11-El Sur en el Norte

15 3 4
                                    

Si la guerra había resurgido, la familia real ya no podía llevarse bien, sobre todo entre Norte y Sur. Como herederos de ambos territorios, los príncipes estaban continuamente en una disputa interminable, por lo que cada uno decidió enorgullecer a sus madres acabando con su rival. Iván y Lidia se reunieron para llevar a cabo un combate singular en la frontera del Territorio del Sur. Tormentas de arena y huracanes de viento se enfrentaron. Lidia no podía aguantar mucho tiempo debido al fuerte viento que desataba Iván, así que utilizó su otro poder para borrarle los recuerdos temporalmente y así tener ventaja. De esa forma mientras Iván volaba confuso con sus alas, Lidia le enterró en la arena.

Lidia se reunió con su madre y decidieron conquistar por fin el Territorio del Norte. Sin el príncipe, el Territorio del Norte estaba más debilitado, y además Wladimir e Irene se encontraban en el Archipiélago de los mil naufragios. Lo único que les perjudicaba era que para iniciar la conquista debían pasar por el Territorio del Medio, pues necesitaban cruzarlo sin daños o no llegarían fuertes a conquistar el Norte. Sin el permiso de Guiomar no sería posible. A Alba se le ocurrió parar el tiempo en el Territorio del Medio para que su ejército, guiado por Lidia, lo cruzase sin ser visto. Cuando el ejército llegó a la frontera del Norte el tiempo se restableció y la guerra entre Norte y Sur comenzó. El ejército de fuego arrasó muchas aldeas fronterizas hasta llegar a la capital y sin dar tiempo a Gemma de responder. Los soldados del fuego aparecieron de las llamas y los soldados de hielo surgieron del suelo helado. En cuestión de segundos ya estaban luchando por las calles. Alba se presentó frente a las puertas del palacio helado con intenciones de destruirlo, pero su hermana salió a recibirle. Las hermanas se enfrentaron recordando sus duras batallas como reinas y sus juegos de la infancia. Mientras tanto Lidia fue a buscar a sus primas del Norte y cuando se las encontró, Sara se enfrentó a ella y Tania fue a ayudar a Gemma. Cuando Tania encontró a su madre, que estaba luchando contra Alba, hizo que la reina del Norte se distrajera pensando que su hija pequeña estaba desprotegida. Alba aprovechó la situación lanzando una bola de fuego, lo que hizo caer al suelo a Gemma. Fue entonces cuando Tania tomó las riendas de la situación y con su poder empezó a controlar la mente de Alba. Le manipuló para que ordenase la retirada a sus soldados y para que redirigiera el fuego que estaba arrasando las aldeas directamente a su palacio del Sur. Nada más lanzar todo el fuego dirección sur Alba recuperó el control de su mente provocando que Tania se descontrolase y se diese contra las columnas de la sala del trono desmayándose.

Lidia y Sara siguieron luchando hasta que Sara creó la ilusión de que Lidia quedara encerrada en una jaula. Sara observó como Tania caía al suelo así que rápidamente acudió a ayudarle. Al mismo tiempo Gemma se levantó del suelo retomando la lucha con su hermana Alba. Gemma no podía explicarse porque Iván no acudía a ayudarles y Alba le respondió contándole que había muerto y que ella iba a seguir su camino. Alba no dudó en atacar, puesto que al recibir la noticia, Gemma se encontraba en su momento de máxima debilidad. La tristeza que le causaba la pérdida de su hijo era inmensa, porque había dedicado su vida entera a educarle y criarle. Como ya había percibido Ana de Oriente en su visita, el punto fuerte de Gemma era la compañía de sus hijos, pero también era su punto débil, puesto que perderlos le causaba el mayor dolor que podía existir. La reina del Sur usó todo el poder que le quedaba para acabar de una vez con su hermana mayor, pero en vez de eso su magia le falló y la envió a un mundo paralelo, encontrándose atrapada en el pasado.

En aquel momento todo parecía acabado para los habitantes del Norte, su reina se encontraba desaparecida, su príncipe muerto, y la invasión continuaba en marcha. Después de tanto tiempo sin pisar la capital, apareció Meijia, y conociendo a sus hermanas por primera vez las envió a la Aldea del Viento por un espejo mágico. La Aldea del Viento era en ese momento uno de los lugares más seguros del Norte, pues era de los pocos que quedaban en pie. La jaula creada por Sara desapareció al irse, liberando a Lidia. La princesa del Sur arrojó una ráfaga de arena a Meijia. Meijia utilizó su poder de los reflejos para que la arena rebotase atacando a Lidia. Mientras Lidia estaba cubierta de arena Meijia le cristalizó formando una red de la que no podría escapar. Alba estaba débil porque había utilizado gran parte de su poder y la princesa del Norte le convirtió en una estatua de cristal que solo podía romperse con su cristal.

Cuando parecía que todo se había calmado los barcos del Sur desembarcaron y llegaron a la capital. El rey del Sur y la princesa del Norte se enfrentaron, al igual que lo hicieron el pato de Meijia, y la gaviota del rey. El marido de Alba consiguió que Meijia usase su poder del cristal para liberar a la reina del Sur y ésta, que ya había descansado, atacó a su sobrina con fuerza. Meijia quedó apresada en lugar de Lidia, y los reyes del Sur comenzaron a consolidar el Norte a imagen y semejanza del Sur. Lidia se encargo de la Aldea del Viento, donde Sara y Tania fueron derrotadas y llevadas ante la reina. Alba las encerró en una especie de capullos de fuego que colgaban del techo palpitando como corazones. Ambos estaban enredados de tal manera que si intentaban soltarse todo explotaría.

El Territorio del Medio ahora estaba rodeado por el Territorio del Sur, aunque Alba decidió no atacarlo hasta reconstruir los daños. Alba y su marido gobernaban sentados en los tronos del palacio helado, pero aun así permanecían sin saber que en una esquina de aquella sala se encontraba el anillo de Gemma, que se le había caído durante la batalla. Gemma, al darse cuenta de que no lo tenía puesto intento comunicarse con el dragón que permanecía dentro del anillo. El anillo se movió unos centímetros como si el dragón le hubiese oído.

Historias Patunas (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora