Capitulo 1

615 17 2
                                    

¿Porque lo haces? - Pregunto una voz entre cortada, mientras su respiración hacía eco en la paredes y retumbaba en los oídos de la persona que la observa fijamente sin permitirle a sus ojos dar parpadeo alguno.

- Jamás lo entenderías - Se oyó una breve respuesta de una muchacha que mantenía su mirada cabiz bajo
- Claro que no podre entenderte si no me lo dices - El silencio se apodero de aquella pequeña habitación donde se encontraban, pasaron algunos minutos que casi parecieron eternos cuando la pequeña de tez pálida y ropa desalineada decidió mover su boca para articular las palabras que yacían enterradas en lo más profundo de su garganta.

- Soy inútil - Dijo rompiendo por fin el silencio en que se encontraba.

- Claro que no eres inútil - Se oyó una respuesta, su corazón comenzó a hablarle.

- Todos me maltratan - Dijo mientras parpadeo débilmente.
- Yo no lo hago. 
- Soy sumamente horrible - Articulo ella mientras llevaba sus manos hacia su rostro para cubrirse con estos.
- Eres hermosa para mí - Dijo amablemente su corazón.
- Nadie me ama - Replico la muchacha.
- Yo te amo - Decía mientras intentaba que esas palabras llegaran hacia ella.
- Claro que no, todos me olvidan y engañan, me utilizan como una muñeca de trapo, nadie piensa en mí - La joven dejaba caer una lagrima que rodó por su mejilla.
- Yo no te olvido, pienso en ti cada día, cada hora, minutos y segundos recuerdo tu pequeña sonrisa que era capaz de iluminar mis días - Dijo su corazón tratando aliviar el dolor que su dueña sentía, liberando en esas palabras la más pura de las verdades.
- ¡Cállate! Solo dices estupideces, solo mientes como cualquier otra persona que se encuentra a mi alrededor - La joven comenzaba a exasperarse.
- Nunca te mentiría, ni aunque la tierra se derrumbara o las altas montañas cayeran, aun si el gran océano se secase, yo jamás te mentiría - Decía ya un poco frustrado el corazón, ya que la joven no quería creer en sus palabras.
- ¡Cállate! ¡Cállate! ¡No necesito tu compasión, no necesito de ti! - Grito a gran pulmón, frunciendo su ceño.
- Solo quiero ayudarte, quiero que entiendas el dolor que te causas, yo... solo quiero ayudarte... - Musito su corazón.
- No necesito la ayuda de nadie, no quiero que me ayudes, solo vete y déjame tranquila de una maldita vez - Decía la muchacha mientras otras lagrimas escapaban por sus ojos.
- ¿Estás segura de tus palabras? Si me dejas marchar ahora no volveré... - Dijo como ultimátum aquel corazón ya casi rendido por no poder convencer a su dueña para que acabara con las auto lesiones que se provocaba.
- Si. - La muchacha levanto su mirada y pudo notarse una expresión de melancolía envolviéndose con angustia y odio, en ese mismo instante en que ella miro hacia delante pudo notar como poco a poco algo se aleja de su lado, dejándola sola en aquella habitación.
- Está bien, es tu decisión. - Dijo por ultimo y una gran soledad invadió el lugar.


Su corazón, su tan preciado corazón se marchaba sin mirar hacia atrás y en ese mismo instante se le dio permiso a los pensamientos, escucho una voz en su cabeza que le dio incentivos para hacer algo que cualquier persona sobre la tierra sentiría miedo o vergüenza de hacer, pero en ella ya no habitaban sentimientos sino, más bien, decisiones, con demasiada determinación y sin vacilar tomo su cúter, y observo su brazo izquierdo y una voz en su cabeza pregunto:
- ¿Estás lista?
- Si - La joven solo miraba su brazo, trago saliva y con gran determinación se dio inicio a una nueva cicatriz.

Esto hace el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora