capitulo 2 (1/6)mini maraton

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Ella saltó mientras la puerta de la casa de él en la ciudad hacía clic a su espalda.

-Yo uh... te llevaste el informe a casa.

Damon sacudió la cabeza mientras una sonrisa tiraba de la comisura de su boca. Lamiéndose los labios secos, ella estrechó su mirada sobre su rostro.

-No hubo un problema con la cuenta de Wilson, ¿verdad?

La sonrisa de Damon se ensanchó.

-El problema es que te deseo demasiado.

Las monedas en su corpiño tintinearon mientras ella se volvía hacia él.

-Eso no es un problema.

-Lo es cuando estás en una sala llena de gente -él dio un paso más cerca.

-Estamos solos ahora -susurró ella.

-Sí, lo estamos -tomándola de la mano, la llevó hacia la habitación. Jenny había estado aquí en raras ocasiones para dejar o recoger los documentos. Esta noche con la luz tenue, la habitación parecía más pequeña, más acogedora. Era una habitación masculina. Obviamente, había contratado un decorador profesional para fusionar la decoración moderna con colores suaves y neutros para dar a la habitación un ambiente cómodo y relajado.

Llevándola al sofá, él se detuvo.

-Toma asiento. Voy a traerte una bebida.

Jenny suspiró cuando se acomodó en un cálido sofá de gamuza. Sin su chaqueta Jenny disfrutaba de la vista impresionante de su culo apretado mientras se movía hacia el bar.

-Si lo recuerdo correctamente, te gusta el Fuzzy Navel.

- ¿Qué? -dijo ella parpadeando por la sorpresa.

-Tsk, tsk. -él balanceó su dedo atrás y adelante-. ¿Dónde estaba tu mente? Yo estaba hablando de la bebida.

-Duh -Jenny sacudió la cabeza y sonrió. Era obvio que su mente había viajado. Saliendo de sus tacones, se acurrucó con las piernas en el sofá.

Caminando a lo largo de la barra, Damon se detuvo ante su sistema de sonido. Jenny reconoció la melodía griega tan similar a la pieza anterior. Ella cambió de posición por el nerviosismo. ¿Realmente va a pedirme que baile desnuda para él?

Recogiendo sus bebidas, se volvió en su dirección. Su mirada la perforó mientras se acercaba. La tensión en la sala se disparó a la estratosfera. Sus dedos temblaban mientras cogía el vaso, y el zumo de naranja se derramó sobre su mano.

-Lo siento -ella se disculpó por su torpeza.

- ¿Estás nerviosa?

- ¿Debería? -preguntó. Estaba decidida a sonar menos nerviosa de lo que parecía.

Damon frunció los labios al llegar a la corbata. Aflojando el nudo, se la quitó y se desabrochó la camisa unos cuantos centímetros.

-No te importa que me ponga cómodo, ¿verdad?

El vello sedoso de su pecho se asomó a través de la camisa abierta.

-No, en absoluto -deseó que se la quitara completamente. Sólo podía imaginar el músculo ondulante bajo la seda blanca.

Soltando el látigo de su cinturón, lo dejó caer sobre el sofá.

-Me gusta mi regalo.

Recogiendo el látigo, ella dejó que la cola suave paseara a lo largo de su muslo.

-Esto era una broma, lo sabes.

-Te lo dije. Nada de lo que hiciste esta noche fue una broma.

- ¿Qué quieres?

-Quiero... -su labio se curvó en la comisura-."Para empezar, quiero mi baile privado -Jenny se estremeció mientras él se acomodaba a su lado en el sofá y tomaba la copa de su mano. Dejándola en la mesa junto a la suya, se volvió hacia ella-. Bailas muy bien el thifteteli. ¿Quién te enseñó?

Su cálida mano rozó su hombro mientras le acariciaba el pelo y ella se estremecía. Jenny sabía que el thifteteli era el término griego para la danza del vientre.

-Gracias. Lo aprendí en el Hollendar Dance Studio, mi profesor era griego -tragó saliva con la esperanza de que él no se diera cuenta de lo nerviosa que la ponía.

Damon asintió.

-Estaba celoso de los otros hombres que te miraban -confesó cerca de su oído.

-Estaba bailando para ti.

-Lo sé -sus dedos viajaron por la curva de sus pechos y sus pezones se apretaron dolorosamente. Tirando del arco, él aflojó los lazos de su top.

-Damon -cubrió con sus dedos nerviosos los de él. Su mirada de párpados pesados se elevó para encontrarse con la de ella.

-Esta vez bailarás para mí solamente. Sólo mis ojos te verán mientras bailas el thifteteli.

-No estoy segura...

-Shh -los ojos de ella se cerraron y su cabeza se inclinó hacia atrás, mientras le quitaba el top y se lo deslizaba por sus brazos-. Eres la vista más hermosa que he visto nunca.

Ella tragó saliva audiblemente mientras sentía su aliento caliente como una pluma sobre sus doloridos pezones. El roce de su lengua en la punta de un pico le provocó un gemido gutural de sus labios. Calientes labios húmedos se cerraron alrededor del pezón y lo amamantó.

Soltando el látigo, ella le agarró la cabeza con ambas manos y lo sostuvo contra su pecho. Succionaba su pezón profundo y duro en la boca caliente.

Su clítoris latía al ritmo de la succión. Pura lujuria le pegó duro y ella exclamó -Oh, Dios mío - Podría correrse sólo con su boca en su pecho. Ella nunca había sentido tal necesidad.

Jadeando por aire, él le acarició el pecho.

-Quiero ver estos hermosos pechos mientras bailas para mí.

Alzando su cabeza, la mirada de él penetró en el estado de trance de ella. Jenny se lamió los labios.

-Está bien -asintió con la cabeza en acuerdo. Cualquier cosa, ella haría cualquier cosa para complacerlo.

Los labios de él se inclinaron en una sonrisa lenta y sensual. Elevándose, él la dejó sobre sus pies. Rozando sus labios en un beso, él tomó asiento.

Con una inspiración profunda, Jenny se trasladó al centro de la habitación. Sus pies desnudos se movieron en la alfombra de felpa. De pie, de espaldas a él, se dejó llevar por el ritmo pagano del tambor. Sus caderas se balanceaban lentamente mientras sacaba sus platillos de un pequeño bolso de sus pantalones de harem. Girando, su mirada se centró en el rostro de él mientras comenzaba a moverse. Sus ojos verdes se encendieron cuando ella hizo un movimiento adicional con la parte superior de su cuerpo.

Su sangre ardía salvaje. Jenny estaba delante de él desnuda hasta la cintura. Puntas rosadas erguidas completamente coronaban sus pechos mientras se agitaba y se removía por el deseo, la necesidad. Obsesivamente, él la miraba. Era algo más que mera lujuria retorciendo sus entrañas. Quería más que su cuerpo. Él quería su alma para siempre entrelazada con la suya.


CONTINUARA......
















BAILANDO PARA EL LOBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora