Diecisiete.

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— Voy a ser muy directa contigo.

Madison está sentada justo frente a mí. Su largo cabello castaño se encuentra atado en una coleta alta revelando completamente su rostro, ella no sonríe, tampoco lo hizo cuando llegó y la saludé.
Simplemente ella está ahí, evaluándome. Probablemente por su mente cruzan mil razones por las que yo no podría ser una modelo.

—Eso es bueno, supongo – Murmuro en voz baja, sintiéndome incómoda por estar aquí con alguien como ella.

Sus ojos se entrecierran un poco, clavándose en los míos.

— ¿Estás enamorada de Jack?

La pregunta me toma completamente por sorpresa porque esperé que dijera cualquier cosa menos eso. Ella me encontró con la guardia baja y las neuronas en mi cerebro se encuentran teniendo problemas para conectarse y formar ideas.

— ¿Disculpa? – Pregunto de manera estúpida, me siento aturdida.

— Mira Clari.. – Comienza a hablar y quiero darle un golpe en la cara por equivocarse de nuevo con mi nombre—. Conozco a las de tu tipo, ustedes niñas tienen la tonta ilusión de que Jack estará con ustedes y en algún momento de la vida se casarán, pero déjame decirte la verdad. Las cosas no serán así. – Una sonrisa cínica se forma en su rostro lleno de botox y siento como si me acabara de clavar un cuchillo en el pecho—. Tú tuviste suerte, por algún motivo Jack te ha estado soportando, pero no creas que te quiere. Él me quiere a mí.

Las cosas están sucediendo tan rápido que no logro procesarlas.

¿A esto le intenté dar una oportunidad? Vaya mierda.

— Ugh, Madison, eres una perra auténtica –. Suelto antes de poder arrepentirme.

Las mejillas de la tipa se llenan de color inmediatamente y noto que está molesta, porque se le han formado arruguitas en la frente que su botox no puede detener.

— Di lo que quieras, tengo a Jack en mi cama.

— Pues él es un imbécil, sólo espero que estén usando condón para que no le pegues el sida o algo así, quién sabe qué tanto abra pasado por tus piernas.

Por un instante me siento completamente orgullosa de lo que acabo de decir pero, cuando menos lo espero, siento la mano de Madison impactar en mi mejilla izquierda. Mis ojos se abren con sorpresa cuando comprendo que me acaba de golpear.

Pero no me quedo atrás, y le devuelvo el golpe.

Su blanca mejilla tiene marcados cuatro dedos de mi mano y sonrío victoriosa, sus ojos se llenan de lágrimas que sé que no son de dolor, sino de coraje y me muestra los dientes, como la perra que es.

— Eres una..

La oración de Madison no termina de ser dicha porque alguien que ambas conocemos acaba de entrar al lugar, y está llamando nuestros nombres con una estúpida sonrisa en el rostro.

Que inoportuno eres, Gilinsky.

— Que gusto encontrarlas juntas.– Él dice feliz cuando llega hasta nuestra mesa. Por su actitud supongo que no vio ni escuchó nada de lo que acaba de suceder entre nosotras, y cuando Madison sonríe falsamente hacia él comprendo que ella no planea decirle.

— Jack, amor –. Madison envuelve sus delgados brazos alrededor del cuello de él para después recibir un beso en la frente de parte de Jack. Mi corazón da un vuelco.

— Dios, Maddie, cuando me dijiste que te encontrarías aquí con Claritty no te creí – Jack ríe y cierra sus ojitos adorablemente, Ugh. — Me da gusto que finalmente hayan podido conocerse –. Él me mira y sonríe, sus ojos están tan radiantes que nunca y me siento como la mierda.

— Ella es una chica adorable –. Quiero vomitar cuando escucho las palabras de Madison, pero cuando miró a Jack él está aplaudiendo como un tonto niño chiquito y parece lo más lindo que he visto jamás.

— Debo admitir que te juzgué mal –. Miento siguiéndole el juego a Madison y siento los brazos de Jack envolverse rápidamente al rededor de mi cuerpo, pero el abrazo no se siente como los que me ha dado antes, este es más rápido y un tanto frío. Se siente como si no fuera Jack.

Y entonces esos brazos que hace pocos segundos me sostenían se enredan en el delgado cuerpo de Madison, y aquellos labios con los que cientos de noches soñé se enlazan con los de una chica que no vale para nada la pena, una chica que romperá el corazón de alguien por el que yo daría demasiado.

Y lucho por contener mis lágrimas, porque a pesar de la mierda de persona que ella es, Jack parece ser el chico más feliz del mundo mientras la besa, y este momento me duele más que cualquier otro porque acabo de comprender lo mucho que ella significa para Jack, y lo mucho que la quiere. No puedo ser yo quien lastime a Jack diciéndole quién es Madison en realidad, no quiero que me odie ahora cuando las cosas están bien entre nosotros.

No quiero que después de todo lo que ha sucedido, Jack siga creyendo que soy una niña celosa.

Y mientras ellos se besan, camino lentamente con dirección a la salida mientras marco el número de Maca.

Cuando ella contesta, yo ya estoy lejos de Jack y Madison y las lágrimas ya se encuentran cayendo libremente por mi rostro.

Lágrimas que queman, lágrimas de dolor puro.

Madison.» Jack GilinskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora