Capitulo 40

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Nota: Capitulo con dos partes.

Parte 1:

- ¿Por que estas aquí? - Logre decir finalmente.
Sus ojos reflejaban aflicción mientras que su cuerpo se tensaba, note sus manos temblar al momento de hablar. - Sé que descubriste un articulo sobre Lay y vine a hablarte de ello. - Sus ojos se mantenían penetrantes en mi - ¿Te gustaría saber lo que pasó?

Hace 3 años:

Narra Chanyeol:

- Es una lastima que no estemos en el mismo instituto.
- Ya paso un año desde que estamos en distintos institutos, ¿Acaso me extrañas? - Reí ante mi comentario mientras que Luhan golpeaba mi hombro para luego soltar una leve risa.
Esa era la clase de amistad que teníamos, tan sincera y fraternal. Habíamos crecido juntos, viviendo en el mismo vecindario, nuestros hogares estaban en la misma acera, uno al lado del otro. Aunque mi padre se marcho hacia ya mucho tiempo y mi madre solía ausentarse por varias semanas por su trabajo tan agotador dejándonos solos a mi hermanita y a mi, no podía quejarme, no podía decir que nunca había experimentado el amor de una familia ya que los padres de mi mejor amigo me recibían siempre con los brazos abiertos. Logre saber el significado del amor familiar gracias a ellos y estaba mas que agradecido.
Pero desde hacia un año Luhan y yo, que solíamos compartir y vivir prácticamente juntos nos habíamos separado un poco, ¿La razón? era simple, él y yo comenzamos a asistir a diferentes institutos aunque no solíamos vernos en clase y pasar toda la mañana juntos como antes, aun seguíamos viéndonos en nuestro vecindario.

- Dime, ¿Hay alguna chica del instituto que te guste?
- No. - Después de responder, pregunte. - ¿Que hay de ti?
- Bueno. - Luhan esbozo una sonrisa. - Hay alguien pero...
Callo un momento. - ¿Pero que? - Pregunte intrigado.
- Es solo que ella no pertenece a nosotros, a los populares. - Comencé a reír por su comentario.
- ¿Y eso que importa? - Dije mientras continuaba riendo, a Luhan de verdad le gustaba ser parte de esos idiotas.
- Si al menos ella estuviera con nosotros, podría invitarla a salir.
- ¿Que te gusta de ella? - Pregunte mientras me recostaba sobre el verde césped del parque.
- Bueno ella es muy bonita y no necesita maquillaje para serlo. - Podría jurar que mi amigo lanzo una gran sonrisa cuando hablaba de esa misteriosa chica. - También es muy inteligente, tiene las notas mas altas de todo el salón, su cabello es bonito también y aunque use remeras holgadas y jean's eso no evita que pueda verse genial. A muchas chicas les queda fatal usar ese tipo de vestimenta pero a ella no. Se ve muy bien con todo lo que usa, pero creo que se vería mas hermosa si usara un vestido o falda.
- ¿Que hay de su personalidad? - La gran sonrisa fue cambiada por un largo suspiro.
- No lo sé, aunque la contemple cada día en el salón aun no logro ver una sonrisa en sus labios. - Llevo una mano a su cabello y lo revolvió. - Es como si estuviera triste cada día que pasa, no tiene amigos y siempre se la pasa observando la ventana del salón. Incluso intente hablarle una vez.
- ¿De verdad?, ¿Que paso? - Pregunte.
- Unos idiotas la arrojaron al suelo, cuando ellos se fueron me acerque para ofrecerle mi ayuda pero solo me rechazo. Al principio me veía con miedo pero su expresión cambio a una fría y distante. Ella se parece mucho a una princesa de hielo.

Después de escucharlo hablar llegue a la conclusión que le gustaba demasiado, aunque intente animarlo para que se acercara a ella, Luhan solo se negó, dijo que era preferible salir con alguien que este en el mismo grupo.

- Oye, ¿Ya viste la nueva familia que acaba de mudarse? - Decidí que era mejor cambiar de tema.

Luhan no parecía importarle que hablara de otra cosa. Me comento que sabia de la nueva familia que se había mudado al vecindario, frente a mi casa.
Lucían como un matrimonio muy feliz, solo tenían un hijo, Luhan dijo que el nombre de ese chico era Lay pero que no debía acercarme a él ya que lucia como un perdedor. Honestamente era lo que menos me importaba, pero solo fingí estar de acuerdo con mi amigo para que se callara, cada vez que hablaba sobre los ganadores o perdedores me daba dolor de cabeza, así que prefería no discutir con él sobre ese tema.

Esto hace el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora