No es solo que me deje sin habla o que ejerza cierto dominio sobre mí. Es, que cuando me mira a los ojos me bloquea de tal forma que entro en una especie de estado de muerte cerebral. Además, ahora también consigue alterarme lo suficiente para que yo, que nunca levanto la voz, sea capaz de chillarle en medio de un aparcamiento. Y para peor suerte, de todos los alumnos que hay en esta enorme universidad, ha tenido que ser él el escogido para darme clases de refuerzo. Veremos si soy capaz de articular frases con sentido tras pasar una hora diaria a solas con él. Porqué si no soy capaz de escucharle un día normal junto a la mesa de postres o en clase, solo Dios sabe qué haré sentada con él en un espacio no mayor a un metro cuadrado. Si hago caso a Jay y cuento hacia atrás, no prestaré atención a las lecciones, y si me concentro en él me perderé de nuevo en sus ojos, de tal forma tampoco entenderé nada.
Al llegar y ver las luces apagadas, me acuerdo que Gwen ha ido con Robin a cenar. Me hago una ensalada rápidamente y en cosa de hora y media ya estoy metida en la cama. Quiero olvidar este día lo antes posible.
Mi último pensamiento antes de dormirme, como no, son esos ojos verdes y esa dichosa y caprichosa sonrisa torcida. Justo cuando estoy a punto de caer en la inconsciencia, me viene un olor que se me hace familiar y me envuelve. Lluvia y menta.
"Abro los ojos y solo veo copas de árboles y cielo. Un cielo ennegrecido cubierto de estrellas rutilantes. Tumbada boca arriba en el suelo, miro a mi alrededor examinando lo que parece ser un bosque. No estoy cerca de casa, ya que en ese caso yacería congelada sobre este manto de hojas secas. Hay muchos árboles a mi alrededor, tan frondosos que apenas se ve el cielo. Algunos rayos de luz provenientes de la luna se cuelan entre las hojas aún unidas a la madera. El suelo está cubierto de hojas en diferentes tonalidades, y hay algunas rocas gigantescas repartidas a lo largo del terreno. Al intentar levantarme me tropiezo con la falda de un vestido blanco hecho de tul, que llega al suelo cogiendo vuelo. Un atuendo perfecto dadas las circunstancias; Está manchado de barro y restos de hojas, no llevo nada en los pies, noto la tierra y las húmedas hojas bajo ellos.
Cuando me levanto del suelo escucho un ruido a mi derecha, es muy leve, pero lo escucho con claridad. A mirar veo una luz azul que resplandece como una estrella, pero al contrario que un astro, ésta está pegada al suelo y solo a unos cincuenta metros de mi.
Mi primer instinto es correr hacia ella, aunque no sé bien por qué. Necesito cogerla. Alzo mi vestido como puedo y corro a través del bosque esquivando piedras, me olvido del dolor que sienten mis pies al pisar algún que otro guijarro, corro y corro, pero aún así no logro alcanzarla. Por cada zancada mía, la luz se aleja dos. Tropiezo con una raíz y aún de rodillas en el suelo veo la sombra de lo que parece ser un chico. Está junto a la luz y se agacha a cogerla. Cuando se vuelve hacia mi, la luz le ilumina la cara y veo de nuevo esos profundos ojos verdes que reconozco de inmediato. Su mirada encuentra la mía y sonríe tendiendo su mano libre hacia mi. Me levanto y remangando de nuevo el vestido echo a correr, pero al igual que antes por mucho que corro nunca llego. Tiene la luz celeste en una mano apuntando al suelo, mientras la otra sigue extendida hacia mi pidiéndome que le alcance. Los árboles pasan por mi lado como si fuera en coche a todo gas, son meras sombras que pasan a una velocidad imposible de alcanzar con mis piernas. De golpe Alexander, la luz y el bosque, empiezan a ennegrecerse como un vídeo antiguo que se acaba fundiendo por los bordes, hasta el punto en que todo lo que veo es negro."
Cuando me despierto me encuentro bañada en sudor y con un nudo en la garganta que me impide respirar. Levanto el torso apoyándome con los codos sobre la almohada, e intento controlar la respiración. Necesito concentrarme en recordar bien todos los detalles del sueño. No quiero olvidarlo.
" ¿Qué significa esto? Se ha metido tanto en mi mente que ahora controla hasta mis sueños, o mejor dicho, pesadillas".
Tras hacer un gran esfuerzo para levantarme de la cama, me decido a vestirme y a dejar de darle vueltas, es solo un sueño provocado por la extraña obsesión que me induce Alex.
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DIATHAN. El despertar de la piedra lunar.
FantasyMi nombre es Luci y tengo dieciocho años, o por lo menos eso es lo que creía hasta hace pocos días. Mi vida en Portage Lake era tranquila y común. Tenía unas amigas maravillosas, una madre algo despistada, e iba a la universidad como cualquier chica...