Traición y engaños

18.2K 1.6K 538
                                    

Yuta

Me pregunto qué habrá pensado Haru cuando le pregunté si lo hacía feliz. Se veía sorprendido por mi respuesta.No planeaba decir eso, simplemente salió de mi boca.

Volví a casa. Mamá se encontraba durmiendo en su habitación, así que la cubrí con las mantas de la cama y me largue a mi cuarto. De ahí en adelante, no deje de pensar en Haru.

Haru

Maldito seas, Yuta. Mis mejillas duelen de tanto sonreír.

No logré dormir con tanta facilidad, tarde alrededor de una hora, pero en el momento de hacerlo no tarde en darme cuenta de lo bien que mi cuerpo se sentía.

Al despertar me encontré con mi celular vibrando por un nuevo mensaje recibido:

Buenos días, Haru —Yuta.

Una pequeña curva se formo en mis labios. Joder, ¡Yuta, basta!

No le conteste el mensaje. Evite pensar en él y tome mi reciente lectura, intentando distraerme, lo cual, siempre funciona.

Transcurrió un mes con normalidad, o eso creo yo. Miyuki seguía en su estado de "No confió en Yuta. Deberías alejarte de él" Aunque debo admitir que mi mente también estaba bajo ese mando, pero... no lo sé. Yuta era divertido, preocupado a pesar de mi indiferencia.

Hablando de Yuta, él me volvió a invitar a salir. Claramente, no me pude negar, digo... no tenía excusas que darle, así que...

—Haru, ¿qué tienes? —preguntó Yuta al verme tan perdido.

—Oh, no es nada. Simplemente estaba pensando en el libro que estoy leyendo—sonreí tímidamente.

—Siempre estás leyendo, ¿acaso en algún momento no te aburres?

Lo observé alzando una ceja.

—Eso es lo peor que le puedes decir a alguien que ama leer.

—Mierda. Mil perdones, no era mi intención...

—Pero tampoco es para que te pongas así—y sonreí—. Eres un imbécil, Yuta.

—Uff. Dime algo que no sepa.

Reímos.

Yuta observó el cielo mientras se acostaba en el húmedo césped.

—Me gusta estar contigo—empezó a decir—, no eres como los chicos que conozco.

—Eh, ¿gracias? —murmuré.

—Lo digo de buena manera y lo sabes. Eres ese tipo de chico con el que puedo contar mis secretos sin miedo a que te burles o juegues con ellos...

— ¿Jugar contigo? Eso no va conmigo.

Yuta me dirigió su mirada.

—Lo sé, y me alegro por eso.

Esta vez, yo me recosté a su lado. Que cielo más bonito, las estrellas están muy brillantes.

—Dime, Yuta. ¿Por qué te obsesionaste con ser mi amigo?

— ¿Cómo explicártelo? A ver... Siendo sincero, Haru. Mi vida consta de engaños y traiciones, ¿sabes?

— ¿Por qué lo dices? —preguntó extrañado.

—Todas mis novias me han engañado, pero eso es de esperar en estos días, muy pocos son fieles. La cosa es que... siempre terminaba tan enamorado que no podía evitar caer en depresión cuando me enteraba que me habían engañado. Y no solo han sido mis parejas, sino que también parte de mi familia.

Todo por un nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora