Nos encontramos en la sala y ya hemos tomado todos asiento. Ellos por hábito y yo por mareo. Nosotros estamos en un sofá y ellas dos en el de delante, ahora mismo solo nos separa una mesa bajita y pequeña de estilo clásico, donde reposan las tazas de té que Ariane nos ha preparado, me lo estoy tomando poco a poco mientras le doy vueltas a lo poco que me ha explicado Alex: Cuando nos hemos sentado, él me ha aclarado que Ariane es su madre y Eliana su hermana mayor. Le he preguntado por qué me llaman Lucila cuando mi nombre es Luci, pero ha evitado mi pregunta. También estoy dándole vueltas a lo de las ancianas, y he llegado a la conclusión de que probablemente se referirán a sus abuelas.
- Alex, sabes que no se puede consultar a las ancianas custodias por cualquier motivo, como también sabes que ellas no tienen la solución al problema de Lucila. Ya las hemos llamado muchas veces a lo largo de estos... - Ariane me mira y rectifica. - Después de este tiempo. Y las respuestas que nos han dado siempre han sido imprecisas.
- ¿Os referís a eso de mi memoria? - Pregunto extrañada. Todas las preguntas acuden a mí de golpe, y salen en tropel por mi boca. - ¿Y qué es eso de que no puedo enfermar? No entiendo nada... ¿Es qué soy una supergirl o algo así? - Digo irónicamente.
- Queda claro que se te da muy bien eso de mantener la boca cerrada, Alexander. - Escupe Eliana por encima de su taza de té.
- Algo le he explicado, pero ha sido por fuerza mayor. Se ha desmayado y sabéis que no puede enfermar.
- Eso es cierto, pero sí que puede tener ataques de pánico. Que se haya desmayado no quiere decir que esté enferma Alex, puede que hayan sido solo nervios.
"Esa es una opción probable. Más que probable."
- ¿Ariane, me estás diciendo que se ha desmayado por los nervios y que ha estado inconsciente toda la noche por ello? Eso no tiene sentido... - Alex habla con tanta convicción que me veo obligada a intervenir.
- Algo de sentido si tiene... - Admito avergonzada. - La verdad es que estaba bastante nerviosa en ese momento... - Aunque no tengo ningún espejo cerca se por el ardor que noto en las mejillas y la mirada divertida de Alex que me he sonrojado.
- Bueno, yo de igual forma quiero consultar con ellas. Que se desmaye lo puedo aceptar, pero que permanezca inconsciente toda la noche no. Además, quiero saber porque esta vez no ha perdido la memoria - Le dice a su madre.
- Bah, vamos a hacerlo ya Ariane. Éste es tan testarudo que si no le ayudamos estoy segura de que lo hará el solo y la cagará otra vez - Dice Eliana recostándose en el sofá con gesto indiferente.
- Eliana, te he dicho muchas veces que en mi casa no se utiliza ese vocabulario. - Ariane solo ha alzado un poco la voz, pero con tal contundencia que me ha puesto el vello de punta.
- Perdón. - Se excusa Eliana amargamente mientras acaba de acomodarse en el sofá.
- Bueno, Alex y Eliana preparad todo lo necesario. Lucila, tu ven conmigo que te explicaré algunas cosas, por favor. - Su tono vuelve a ser dulce y me tranquiliza un poco.
Se levanta del sofá y me conduce hacia la puerta. Me invita con la mano a seguirla por el pasillo, miro a Alex antes de levantarme y él asiente con la cabeza apretando mi mano para tranquilizarme y funciona, me tranquilizo al instante. Queda confirmado este misterioso chico que tiene total control sobre mis estados de ánimo. Acto seguido me levanto y me voy junto a Ariane.
- Vas a ver como consultamos a las ancianas y te resultará muy extraño, pero no debes tener miedo - Voy un paso por detrás de ella en el pasillo, fijándome de nuevo en todas las fotos de la pared. - Te voy a explicar algunas cosas para vayas asimilándolo todo. - Se dirige hacia unas escaleras que van al piso de arriba. Al llegar a la puerta cerrada que hay al final de las escaleras, se gira hacia mí y me dice: - Para que puedas entender todo lo que vas a ver a continuación, necesito que tengas la mente abierta Lucila. - Noto como aguanta la mano en la puerta y entiendo que está esperando a que le diga algo, y como de momento no puedo hablar me limito a asentir con la cabeza. Cuando abre la puerta y se enciende la luz, no puedo creer lo que ven mis ojos. Es una habitación de unos veinte metros cuadrados sin ventanas, está iluminada por candelabros que cuelgan de las paredes, y si, aunque cueste creerlo, en lugar de bombillas hay velas. De hecho, las hay por todas partes iluminando la estancia con un brillo anaranjado. No tengo idea de cómo ha hecho Ariane para encender todas las velas con solo abrir la puerta, cuando estaba a medio abrir he podido ver que no había luz y ahora toda la estancia esta iluminada. Imagino irán con un sistema de tuberías de gas comunicado con la puerta.
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DIATHAN. El despertar de la piedra lunar.
FantasyMi nombre es Luci y tengo dieciocho años, o por lo menos eso es lo que creía hasta hace pocos días. Mi vida en Portage Lake era tranquila y común. Tenía unas amigas maravillosas, una madre algo despistada, e iba a la universidad como cualquier chica...