CONTINUACIÓN....
Su sangre ardía salvaje. Jenny estaba delante de él desnuda hasta la cintura. Puntas rosadas erguidas completamente coronaban sus pechos mientras se agitaba y se removía por el deseo, la necesidad. Obsesivamente, él la miraba. Era algo más que mera lujuria retorciendo sus entrañas. Quería más que su cuerpo. Él quería su alma para siempre entrelazada con la suya.
Él gruñó, y la mirada de ella revoloteó lejos mientras una tonalidad rosada aparecía en su piel. Sin embargo, bailó el seductor thifteteli con precisión.
Sus caderas se balanceaban y se metieron en el ritmo de la música. Dejando los músculos ondular mientras bailaba. Quería esas piernas envueltas alrededor de él mientras que se metía en su coño húmedo. Ella lo deseaba también. Podía oler su excitación. Un gruñido bajo retumbó en su pecho. Desabrochando el resto de su camisa, se la quitó. Se pasó la mano a lo largo de su abdomen y el pecho. Maldita sea, era caliente. Su cuerpo zumbaba. Sus ojos hambrientos se estrecharon mientras la observaba. Cada caída de sus caderas, cada sacudida de su culo enviaba un dardo de energía directamente a su polla. ¡Joder! Ella lo estaba matando. Le tomó todo su control no inclinarla sobre el sofá y tomarla. Se la imaginó inclinada para su polla mientras se sumergía en ella varias veces. Él abriría sus mejillas y las llenaría de su pene y su semen.
Resbalando la palma de su mano a lo largo de su polla, vio que sus ojos brillaban. Él ya había tenido suficiente.
Gruñendo, se abalanzó sobre sus pies y acechó a su presa. Ella giró mientras él la acechaba, manteniéndolo a la vista cuando se acercaba.
-Comienza -le susurró moviéndose detrás de ella. Girando su cuerpo, le pasó un brazo alrededor de su cintura. Con lentos pasos, la guió en una versión más erótica de la danza. Su olor almizclado se hizo pesado con la excitación y sus sentidos gritaron que la tomara. Situando su polla en su parte inferior, él se movió contra ella y su corazón latió al mismo ritmo que el de él.
-Damon.
Su peinado le dejaba la nuca al descubierto. Él lamió la fresca y perfumada piel con su lengua y la sintió estremecer.
- ¿Me deseas?
-Sí -susurró.
A tientas a lo largo del borde de sus pantalones de harén comenzó a desenganchar las calzas de gasa. Al aflojar el último gancho y la tela transparente cayó a sus pies, dejándola en lo que parecía un tanga. El aliento de él se atascó mientras le deslizaba las manos a lo largo de su cremosa y redonda parte inferior.
-Hermosa -la deseaba más de lo que nunca había querido nada.
Cayendo de rodillas, aspiró su aroma fragante y tuvo dificultades para controlar su deseo desenfrenado. Su cuerpo tembló mientras trazaba la curva de su culo con un dedo.
-Por favor.
-Jenny -gimió. Sus manos le tomaron la parte inferior, sus pulgares en la división de la hendidura de su culo-. Estás tan mojada -que él podía perderse aquí entre sus muslos era tan cierto como que había perdido su corazón muchos meses atrás.
- ¡Oh Dios mío...oh! -exclamó Jenny mientras él deslizaba su dedo debajo del tanga en sus pliegues dulces y húmedos. Sus muslos se estremecieron-. No puedo...
-Puedes -su crema facilitó el camino mientras se deslizaba a lo largo de sus pliegues calientes. Estaba caliente, necesitada y no podía esperar para enterrarse en su calor acogedor-. ¿Me deseas?
-Sí -asintió con la cabeza rápidamente.
Estaba madura y lista para él, mientras mojaba su dedo en su coño, ella gritó y arqueó la espalda. Estaba tan mojada y apretada. No era virgen, pero sabía que había pasado mucho tiempo para ella. Había tenido un amante cuando comenzó a trabajar para él. Esa relación terminó de forma rápida y desde entonces no había habido nadie. Él habría olido otro hombre en ella.
-Oh, Dios, Damon -se sacudió contra su mano.
Agarrando sus caderas, se paró y la levantó en sus brazos. Dudando ante el sofá, cogió el látigo.
-Ya es hora de aprender las consecuencias de lo que ofreciste -ella se estremeció en sus brazos pero su mirada se mantuvo serena en su rostro.
Jenny nunca había estado más allá de la sala de su casa, y maniobró alrededor de su cuello mientras entraban en su dormitorio. Era fresco y oscuro. El dominio de un hombre, acentuado con muebles grandes y pesados. No fue sorprendente ver la enorme televisión de pantalla plana montada en la pared al otro lado de la cama. Él la empujó en sus brazos mientras se arrodillaba en la cama y se sorprendió un poco al darse cuenta del espejo en el techo.
En la tenue luz, parecía desenfrenada y con hambre vestida sólo con un tanga. Se estremeció, mientras el satén refrescó su piel caliente.
-Quiero verte -advirtió él mientras alcanzaba una lámpara en la mesilla de noche al lado de la cama.
Parpadeando rápido, se dio la vuelta de la luz.
-Damon.
-Me gusta ver lo que como -su sonrisa se volvió un gruñido.
-Oh -su coño se estremeció. Su broma la había encadenado tan fuerte que probablemente entraría en erupción con el primer toque de su lengua.
Una sonrisa maliciosa dividió su rostro mientras le bajaba el tanga por encima de sus muslos. Impaciente, ella le dio una patada para quitárselo y él lo tomó. Levantándolo a la nariz, olió.
-Delicioso. Tu olor me da hambre -bajó la cabeza y el roce de su lengua separó los pliegues-. Tan bueno -murmuró.
-Mmm-ella asintió con la cabeza sin poder hablar. El malvado movimiento de sulengua golpeó su carne mientras calor líquido brotaba de su núcleo-. Sí, oh sí.
-Córrete para mí. Sé que estás lista -le susurró antes de rodar su clítoris entre la lengua y los dientes.
-Dios mío -ella corcoveó sus caderas mientras las sensaciones dulces estallaban de su centro. Rodó hacia un lado y él siguió forzándola al más profundo, y más caliente clímax de su vida.
Los muslos de Jenny temblaban al levantar la cabeza. Él se humedeció los labios con su malvada lengua mientras se deslizaba por su cuerpo.
CONTINUARA.....
ESTÁS LEYENDO
BAILANDO PARA EL LOBO
Hombres LoboESTA HISTORIA NO ME PERTENESE, NI LA TRADUCCIÓN TAMPOCO.SOLO LA ESTOY COMPARTIENDO Y PUEDE QUE HAGA UNA LIGERA ADAPTACION PERO IGUAL NO ES SEGURO.... ESPERO QUE LES GUSTE. TODOS LOS DERECHOS LE PERTENESEN AL AUTOR QUE LA CREO. Y REPITO YO NO LA TRA...