Capítulo 10

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Mirarlo, era como ver el sol directamente; te cegaba con tanta belleza y de la misma manera te mareaba y hacía que perdieras la razón por un par de minutos hasta que tuvieras la intención de mirar a otra parte.

Con tan solo mirarlo, me sentía intimidada.

-¿Crees poder tirar todos los bolos de una sola chuza? –Su pregunta me sacó de toda mi ensoñación, su voz era hermosa.

-Por supuesto que no. ¿Ubicas que nunca antes había jugado? Para mis estadísticas como jugadora eso es prácticamente imposible.

-Creo que a ti lo único que te hace falta es confianza.

-¿Confianza? La tengo. Lo que no tengo es la práctica. –Estúpido chico.

-Bueno, entonces en eso te puedo ayudar.

¡Caray! Nunca pensé que esa fuera su respuesta.

-Sólo espero que no seas desesperado.

-Tengo tiempo de sobra. –Me guiñó un ojo y sonrió como si disfrutara de una broma privada.

¿Es posible evocar todos los sentimientos con tan solo una mirada y una sonrisa?

Me quedó claro en ese momento. Me desintegré.


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