13-Hija Ilegítima

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Según la ley patuna la paz entre territorios seguiría hasta la coronación de los nuevos reyes. Esta situación produjo que la preparación de los herederos fuese aun más dura que nunca, además de que a medida que pasaba el tiempo las reinas deseaban más abdicar y que sus hijos destruyesen el resto de territorio.

Iván, el príncipe del Norte, había estado casado en secreto con una hermosa mujer con la que acababa de tener una hija. Iván mantuvo en secreto también a su hija, pero tanto él como su mujer sabían que no duraría mucho tiempo en el Territorio del Norte. Para la familia Pato la existencia de una bisnieta supondría el inicio de una nueva generación, y una amenaza para todos, puesto que heredaría todo el Reino Patuno. Todos querrían asesinarla, por eso no estaba a salvo. La mujer de Iván y su hija Ángela partieron a caballo en dirección al noroeste del Territorio del Norte. En el palacio real, solo había caballos blancos, que solo llevaban los miembros de la realeza del Norte, por eso cuando salieron de allí montadas sobre uno de ellos llamaron un poco la atención. Galoparon hasta llegar a las afueras de la Aldea del Viento, donde había un establo. Allí intercambiaron su caballo por uno marrón y siguieron su trayecto atravesando ventiscas enormes y cordilleras grandiosas como la del Noroeste, hasta llegar al pueblo más pequeño que nadie jamás había visto. Solamente había una canoa llena de gente a la que no les dejaron subir, aunque más tarde en el mismo muelle, llegó una barca con solamente una niña, una anciana, y el remero. La mujer de Iván se tapó con la capucha negra de su túnica, cubrió a su hija, y pagó al remero para que le dejase subir.

Personas que habitaban en la capital vieron como habían salido del palacio a lomos de un caballo blanco descubriendo su identidad. Por desgracia el rumor de los norteños se expandió por el territorio más rápido que Elsa, la esposa de Iván. En aquella barca empezaron a sospechar de Elsa, y cuando la niña que había a bordo vio el pan que llevaba en su saco se lo contó a su abuela. La anciana sabía que aquel pan solo se horneaba en la capital, dedicado a la realeza, y ésta acusó a Elsa de ladrona. El remero paró la barca y agarró a Elsa. Todos la buscaban, puesto que Gemma había anunciado una gran recompensa por ella. Solo la familia real sabía de que se le acusaba realmente pero sin pruebas no podían culpar a Iván.

El remero y Elsa forcejearon mientras la anciana protegía a su nieta. De repente la barca chocó con la orilla de la Isla del Norte, así que Elsa empezó a correr con su hija en brazos. El remero le había hecho mucho daño, y se quedó sin fuerzas para seguir protegiendo a su querida hija. Ángela, era solo un bebe, pero aun así supo qué hacer en esa ocasión. Ésta curó a su madre con su poder mágico, procedente de su familia paterna. Finalmente Elsa consiguió llegar con su hija a un corral de rinocerontes del hielo, muy comunes en la zona.

En la Isla del Norte no había caballos, pues se resbalarían con el suelo helado, sin embargo sí había rinocerontes del hielo. Éstos eran enormes, fuertes, y tenían un montón de pelo blanco. Además en su hocico tenían tres cuernos, de los cuales el delantero era el más grande. Un rinoceronte estaba preparado para montarlo por órdenes del príncipe, como estaba planeado, así que Elsa y Ángela montaron en él y atravesaron de nuevo grandes ventiscas y lagos helados. El viaje fue largo y duro pero acabaron llegando al nido de águilas blancas al que se dirigían. En aquel lugar entrenaban a un tipo de aves, de mayor tamaño que las comunes, capaces de llevar a personas a través de ventiscas y huracanes. Las águilas blancas estaban perfectamente preparadas para sobrevolar la nieve y chocar contra el viento. Por fin, Ángela y Elsa escaparían del Territorio del Norte, así que desmontaron del rinoceronte y lo intercambiaron por un águila blanca.

Al mismo tiempo, la reina del Sur recibió una visión que le desveló la existencia de Ángela. Alba, aun no había recuperado su poder del fuego para atacar a Ángela desde que se celebro el juicio patuno, así que acudió a su padre. Diego, se encontraba sentado en el trono de la Isla Paraíso, a la cual se dirigían Elsa y su hija. Alba le comentó a su padre que Ángela, al heredarlo todo sería una gran amenaza, y por eso debían matarla. Incluso llego a mentirle diciendo que una visión le había revelado que se apoderaría de la Isla Paraíso provocando el caos. Diego, no iba a consentir que su bisnieta le robara su isla, pero mientras se mantuviese escondida no la consideraba una amenaza. Alba no conseguía convencerle pero quería hacer pagar al Norte lo que estaba sufriendo sin sus preciados poderes. Alba logró hallar un modo de vengarse, consultó el libro de las leyes Patunas y señalando una de sus leyes se lo mostró a Diego. Diego observó que la ley patuna prohibía a la familia real casarse en secreto, y su castigo era el encarcelamiento del miembro de la familia real, y en este caso, la muerte de Elsa.

Historias Patunas (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora