CAPITULO 2 (4/6) MINI MARATON

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Los ojos de ella se giraron a blancos con el placer. Estaba tan cerca y también lo estaba él. Ella lo sentía y quería llevarlo al borde.

Entrelazados, se quedaron sin aliento a medida que descendían de las alturas del placer. Dándole un beso suave con sus labios en su frente, él rodó colocándola encima de él. Se estremecía con réplicas mientras él le acariciaba la espalda. Ella frotaba su mejilla contra el sedoso pelo de su pecho, ella sintió como un ronroneo.

Con su polla aún enterrada profundamente dentro de ella, él comenzó a hablar.

-Mi padre era griego, mi madre de Turquía. La danza thifteteli es una parte de las dos culturas.

Jenny se acurrucó encima de él.

-Lo sé. Tú naciste en América sin embargo.

Una sonrisa atractiva dividió su rostro.

- ¿Has leído mi expediente?

-Yo eh... tenía que recabar información para el nuevo programa de seguros -trató de alejarse, pero él la mantuvo en su lugar.

-No te avergüences. ¿Te enteraste de algo interesante? -le apartó el pelo húmedo de la cara de ella.

-No -su archivo sorprendentemente estaba vacío de información. No había familiares, sin antecedentes médicos familiares. Ni siquiera había un médico actual en la lista.

-Hay tanto que saber.

-No quise fisgonear. Yo sólo...

-Me encuentras misterioso. Quieres saber mis secretos -movió sus cejas oscuras hacia ella-. Querías conocer mis debilidades para poder seducirme.

Jenny se encogió de hombros.

-Tal vez.

-Una vez que las conozcas, no hay vuelta atrás.

-Yo puedo manejarlo a menos que... no eres un asesino, ¿verdad? -ella se rió.

Damon se rió entre dientes.

-No, yo no soy un asesino... soy un vrykolaka.

Jenny arqueó una ceja.

- ¿Un vryko-qué?

-Vrykolaka es un término griego para licántropos, vampiros y hechiceros. Yo soy un descendiente directo de Lycaeon, el rey de los hombres lobos.

Jenny se rió entre dientes.

-Sé que es casi Halloween, pero estás llevando esto un poco demasiado lejos.

Un dedo le acarició la mejilla ligeramente.

-Te estoy explicando mi herencia -ojos desconfiados observaron la reacción de ella mientras la verdad comenzaba a hundirse.

-Lo dices en serio. ¿Te conviertes en un lobo? -¿Estaba la sombra de su barba un poco más oscura?

-No en un lobo, no. En un licántropo. Tomo algunos aspectos del lobo pero sigo siendo todo un hombre.

Jenny suspiró y cerró los ojos por un momento.

-Sabía que era demasiado bueno para ser verdad.

-No estoy loco. Te estoy diciendo la verdad. Lo vas a comprobar por ti misma.

- ¿He dicho que estabas loco? -ella apoyó la cabeza en el firme pecho escuchando su latido constante. Acababa de tener relaciones sexuales con un licántropo. Infiernos, estaba enamorada de un licántropo. Las lágrimas quemaron en sus ojos y parpadeó rápidamente. No le dejaría ver su dolor. Ella sabía lo que significaba. No tenían posibilidad de un futuro. Un licántropo de su linaje no debilitaría la línea de sangre apareándose con un ser humano.

-Yo asumí... Lo estás tomando con calma. Yo esperaba horror o negación, no suave aceptación -su mano le acarició el cabello que se le había soltado del peinado.

-Lamento decepcionarte. No soy una rubia tonta, y no voy a gritar de horror. Conozco sobre los wolfies y los vampiros -lo que ella no sabía era cómo no había visto las señales. La única explicación era que estaba tan fascinada por él que hizo caso omiso de sus costumbres extrañas. Su preferencia por la carne poco cocida y su asombroso sentido del olfato la deberían haber alertado de que podría ser diferente.

-¡¡Wolfies!! -repitió indignado.

Jenny se levantó sobre sus codos.

-Oh, por favor, no me hagas la rutina del ofendido. Soy la que debería estar mosqueada. Tú podrías haberme dicho la verdad antes de...

- ¿Antes de que te rebajaras a follar con un Wolfie? -Damon se deslizó en la cama, su piel enrojeciendo con el color. Tenía los nervios suficientes como para enojarse con ella por su reacción.

-Yo no dije eso -infiernos, follarlo había sido impresionante. Alejarse sería un asco.

- ¿Qué estás diciendo? -su mirada era directa y firme.

-No estoy segura.

Él le mostraría lo que era y ella le aceptaría, tenía que hacerlo. Levantándola libre de su polla, la sentó sobre sus muslos.

-No me tengas miedo -Damon tomó una profunda respiración mientras permitió la libertad a su lycan interior.

-No te temo, yo sólo...

Con una mano le sostuvo la cadera mientras que con la otra le acariciaba la mejilla.

-Mírame -le sonrió permitiéndole ver sus incisivos, ya que comenzaron a sobresalir.

-Da-Damon -tartamudeó mientras parpadeaba rápidamente.

-Shh, estás a salvo -él le rozó los labios menores con sus dedos. Su perfume embriagador envolvió sus sentidos y tuvo que reprimir un gruñido de deseo. Maldita sea, él la deseaba. Quería darse un banquete entre sus muslos y llenarla con su semen. Cambiar probablemente no era la mejor idea. La deseaba demasiado, y su lado salvaje gritaba para que dominara a su pareja. Pero, el hombre en él tenía bajo un control tenue sus emociones.

-Oh, Dios mío. En realidad nunca he visto... -su voz de pánico subió a un nivel superior.

-Te lo dije. Soy un licántropo.

- ¿Te vas a convertir en un lobo? -ojos azules redondos y grandes lo estaban mirando.

-No. Puedo tomar algunos de los aspectos del lobo, pero no me convierto en un lobo. ¿Tienes miedo de mí? -Damon había salido con muchas mujeres, pero nunca les había revelado su lado salvaje. Ninguna de ellas había sido su compañera. Se había resistido al pensamiento de una compañera no licántropo pero al final, no tenía elección. Jenny era su compañera. Si se negaba a aceptarlo, no tendría otra.

-No -ella sacudió la cabeza-. Sé que estoy a salvo. Confío en ti.

-Nunca te haré daño -si ella no lo podía aceptar, una parte de él iba a morir. Pero, se alejaría. Nunca le haría daño a ella.

Jenny frunció el ceño.

-Ya lo has hecho.

- ¿Cómo?

-Pensé que eras un hombre. Pensé que tal vez... -Jenny se aclaró la garganta-. Pero ahora... -su voz se apagó.



BAILANDO PARA EL LOBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora