Cry Baby

7. Training Wheels

Como siempre, pasa el tiempo, Cry Baby crece, su novio también y siguen enamorados.
Ella estaba tan enamorada que pensaba en el fin de semana para verle. Él, cancelaba cualquier plan con tal de estar con ella. Ella sentía mariposas en el estómago. Él estaba en las nubes todo el día.
Eran realmente felices juntos. Tenían sus bromas, sus tonterías. Cuando Cry Baby le hacía reír hasta que le doliera la tripa, le llamaba en broma "Puta tonta" y se volvían a reír.

Y la vida avanza, como todo, como su relación. Y a Cry Baby no le valían ya solo los picnics, las citas en el cine, los paseos cogidos de la mano o las horas hablando por teléfono. Quería ir un paso más allá. Él era mayor, ¿tendría experiencia? ¿Sería virgen? A ella le entraban mil dudas. 
Solo con pensarlo se ponía nerviosa, y era normal. Era su primera vez, alguien la vería desnuda, pero estaba segurísima de lo que quería. Practicaba cómo decírselo delante del espejo, pero se le trababan las palabras y se ponía roja como un tomate. Tenía dudas de cómo sería, si le dolería, si le gustaría, si él sabría qué hacer... Eran tantas sus preguntas...
—¿Por qué —se decía a sí misma— me pongo tan nerviosa? No es como si le fuera a pedir matrimonio.

Pero a la hora de la verdad, no servían las prácticas, ni los textos memorizados, ni nada de eso. Porque hablaba desde el corazón:
—¿Sabes cuando un niño quiere hacerse mayor? —le dijo— Cuando un niño que está aprendiendo a montar en bici, quiere avanzar, quiere aprender más. Ese niño que le quita los ruedines a su bicicleta y así avanza un paso.
—Sí, pero... ¿qué quieres decir con eso? ¿Tiene que ver con nosotros?
—Sí.
—¿Estás proponiendo que hagamos el amor?
—Sí.
—¿Estás preparada?
—Sí. —mentía.
—¿Segura?
—No lo sé...
Pese a ello, Cry Baby quería hacerlo. Así que al final, su deseo de cumplió.
No era como pensaba ni como sale en las películas. Fue muy romántico, suave, lento, relajante y bonito. Fue una noche perfecta.
Le quitaron los ruedines a su bici.