That Often Go

Capítulo 13

   Estaba intentando recordar lo que pensé la primera vez que lo vi, pero para ser honestos nadie, (o casi nadie) puede recordar eso a plenitud porque en su momento no le damos la debida importancia o no sabemos cuánto podría llegar a importar todos esos detalles que en su momento pasamos por alto.

   Eso me pasó a mí, pero antes de saber realmente cómo era y de sentir todo lo que ya estaba sintiendo, creí que sólo era un chico hueco y superficial.

   ¡Qué equivocada estaba! Él era justo lo contrario de mis expectativas, de todo lo que esperaba.

   Ahora la vergüenza subía por mi garganta en forma de reflujo de sólo recordarlo y me quemaba.

   ¿Y cómo iba a mirarlo de ahora en adelante? No podía actuar como una colegiala perdidamente enamorada, aunque en realidad así fuera. Tenía mucho en qué pensar y muy poco tiempo, sólo me quedaba una semana y después no lo volvería a ver más.

   -Listo, tengo un té negro para ti. -Dijo con una sonrisa tímida, con una sonrisa que apenas dejaba ver ese diente apenas desviado. Dios, ese diente, qué bello era.

   -Gracias. -Fue todo lo que alcancé a decir.

   -¿Por qué no me cuentas más de ti?

   "Porque soy una chica común y corriente que no hace más que leer y tomar té. Una chica rara más del montón." Pensé.

   -¿Es en serio? -Me burlé.

   -No creo que debas ser tan grosera conmigo, no te he hecho nada malo y desde que nos conocimos no haces mas que buscar burlas a todo lo que digo o pregunto. 

   "¿Qué? ¿Acaso no te das cuenta? Todo lo que hago es porque me pones nerviosa y no sé como responder sin dar muestras de mi absurdo enamoramiento así. Me pones idiota en pocas palabras y lo único que puedo hacer es responder precipitadamente."

   -Tienes razón. Lo siento. No tenía idea de lo grosera que estoy siendo. -Dije con la mirada hacia mis manos. Estaba completamente segura que estaba roja como un tomate.

   -Sabes, no importa ya. -Su voz mostraba resignación. ¿Es que acaso se alejará de mí? Mierda, mierda, ¿qué hice? -Llevo días queriendo saber quién eres realmente, lo que te gusta y el porqué te escondes bajo ea actitud de guerrera herida mal humorada... -Se detuvo. Lo tenía cerca, tan cerca que me dolía.

   -Realmente no hay mucho que saber de mí. Sólo soy una chica común de 14 años que sueña con ser escritora no porque quiera ser famosa, sino porque eso lo que la hace feliz. Intento empaparme de lecturas que hagan crecer mis sueños, aunque para las personas es una pérdida de tiempo. Creo que no hay imposibles, sólo grandes sueños esperando ser realizados. Y mírame, no encajo en los parámetros de lo que la sociedad considera una "persona bonita, guapa o agraciada". A eso sumémosle que soy una chica sin algo relevante que aportar al mundo... al menos por el momento.

   -Con la actitud que te cargas creí que eras popular. A decir verdad una niña mimada de pacotilla. -Dijo entre risitas. 

   -Bueno, lamento decepcionarte. -Le devolví la sonrisa.

   -Quiero decirte que... -La voz le falló. Es como si quisiera decir algo que no pudiera explicar. Tal vez le pasaba lo mismo que a mí. Dios, soy una idiota por pensar que un chico como él pudiera fijarse en alguien como yo. -...que admiro todo lo que has dicho acerca de ti, y tu actitud misteriosa no hace mas que comprobar que eres un ser maravilloso y especial. -¿Cuántas chicas habrán caído con ese discurso? Imagino que muchas. Yo podría caer con gusto. -Tal vez esto suena muy cliché pero, eres muy diferente de las otras chicas. Tienes ilusiones y aspiraciones que te hacen salir adelante, sabes cuál es el camino y no te desvías de tus objetivos. Eso para mí es la magia de la vida, tener todo el mundo a tus pies y tomar el rumbo fijo de este para que las cosas salgan como se espera...

   Si no fuera porque lo echaría todo a perder rompería todo el espacio que hay entre nosotros y lo besaría como si no tuviese otra oportunidad.Y no lo haría por el halago que acababa de hacerme, sino por su forma de ver el mundo, su visión.

   Siempre he creído que las personas van y vienen por pura casualidad, realmente no creo en el destino y mucho menos en las almas gemelas.

   Tal vez sea tiempo de reconsiderarlo...