CAPITULO 3 (2/4)FINAL

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Damon gruñó bajo en su garganta.

-No había manera de que pudiera parar. En la fiesta, te reclamé como mi compañera. Ayer por la noche, te hice mía. Te llené con mi semen y mi hijo.

Un gemido escapó de sus labios. Ella temblaba desde dentro hacia fuera.

-Tú eres mi ellinitha, mi mujer. Agapi mou.

Jenny frunció el ceño. Él había dicho eso la noche anterior, mientras hacían el amor.

-Te quiero, Jenny.

Jenny se tambaleaba mientras su cabeza le daba vueltas vertiginosamente.

- ¿Me amas?

-No te hubiera reclamado si no lo hiciera.

-Oh -su estómago revoloteó. Él no podía decirlo en serio.

- ¿Te quedarás conmigo? ¿Nos darás una oportunidad?

Ella quería. Lo quería más que a nada, pero cuanto más tiempo estuvieran juntos, más le dolería cuando hubiera terminado.

-Vas a cansarte de mí. No soy especial.

-Hum -Damon parpadeó rápidamente, con el ceño fruncido-. ¿Es eso lo que piensas? Que no eres especial. Eres única. ¿Quién más podría aprender el thifteteli para mí? Tú eres más que especial. Tú eres todo para mí.

- ¿Lo soy? - Ante la inclinación de cabeza de Damon, se reunieron las lágrimas en sus ojos y comenzaron a caer por su rostro-. ¿En serio?

-De verdad. Ahora, dímelo -exigió él-. Quiero escucharlo en la luz del día.

Los labios de Jenny temblaban mientras luchaba para formar las palabras.

-Te amo -susurró.

Sosteniendo su cabeza entre las manos, los pulgares le limpiaron las lágrimas.

-Y el hecho de que soy un licántropo, ¿cómo te sientes sobre eso?

Jenny se rió.

-Me gusta un pecho peludo -le pasó las manos a través de sus pectorales. Sus dedos peinaron a través de la piel suave.

- ¿Qué más te gusta?

-Grande, grueso... -le pasó las manos por sus abdominales-. Músculos.

Damon gruñó.

-Me estás matando.

Sentada en el borde de la cama, ella envolvió las dos manos alrededor de su pene. Adorando el grueso apéndice le acarició la carne rígida. Su lengua recogió una perla de humedad de la punta.

-Mmm, tal como yo lo veo sacaré el máximo partido de ambos mundos.

La mano de Damon le tomó la cabeza alentándola a acercarse.

-Sí. En público, tengo un dios griego del brazo y en casa... -su lengua se enrolló alrededor de la cabeza gruesa-. Tengo un animal en mi cama.

-Joder, sí -él se metió más allá de sus labios-.Chúpame, nena.

En respuesta a su empuje, ella abrió su boca, devorando la mayor cantidad de su polla como le fue posible. Su mano rítmicamente, le acarició el resto de su eje. Golpe, succión, golpe, succión. Trabajó su polla mientras tarareaba su deleite. Era imposible tomarlo todo, pero lo intentó.

-Maldita sea, Jenny eso es bueno.

Sintió el aumento en su carne y sabía que él estaba a punto de correrse.

BAILANDO PARA EL LOBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora