Yuta
Y ahí me encuentro, totalmente emocionado y nervioso por la invitación de Haru a su casa. Yo entiendo que es algo normal, pero no puedo evitar sentirme así, tan energizado, tan sonriente... Mierda. Mamá no deja de reír por mi emoción.
-Pareces un niño cuando le dicen que le comprarán un helado-comentó entre risas.
-Já-Já. Que graciosa eres, mamá.
-Tómatelo de buena manera, hijo. ¿Qué vas a hacer? ¿Conociste una nueva chica? -ella se me acercó y me golpeo levemente con su codo.
-No, no es por una chica-sonreí-. Haru me invitó a su casa.
- ¿Y por eso estás así?
- ¿Qué? ¿Acaso no puedo?
- Bueno, no te comportas así cuando tus amigos te invitaban a sus casas- dijo ella encogiéndose de hombros.
- Digamos que este es un caso especial- conteste, rascando mi nuca.
- Muy especial - dijo ella cruzándose de brazos-. Cuando lo veas mándale mis saludos.
- Claro, claro.
Salí de casa. Aproveché mi energía y corrí hacía su casa.
- ¡Haru!-grite fuera de su casa. Habrá pasado un minuto cuando se digno a abrirme la puerta con aspecto de haber despierto hace poco -. Creo que interrumpí tu sueño.
-Eh... Sí, un poco -dijo masajeando su ojo izquierdo-, pero no te preocupes, llegaste a la hora acordada.
-Está bien-dije.
Haru me dejo entrar a su casa. Estaba muy ordenada y limpia, pero al mismo tiempo se notaba lo vacío que se encontraba.
- ¿Sabes cuándo volverán tus padres?-pregunté.
-No. Dijeron que sería una sorpresa-contestó. Haru se dirigió a las escaleras- ¿Vienes?
-Oh, claro.
Lo primero que llamó mi atención fue un gran librero en su habitación, podría decir que tenía más de doscientos libros perfectamente ordenados.
-Creo que el término de que amas leer te queda corto-dije asombrado.
-Puede que un poco-contesto con una pequeña sonrisa.
-Ver tantos libros me entraron ganas de tomar uno y leerlo-reí.
-Si gustas, te puedo prestar uno.
- ¿En serio?
-Si algo que también gusto de hacer es ver a alguien leer por gusto.
Sonreí.
- ¿Por qué no me recomiendas uno?
-De tantos que me gustan, creo que será algo difícil escoger. Podría hablarte de algunos y me dices cuál te llama la atención.
-Soy todo oído.
Haru
Los libros que se encontraban en el librero terminaron rodeándonos por completo. Yuta no dejaba de escucharme hablar de alguno, incluso hacía comentarios insistiendo en que siga hablando.
Nunca deje de sonreír. Puede que sea al estar hablando de algo que me gusta, o el hecho en que me siento cómodo hablando con él. Puede que sean ambas.
-Este me parece conocido-dijo señalando un libro verde-, creo haberlo visto en la cartelera del cine hace tiempo.
-Oh, sí. Tiene película, y es uno de los pocos de los libros con adaptación cinematográfica aceptable, incluso se complementan.
- ¿Te gustó?
-Mucho. Por un momento llegué a sentirme identificado con el protagonista, en algunas ocasiones, ¿sabes?
-Identificado con un libro-murmuró apoyándose en mi cama- ¿Cómo se siente?
-No sabría cómo explicártelo, pero... es como saber que no eres el único con esos problemas, estados e incluso sentimientos. Se siente extraño, pero bueno al mismo tiempo.
Yuta me escrutó con la mirada, suave y tierna, sin dejar esa sonrisa de lado.
- ¿Sabes? Cuando escucho a mis profesores hablar de algún libro tiendo a aburrirme bastante, hay veces que llego a dormirme. Pero contigo es diferente. Todo es diferente si viene de ti.
- ¿Por qué lo dices?
-Hablas con pasión, Haru. Hablas como si disfrutaras de hacerlo y no te importa si hay alguien oyéndote o no, solo lo haces.
Sumido en mis pensamientos, tardé en darme cuenta que se encontraba más cerca de mí, que incluso su pierna rozaba la mía. Ese hormigueo volvió a mi estomago, incluso la esa sensación pesada y ansiosa en mi pecho.
- ¿Estás bien?
Levemente volví a observarle el rostro.
- ¿Por qué lo dices?
-Porque estabas muy callado.
-Ah, solo estaba pensado.
- ¿Seguro?
-Sí.
Yuta entrecerró los ojos y frunció levemente los labios. Acercó su mano hacía mí, colocándola en mi frente, luego, en la suya.
-Pareciera que estás bien, aunque aún no entiendo el por qué de tus mejillas, están algo rojas.
- ¿Q-qué? -dije alzando la cabeza de golpe. Me levante del suelo-Espera un poco.
Y me largué al baño. Al observarme en el espejo comprobé lo que había dicho Yuta: Mis mejillas estaban sonrojadas. Coloqué mi mano sobre mi corazón y sentí aquellos latidos fuertes y rápidos.
Mierda.
¿Por qué me ocurre esto? ¿Qué pasa? Puede que sea... no lo sé. ¿No estar acostumbrado a tanta cercanía de otras personas? No, no lo creo. Con Miyuki incluso nos abrazamos y no siento esta sensación.
Sacudí mi cabeza. No tengo el por qué pensar tanto, no tengo el por qué de complicar las cosas. Di el agua y moje mi rostro. Tal vez con esto se quite el calor de mis mejillas.
Al salir del baño Yuta se encontraba en su celular contestando algún mensaje.
-Haru, ¿y?
-Olvídalo, no es algo importante.
-Está bien.
Él observó el techo sin expresión alguna y luego a mí mientras me sentaba nuevamente en el suelo.
- ¿Sabes qué hora es? -preguntó.
-No-conteste.
-Son las ocho.
¿Qué?
Alce la vista, encontrándome con la noche. Habíamos estado seis horas hablando sin parar, bueno, pase seis horas hablando sin parar.
- ¿Debes... irte?
-Desgraciadamente, sí-asintió.
Yuta se levantó del suelo y yo también.
- ¿No quieres que te ayude a ordenarlos?
-No te preocupes, puedo hacerlo solo.
Yuta volvió a observar el suelo, se agacho y tomo el libro verde.
— ¿Me lo prestas?
—Uh, claro.
Lo acompañe hasta la salida y él se despidió. Cuando comprobé que se había largado corrí hacía las escaleras hasta llegar a mi habitación y tomar algunos libros. Revisé unas partes que había marcado y todos hablaban de aquella sensación de mi pecho.
Me recosté en mi cama, vencido.
Diablos, me estoy enamorando de Yuta.
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Todo por un nosotros
General Fiction// INICIO DE LA TRILOGÍA "ERES SOLO MÍO" // [Yaoi/Gay] Cuando uno logra obtener una vida normal sin complicaciones está totalmente comprobado que alguien la derrumbará o la mejore. Todos esperamos que sea la última.