CAPITULO 3 (4/4)FINAL... :(

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La risa de Damon se volvió un gruñido.

-Me contuve el otro día. Esta vez, no lo haré. Esta vez me tomarás en la forma salvaje -él apretó la longitud gruesa contra ella-. Vas a tener todo de mí.

Había olvidado lo grande que se volvía cuando cambiaba. Ella tragó saliva y le acarició el cuello.

-No hay necesidad de estar molesto.

-No estoy molesto -apilando dos almohadas en el borde de la cama él le dijo-. Inclínate sobre estas y abre los muslos.

La mano en su espalda la empujó hacia adelante y sus doloridos pechos se hundieron en las almohadas. Él obligó a sus piernas a separarse más. Había empezado todo esto y ahora esperaba poder soportarlo. Pedir clemencia no era su estilo.

Arrodillado detrás de ella, le separó sus mejillas. Haciendo uso de sus dedos, reunió su crema y se la llevó a la boca.

-Delicioso -forzando sus piernas más separadas, con la lengua se adentró en su raja.

-Damon -gritó mientras se movía sin cesar debajo de su toque. Quería algo más que su lengua-. Fóllame, Wolfie.

Gruñendo, se abalanzó en sus pies, ella sintió su polla enorme deslizarse a través de sus pliegues, y manó de necesidad.

-Relájate, Jenny.

Agarrando sus caderas, levantó la cabeza y alojó el pene en la entrada de su coño. Siguió adelante y ella se agarró a la cama.

-Oh... mi... Dios...

Damon gruñó.

-Eres tan malditamente apretada.

-No puedo... -inclinando sus caderas, él se metió más profundo y su coño se extendió para aceptarlo. Su longitud ardiente raspaba a través de su punto G y su cuerpo se retorcía-. Joder -gritó ella mientras los espasmos hacían erupción.

-Joder, sí. Córrete sobre mí -él no aminoró el ritmo. Sin tregua, empujó a través de sus ondulaciones de liberación. Sus caderas pistonearon, y ella exclamó hasta que gritó y se desplomó en la cama con una completa satisfacción. Dos veces más se metió él antes de echar la cabeza hacia atrás. Con un aullido lujurioso, cantó su liberación.

Saliendo de su cuerpo, los hizo rodar a los dos a un lado de las almohadas.

- ¿Estás bien?

-Sí -respondió ella con voz débil.

-No quise ser tan rudo -envolviendo sus brazos alrededor de ella, la abrazó con fuerza.

-Estoy bien.

-Lo siento. No voy a dejar que eso suceda otra vez -sus manos le acariciaron el pelo y la espalda como si estuviera comprobando los daños.

- ¿Qué?

Él volvió la cara hacia arriba para encontrarse con su mirada de preocupación.

-Voy a controlar esa parte de mí.

Ella le empujó el pecho y se sentó.

-Oye, pensé que te lo había dicho, me gusta un animalito en mi cama.

Sus cejas se alzaron.

-Pero, lo llevé demasiado lejos. Tú no eres lycan...

-Eso es cierto, no lo soy, pero tú dijiste que eso no importaba.

-No me importa a mí, pero yo no... no quiero que me repudies.

- ¿Que te repudie? Crees que cuando los músculos brotan y te salen algunos pelos extra te encuentro repulsivo.

- ¿No lo haces? -sus cejas se juntaron y por primera vez se dio cuenta de que él había estado tan inseguro de ella como ella de él. Ya era hora de que se despejara el aire.

-No. Te encuentro tan sexy como estás ahora -colocando su mano sobre su pecho, le dijo- Pero, esto es lo que cuenta. Yo te amo y no importa cómo te veas, el corazón es el mismo.

Cubriéndole la mano con la suya, él respondió:

-Mi corazón te pertenece a ti.

-Por supuesto que sí, pero a veces tengo que fingir que me resisto. Lo hace mucho mejor cuando me someto.

Una sonrisa salvaje dividió su rostro.

-Yo juego al Amo...

-Y yo juego a la virgen gritona -ella rodó los ojos-. Por favor, señor, yo nunca he visto una polla antes -levantó sus manos para cubrirse los ojos.

Damon se rió entre dientes.

-Vas a hacer algo más que verla. La vas a chupar con esa dulce boca.

-Señor, ¡usted me escandaliza! -casi sonó indignada.


FIN......

BAILANDO PARA EL LOBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora