12-Juicio Patuno

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El Sur, seguía en el Norte, y ya estaba preparándose para lograr lo que las tres hermanas habían soñado durante toda su vida, que era gobernar los tres Territorios. Fuerzas del fuego y marineros sureños atacaron al Territorio del Medio, sin embargo no avanzaron apenas debido a un mensaje que llegó de las playas del Oeste del Territorio del Sur. Las tribus de cuervos del Archipiélago de los mil naufragios habían comenzado una serie de ataques conquistando rápidamente aldeas y ciudades de la zona. El rey cuervo del Norte dirigía el ataque, y Guiomar aprovechó para aliarse contra Alba, pues la paz ya no era posible. Sirenas y monstruos surcaron mares y ríos desde las islas más remotas para luchar. Esto provocó la gran derrota de Alba y su reino.

El Medio castigó al Sur expulsándole de sus fronteras, y mientras los cuervos recuperaban sus aldeas, Alba, su marido, y Lidia se refugiaron en el palacio del Norte, donde la familia del Norte permanecía apresada. Gemma seguía intentando comunicarse con su dragón y en el momento más oportuno la bestia surgió del anillo. Con la guerra presente nadie había visto el anillo que se le había caído a Gemma, lo cual le permitió ordenar a su dragón matar a todos los sureños que viese. La mirada del dragón era tan profunda que si se le miraba atentamente podía verse a Gemma guiándole desde otra dimensión. La ira del dragón, junto a los habitantes oprimidos del Norte, consiguieron apresar a la familia real del Sur. Así fue como el orden regresó al Norte.

Lejos de aquel suelo helado, mucho más al sur, cruzando las fronteras, los verdes jardines del Medio, y largos desiertos, se encontraba la arena que había sepultado a Iván. En ese momento los granitos de arena empezaron a moverse lentamente, y de entre ellos se descubrieron plumas enormes y blancas. La arena siguió moviéndose hasta que del arenoso suelo salió el príncipe sobrevolando el desierto y apartando con el viento la molesta y pegajosa arena. Iván voló rápidamente hacia la capital del Norte, viendo como los cuervos reconstruían las devastadas aldeas. En el palacio, aún estaban encerradas sus tres hermanas pequeñas. Primero, con una brisa gélida liberó a Meijia de las llamas que formaban su jaula. La prisión que mantenía encerradas a las gemelas era más compleja. Manteniendo ambos capullos de fuego en el aire los desenredó y una vez separados los esparció en el aire formando una lluvia de ascuas ardientes y liberando a sus dos hermanitas. Luego, el príncipe abrazo a sus hermanas y preguntó por su madre, sin embargo, nadie, ni siquiera Alba, sabía dónde se encontraba Gemma.

El dragón de Iván, que había estado encarcelado en la Aldea del Viento por culpa de Lidia se comunicó con el dragón de Gemma, el único que sabía su paradero. Iván, al enterarse mediante la telepatía entre dragón y dueño, buscó todos los hechizos que le pudiesen ayudar a rescatar a su madre.

Las princesas del Norte no sabían nada acerca de conjuración, pero Iván había estudiado esa dote mágica y les orientó para que le suministraran los ingredientes necesarios. Después de muchos intentos y conjuros fallidos consiguieron abrir un portal mágico del que salió la reina del Norte. Ésta abrazo a sus hijos y a su marido, y cuando todo se calmó, los reyes y la princesa del Sur fueron apresados. Gemma y Guiomar se reunieron para buscar el modo de castigarles por los daños causados, pero Gemma quería congelarla de por vida, y Guiomar convertirla en un árbol. No llegaron a ningún acuerdo así que llevaron a su hermana ante Mama Pato y Papa Pato.

En la Isla Paraíso, en la sala de los reyes, el espíritu de Mama Pato y Papa Pato presidieron el juicio patuno que castigase a la menor de sus hijas. El juicio acabó declarando a Alba culpable de traición y se le prohibió usar su poder patuno por varios años, al igual que a Lidia. Gemma replicó, puesto que era poco castigo después de todo el daño que había sufrido el Norte. Mama Pato, mostrando de nuevo su favoritismo por la primogénita, la cual antiguamente iba a heredar todo el reino, ordenó que el Territorio del Sur pagase tributos mensuales al Territorio del Norte durante su castigo. Así las reinas regresaron a sus territorios con lo que se merecían y al estar el Sur en desventaja se prohibió la guerra entre patos hasta que los sucesores de cada reino creyesen oportuno en su futuro gobierno.

Historias Patunas (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora