Capítulo 3.

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-Te extrañare mucho.-dije dejando unas rosas blanca en su tumba mientras me secaba las lágrimas que deslizaban en mi mejilla, su homenaje fue corto, asistieron amigos más cercanos a ella y en la tumba estuve ahí con su amiga dándome apoyo mientras me abrazaba por el hombro.
-Vamos Mad.-dijo Natalia mientras me esperaba unos pasos más adelante.

Camine en silencio con ella hasta llegar a su auto, nos subimos, me abroche el cinturón y miraba el camino mientras mi mente estaba en blanco.
-Diablos, la extrañare bastante.-dijo Natalia mientras le pegaba al volante con los ojos cristalinos.
-Ya somos dos.-dije mientras sonreía pensando que la sonrisa será mejor que un sollozo.
-Sabes, ella no quiere vernos así, ya nos hubiera aventado un camarón en la cara.-dijo haciéndome soltar una risita, puso una canción alegre en el camino que era la favorita de mi madre adoptiva Paty *Ramones-California Sun*
Reímos, mientras cantábamos al coro.
-Ella te amaba demasiado Mad, lo sabes muy bien, te vio como una hija que ya las dos se decían madre e hija.-dijo Natalia mirándome con dulzura, yo asentí.
-Siempre fue mi madre para mí, desde que me abrió las puertas de su auto y me tendió su mano.

No pudo decirme nada más, ya que llegamos a la casa de Paty que ahora es mía, me dejo en su testamento la mitad de la casa y de su economía y la otra mitad la tiene su hijo.
Abrí la puerta con detrás de mí Natalia, se sentía vacía, no alegre y con el aire todavía a cigarro.
-¿Ya sabe su hijo?-.pregunte a Natalia mientras nos sentábamos en el sofá de la sala.
-No.-dijo Natalia, guardo silencio un rato, prosiguió.-Esta muy ocupado que no pudo hablar con ella por años.-dijo sonando enojada con el susodicho.
-Paty me dejo una carta que quería que se le entregara personalmente, dice que no confía en el correo exprés aparte es lo único que le dejo y que se pierda no ha de ser lo mejor.
-¿Cuándo se la vas a llevar?-dijo Natalia intrigada.
-Mañana.-dije decidida.-No quiero esperar más tiempo de su fallecimiento por su ataque por las drogas.
-Sí, comprendo.-dijo Natalia para después mirarme a mi.- ¿Así te iras?-dijo mirándome directo, me dio una evaluación con la mirada que me hizo sentir incomoda.
-Sí, ¿Por qué no?
No me veía tan mal, me pinte el pelo rosado saliendo de la escuela pero sigo siendo la misma chica solo con lado femenino.
-¡Solo resalta esos ojos preciosos que Dios te dio!-dijo con exclamación ya que a veces me pongo pupilentes para cubrirlos.
-Lo pensare.-dije insegura.

Charlamos un poco más, para después irse.
Me quede sola contemplando la casa, quería llorar y mandar todo a la mierda pero mi mente con mi cuerpo trabajaban al máximo para hacerme caer en ese instante.
Arregle mis maletas y compre un vuelo rumbo a Londres, ya tenía todo preparado para mañana. No esperaría a hospedarme iría directo a él.
Me tumbe en la cama mientras mi espalda dolía de tanto estrés dentro de mí, llore hasta quedarme dormida.
Pensaba en Patricia, mientras cocinábamos galletas y me abrazaba saliendo de la escuela como un hijo a su madre o padre. Ella siempre fue mi madre desde que la conocí.


Me levanto la alarma, me estire y miraba el techo mientras pensaba en todo pero menos levantarme, con pereza me levante después de unos minutos, fui directo a la ducha, tome mi tiempo para después salir y arreglarme, me puse un vestido color azul cielo, pegado de la cintura para arriba y de abajo estaba nada ajustado, daba un acabado lindo con unos aretes y una pulsera para después maquillarme algo suave y mis tacones blanco haciendo juego con el vestido.

Salí de la casa, dejando todo cerrado y a la vecina que cuidara el jardín y la casa, la llamaría de vez en cuando.

Tome un taxi al aeropuerto, eran las 4:40 de la madrugada cuando llegue el aeropuerto, mi vuelo eran a las 5:00 para llegar a las 2:00 de la tarde a Londres.
Me revisaron la maleta y espere mi llamada de vuelo. Todo pasaba tan rápido, compre un café justo en ese instante que daba las gracias, los megáfonos sonaron.
*Pasajeros rumbo a Inglaterra, por favor pasar a dar su boleto de vuelo.*
Me di prisa a llegar, salude a la chica y di mi boleto.
-Pase.-dijo con una sonrisa, di las gracias y fui al avión. Me senté junto a la ventana y espere a que despegaran mientras escuchaba música y tomaba mi café a sorbos.
Un chico se sentó alado de mi asiento de vuelo, me sonrió y yo a él, algo me había dicho pero con los audífonos no lo había escuchado.
-Perdón escuchaba música.-dije con vergüenza, el sonrió sin importar.
-No te preocupes.-dijo con una sonrisa.- Solo te dije que me llamo Luck, tu amigo de viaje.
-Un gusto Luck.-dije con una sonrisa devuelta.- Me llamo Madeleine.
-Bonito nombre Madeleine.- ¿Te gusta viajar en avión seguido?
-Es mi primera vez.-dije sincera.- ¿Y tú Luck?
-Pensé que ya has viajado en avión muchas veces por lo relajada que estas.-dijo con una sonrisa acomodándose en su asiento.-Yo viajo demasiado, soy empresario, inspecciono a los trabajadores que se dedican a hacer casas, hoteles, etc.
-Buen trabajo, han de pagarte una gran suma de dinero.-dije mientras escuchaba decir a la aeromoza que ya íbamos a despegar. Me acomode y abroche el cinturón, Luck me platicaba que su trabajo le gustaba mucho, que tuvo que trabajar duro para estar ahí, no tuvo la suerte de tener todo en la vida pero con esfuerzo todo se puede, tiene veinticuatro años y ahora está soltero sin querer tener una mujer a su lado, ama la naturaleza y cuando sea más adulto le gustaría comprarse una casa cerca del lago. Es simpático y agradable, yo le platique que estudiare arte, tengo diecinueve años y iré a entregar una carta a un hijo quien su madre acaba de fallecer, se quedó intrigado pero no me pregunto solo aguardo silencio y eso me agrado.
-Oye Madeleine no le digo eso a cualquiera pero ¿No eres modelo?-.dijo mirándome directo a sus ojos color verde claro y sus largas pestañas, es muy atractivo.
Mis mejillas se pusieron rojas y negué con la cabeza, mientras me mordía el labio.
-Eres muy hermosa, cualquier empresa te contrataría, aparte tus ojos Madeleine, roban suspiros.-dijo mientras se acomodaba para dormir mirándome a mí.
-Gra-Gracias.-dije tartamudeando estando más sonrojada, él rio para después decirme buenas noches, se quedó dormido mientras yo leía, mis ojos los sentía pesados que de un de repente me deje caer en los brazos de Morfeo consumiéndome el cansancio.

Sentía que alguien me movía y estaba en lo correcto, era Luck, quien me miraba con una sonrisa.
-Ya despegamos Madeleine, vamos linda.-dijo mientras se levantaba y me daba la mano, bostece y me estire mientras Luck se reía, lo mire sin entender.
-Pareces una criaturita del bosque.-dijo con una sonrisa de lado, me reí y me levante con su ayuda. Era muy alto.
-Gracias.-dije mientras bajábamos del avión con nuestro equipaje.
-¿Me das tu numero Madeleine?-.dijo Luck mientras íbamos saliendo del aeropuerto juntos.
-Claro.-dije, intercambiábamos números, antes de irse, le pregunte.- ¿Conoces a Sebastián Anthony Wasley Maximilian?
Dio una carcajada y me aseguro que sí.
-Te dejo en su empresa, súbete.-dijo mientras paraba un taxi, le di las gracias y me dijo que trabaja con él, que Sebastián es una persona fría pero a la vez tiene su lado amable, nunca lo había visto mal, siempre tiene un porte de hombre recto.

No tenía ganas deconocerlo, sentía mi estómago revuelto pero iba decidida por Paty mi madre.Le di las gracias saliendo del taxi y Luck me deseo suerte, me retoque elmaquillaje y me puse perfume para después entrar con el sobre de su madre en laempresa más prestigiosa de Londres.

Inseguridades.Onde histórias criam vida. Descubra agora