18-Noche de Luna Llena

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Pocos días después del nacimiento del Sur, en el Territorio del Norte, en pleno invierno, se presenció la luna llena más grande jamás vista. Era aun temprano para que la luna apareciese, pero a primera hora de la tarde ya podía verse en el cielo despejado. La mezcla entre la luz solar y la luz lunar chocando contra el hielo creaba un paisaje precioso.

Iván, el príncipe del Norte, adoraba las noches de luna llena, las esperaba durante todo el mes, e incluso pagaba al observatorio para que le informasen de la fecha exacta. Esta fascinación por la luna llena le venía probablemente por haber nacido en una de las lunas llenas más blancas de todas. El gusto de Ivan por la luna llena también lo compartía con su madre Gemma, que también adoraba la luna.

Cuando cayó la noche, la luz de la luna iluminó todo el reino. El palacio de hielo, era uno de los lugares donde más se reflejaba dicha luz, al igual que el palacio de cristal y el laberinto de espejos. Iván se acercó a la costa, que tenía un color perlado. Estaba desierta, por lo que permitió al príncipe evadirse de sus responsabilidades como regente de la Aldea del Viento, y como padre. La pérdida de su mujer ya solo era un recuerdo, lo más saludable era olvidar lo malo, y quedarse con lo bueno. En aquel hermoso paisaje, con el sonido de las olas chocando en la orilla, apareció de la nada una bella joven. Mientras paseaba iba cantando una melodía hermosa. Iván, al verla, no podía pensar en otra cosa, la luz de la luna perfilaba su piel pálida creando una belleza sorprendente. Sus ojos azules mirando al suelo reflejaban la marea, y su blanco vestido solo favorecía su esbelta figura enamorando al príncipe. La joven, al levantar la mirada y ver al príncipe observándole se sonrojó, y rápidamente giró la cabeza. Cuando se acercaron el uno al otro y empezaron a hablar la luna pasó a ser el fondo de una bonita escena de amor. Sobrevolando la playa apareció un búho nival blanco como la nieve. La joven y él estaban enlazados. Los ojos del búho brillaron como diamantes y se posó sobre el hombro de la chica. En ese momento pareció que el búho y ella tenían una conversación telepática. Tras esa conversación el gesto de la cara de la joven cambió, y se enfadó con Iván. El búho se lanzó contra el pato de Iván amenazante, y el príncipe preguntó confuso:

-¿Qué haces? ¿Qué está pasando? Soltad a mi pato-dijo sufriendo.

-No me dijiste que eras príncipe, odio a la monarquía, sois unos egoístas- respondió bruscamente la joven.

-No entiendo nada, soltad a mi pato, o sufriréis las consecuencias- dijo Iván.

-Intenta hacerme algo y será tu fin- dijo la joven.

-Ya veremos- contestó Iván.

Una lucha comenzó entre ellos, pues al parecer, la joven tenía poderes relacionados con la luna. Ella levantó el agua marina diciendo que los hijos de la luna obtendrían su venganza, y al lanzarla contra Iván éste se desmayó. Al despertar, Iván le preguntó porque les odiaba tanto, y ella respondió que la dama del agua, con su control sobre el agua perjudicaba a los hijos de la luna.

-¿Y eso que tiene que ver con la monarquía?- preguntó Iván.

-La monarquía debería solucionarlo, ¿no crees?-respondió la joven.

-Hay males por todas partes, pero la monarquía no es el problema- dijo Iván.

Finalmente, después de debatir durante horas, los dos se hicieron amigos, y continuaron mirándose con cara de enamorados. Pasaron los días y se convirtieron en novios, sin embargo, llegó el momento de presentar a la joven, llamada Luna, a la familia real. Ella no quería, pero prometió hacerlo si Iván acababa con la Dama del Agua. Él aceptó, porque para él, Luna ya era su amor verdadero.

Historias Patunas (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora