Todo por un nosotros

Más sonrisas

Haru

Se puede sentir el estrés en el aire, el estrés causado por los exámenes del mes. Bueno, como era de esperar aquella inquietud de estudiar a último momento no existía en mi cuerpo. En verdad, hace tiempo que no lo siento.

Yuta había cumplido con parte de su promesa; me dejo tranquilo por unos días, en el que aproveche para estudiar para los exámenes. Ahora mismo solo quedan cuatro que dar.

Mis padres me habían vuelto a llamar preguntando por mi estado y estudios, como siempre conteste que todo estaba bien, que no tenían por qué preocuparse. Seguían diciendo que espere la sorpresa de su llegara, que lo tomaré con mucha sorpresa. Finalmente, se despidieron con un "Te queremos, hijo".

Me encontraba caminando hacía el salón de clases cuando me tope con Yuta, que al instante su sonrisa me saludo.

— ¡Hola, Haru! ¿Cómo estás?— preguntó.

— Bien, creo — conteste.

— ¿Crees? ¿Por qué dices eso?

Porqué me tope contigo.

— Nada importante. — Y así, antes de que siguiera buscando algún tema del qué hablar me escape.

— ¡Nos vemos luego!— Grito cuando me estaba alejando.

Ojalá no sea así.

Sentí unos pasos apresurados a mi lado. Al girarme me encontré a Miyuki con los labios fruncidos.

— ¿Y ese desde cuando es tan amigable?

— No lo sé. Estoy pesando que debió recibir un fuerte golpe en la cabeza— dije.

— Es probable, pero ¿por qué contigo?— siguió preguntando.

— Son muchos misterios de la vida, Miyuki. Todo fue muy sorpresivo, de la nada me golpea y al rato después está encaprichado por ser mi amigo.

— ¿Ser tu amigo? ¿Estás seguro de que no está mintiendo para engañarte y golpearte? — Pare de golpe y la observé.

— Espero que no sea así.

Yuta

— Escapo de ti como si fueses a matarlo— reía uno de mis pocos compañeros.

Fruncí los labios.

— No sé qué tiene por escapar de mí. Soy un buen chico, ¿no?— dije en voz alta.

— ¿Tú? ¿Buen chico? ¿Estás bromeando, no?

Lo golpee levemente en el brazo.

— ¡Bueno, desde ahora en adelante seré un buen chico! Aunque eso me cueste, lo lograré.

— Cada día estás más loco.

Lo sé.

Al pasar los días Haru se limitaba a contestar mis saludos y colocar una mueca en su cara como intento de una pequeña sonrisa. Por un momento fui ingenuo y me deje llevar pensando que su frialdad era por los exámenes del mes, pero una vez que terminaron seguía haciendo lo mismo. Así que nuevamente intente acercarme, además, ya había cumplido con la promesa de dejarlo tranquilo por un debido tiempo. Me encamine a buscarlo un día viernes e invitarlo a hacer algo. Lo encontré en la salida con una chica castaña a su lado, era linda y debía admitirlo. Altura promedio, cabello con unos rizos elegantes y una tez algo pálida de lo que se venía normalmente.

¿Y si es su novia?

¿Qué clase de pensamiento fue ese? ¿Por qué debería interesarme? En verdad, sería una gran oportunidad de acercarme a ella y preguntarle cosas sobre Haru, sí, sin parecer acosador.