Capítulo 10.

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Sebastián Anthony Wasley Maximilian.

Me quede observándola, cada centímetro de ella era precioso y delicado, no podía dejar de observar como esos bellísimos ojos se destacan con su pelo rubio y menos en ver esos hermosos y carnosos labios con una pintura delicada que los hacia más ganas de besar y no dejar de hacerlo. Su vestido acentuando cada curva de su piel, dejando a la imaginación fluir. Me encantaría poder agarrarla y hacerla mía en este instante, sentí una erección apretando mi pantalón de vestir.

Le di un beso en la mejilla con ganas de rozar sus labios otra vez y le mostré la mesa para después ser educado y acomodarle la silla.
-Gracias.-dijo en susurro que escuche perfectamente, hasta su voz es deliciosa.
Me senté y pude observarla un poco intranquila.
-¿Cómo has estado Madeleine?-.dije mirándola, observando cada movimiento de ella.
Madeleine observa mis ojos y mis expresiones, haciendo que me sorprende e infle mi pecho de orgullo al saber que me observaba con tanta intensidad y no los demás hombres que todavía tienen la mirada en esa preciosa chica, imbéciles.
-Bien Sebastián, ¿y tú?-. Dijo mirándome con una sonrisa.
-Estoy mejor desde que te vi-. Madeleine se ruborizo y bajo la mirada.-Eres una joya, te ves preciosa, siempre lo has estado.-dije mirándola directamente a los ojos.

El mesero nos interrumpió, era un chico que consiguió el trabajo recientemente, el chico no dejaba de mirarla.
-Buenas noches. Hoy seré su mesero asignado ¿Les gustaría ordenar ya?-.dijo mirando a Madeleine, sentí enojo creciendo.
-¿Cuál es la recomendación del chef?-.dije haciendo sobresaltar al chico, me mira y ve mi cara de pocos amigos, poniéndolo nervioso.
-Langosta servida con una ensalada y una crema especial con salsa picante al gusto.-dijo mientras me miraba ahora a mí. Me sentí triunfante.
-Dos por favor y el mejor vino que tenga.
-Sí señor, con permiso.-dijo para después mirar a Madeleine antes de irse.

-¿Cómo estuvo tu día?-.dijo Madeleine después de que se fuera el mesero.
-Muy rápido se fue, en todo en base a contratos, la ecología y ensayos que hacer-.dije encogiéndome de hombros.- ¿Y su día Madeleine?
-Muy bien, un cambio de look y espero poder disfrutar todo sobre Inglaterra.-dijo con entusiasmo, haciéndome soltar una sonrisa escondida.
-Eso me parece muy bien, espero después yo mismo mostrarte lo hermoso de Inglaterra.-dije deseando poder cumplirlo.
-Espero que así sea.-dijo soltando una risita.
El mesero llego dejando el vino después de rellenar las copas, poco después llego nuestras comidas.
-Madeleine creo que después de todo en verdad me quede con una duda tuya.-dije esperando decirlo en buen momento. Madeleine se puso tensa y me mira curiosa.
-¿Cuál duda?-.dijo intrigada.
-¿Mi madre te adopto, estoy en lo correcto?-.dije mientras esperaba una reacción de ella, pero tan solo estaba mirando su plato.
-Sí, correcto.-dijo mientras ahora me miraba.
-¿Cómo paso eso? Si en verdad no quieres hablarlo, comprendo.-dije mientras miraba como tomaba vino para tener fuerza.
-Tenía ocho años cuando me encontró en el invierno de Dallas, su carro derrapo junto a mí, se paró para ver si estaba bien y me recogió.
-¿Qué hacías sola en las calles de Dallas?-.dije confundido.
-Era niña de calle.-dijo para después tomar la copa y darle un pequeño sorbo, pude ver sus dedos temblar al tomar la copa.- Ese día no pude robar dinero para el "jefe"-.dijo haciendo comillas con los dedos.-Tenía miedo que me golpeara o peor que me violara como siempre entre todos.-dijo y pude ver como sus ojos se cristalizaban.
Mi corazón paro en ese instante al escuchar eso.
-¿Quién era el jefe?-.dije con ganas de matarlo, y ganas no faltaban, mi cuerpo estaba caliente de odio.
-Un chico de dieciséis años que controlaba las ganancias para "comprar alimentos" pero tan solo nos daba tortillas secas y leche caducada, lo gastaba todo en drogas.-dijo ya mirando el plato sin apetito.
-¿Sigue vivo?-.dije mientras pensaba en contactos que me ayudaran que pague todo.
-Murió de una sobredosis.-tomo aire para no soltar una lagrima.-Tu mama le debo mi vida, en verdad ella fue un ángel para mí y ahora lo es desde el cielo.-dijo para después pararse.-Iré al tocador, ahorita vengo, perdón Sebastián.
Quería detenerla pero ahora necesitaba su privacidad y lo entiendo.
Madeleine en verdad tengo que cuidar de ti, no busco nada más que veas que me importas y te lo demostrare, nunca nadie volverá o poner una mano encima de ti. Ahora me odio al saber que fui otro más que golpeo su delicada piel, no tengo palabras para describir lo que en verdad siento, Madeleine cuidare de ti como la muñeca de porcelana que eres. Te demostrare que la vida es hermosa y que a mi lado no te faltara nada. Siento algo que me atrae a ti pero en verdad dejare ese sentimiento alado solo quiero que confíes en mí. Eres mi objetivo llamado felicidad.

Después de unos minutos, salió y pude ver que le faltaba brillo en sus ojos pero sigue viéndose radiante.
-Perdón Sebastián.-dijo un poco ahogada en su voz.
-Madeleine, siempre contaras conmigo en todo, quiero que nada te falte.-dije tomándola de la mano.-Mi madre me lo dijo en la carta y no cabe duda que es verdad, eres importante e única, quiero cuidarte y que nada te falte. Eres una gran mujer y sé que quieres salir adelante sola pero quiero ofrecerte mi apoyo y quiero estar contigo en todo momento como una persona especial, solo por favor confía en mí. Mi madre me dijo que te mostrara Londres y más países y eso hare solo quiero preguntarte algo.-dije mirándola a los ojos.

Pude ver muchos sentimientos salir a flor de piel en Madeleine, no sabía cómo podía reaccionar,pero después de visitarme ese día sabía que sería lo mejor, y ahora lo sé.
-Madeleine múdate conmigo.

Madeleine.

Sentí mi mundo dejar de moverse, al preguntarme eso y ahora es algo que me está dando choques a todo mi organismo,quería salir corriendo e irme a Dallas pero no tengo una vida planeada en ningúnlado. Respire hondo para pensar con claridad que decirle.
-¿Qué quieres que te diga?-.le dije a Sebastián que miraba atento cada movimiento que hacía, me ponía más nerviosa.
Creo que no se esperaba esa reacción, pensó unos instantes que decir.
-Sé que me pides tiempo y te lo daré.-dijo para después tomar vino.
-Sebastián.-dije en un respiro.-Eres el hijo de Patricia que fue una madre paramí, y sé que no eres malo, sufres al igual que los demás y quieres conmigo abrirte pero no sé cómo tomarlo en estos instantes.-dije siendo lo más honesta posible,Sebastián conmigo no tiene malas intenciones y es hijo de patricia que por élestoy aquí ahora.
-Te hare un trato Madeleine.-dijo Sebastián poniendo los brazos en la mesa.-Quédate conmigo una semana y tú decides si quieres pasar conmigo Londres.
-¿Una semana?-.dije mirándolo pensativa. Sebastián asintió.
-Tú decides.
-Mañana te digo la respuesta.-dije mientras terminaba la charla.
Terminando la plática, Sebastián pidió la cuenta para después salir e inundarnos muchos paparazis, me sentía con miedo, no me gustaba que me encerraran en lugares pequeños y menos personas.
Sebastián me ayudo a subirme al auto.
-Perdón si te causare problemas.-dije mirando por la ventana como nos alejábamos.
Sebastián dio una carcajada haciéndome revolar en mi estómago.
-Perdóname a mí por los problemas que te causare.-dijo mirándome con unasonrisa para después volver su mirada enfrente.
Me dejo en la casa de Zac en par de minutos por la velocidad que iba.
-Gracias por todo Sebastián, me gustó mucho convivir contigo.-dije mirándolo para quitarme el cinturón de seguridad.
-Nada que agradecer Madeleine, el gusto fui mío y por favor tenme una buena respuesta mañana.-dijo Sebastián apagando el motor.
-La tendré.-dije con una sonrisa, me acerque a él dudando, le di un beso en la mejilla.
-Dulces sueños princesa.-dijo mientras salía del auto.
Mi corazón sufrió un colapso y se inundó de un sentimiento que crecía.
-Igualmente Sebastián.-dije cerrando la puerta para después entrar a la casa, sentí su mirada en mis pasos.
Hasta que cerré la puerta, su auto arranco.

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¡Hola!

Perdón por tardardemasiado en escribir, me fui de vacaciones y apenas llegue.
Espero que les guste.
Voten y comenten, en verdad me daría mucho gusto en saber si les agrada.


Inseguridades.Onde histórias criam vida. Descubra agora