la cual que ya hacían cuatro personas.

Amaba a mi familia. Estaba segura de que un día volvería a verlos y cuando ese día se llegara, ese cuadro iba a ser de ellos. Era un regalo muy especial y estaba segura de que lo amarían.

Iba a llegar, hoy iba a ser el día en el que tocase la puerta y entonces la perilla se giraría y Gabriella iba a abrir la puerta como siempre lo hacía. Mamá se iba a sorprender de verme, pero después me iba a dar un gran abrazo, yo le contaría todo lo que había pasado en los últimos años... y papá, él iba a hacer ese pastel de chocolate que tanto me gustaba para celebrar. Íbamos a ser muy felices y está vez, nada iba a separarnos.

-Mamá, ¿estás lista?-Gire mi rostro hacía la puerta de la habitación. Darcy se encontraba parada en esta, mientras me miraba con una pizca de preocupación en su rostro, quizá por el como me veía yo cuando tenia esa pintura entre mis manos, sabía que esto me ponía a pensar demasiado.

-Voy para abajo, cariño.-Asintió con la cabeza con una sonrisa dudosa y después la perdí de vista.

Se había convertido en una adolescente, y yo ya sentía que los años me estaban haciendo vieja. Era una exagerada quizá, sólo habían pasado diez años de todo lo que pasó.

Casados por compromisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora