Capítulo 19

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Era increíble lo rápido que el clima había cambiado durante el tiempo que había estado en Londres, pero aun así era hasta cierto punto relajante, pues era casi como si el estado de tiempo se estuviera acomodando con respecto al ánimo que tenía o a lo que estuviera pasando.

En aquellos momentos las gotas de lluvia caían acompasadas contra el cristal de la ventana del automóvil que nos llevaba a Raphael y a mí hacia la Logia mientras todo lo demás permanecía en un agradable silencio (supongo que en algún punto de aquel día mi cerebro se había sobrecargado con tanta información y ahora simplemente necesitaba un poco de calma). Cosa rara que los Vigilantes hubiesen mandado un auto pequeño, aunque del obligatorio color negro, en vez de una de sus amadas limusinas; aquello sólo podía significar que ellos debían de estar mucho más asustados de lo que dejaban ver, y no había manera de negarlo.

El próximo movimiento del conde era algo inminente y el único verdadero problema era tratar de unir las piezas de su enrevesado plan, pues nada parecía estar conectado realmente de alguna manera.

De hecho, aún tenía escalofríos por lo que habíamos descubierto por la mañana y ahora, a pesar de la terrible ansiedad que sentía por saber que escuchaba la voz del conde en mi cabeza, trataba de no parecer tan afectada.

Y, después de que Raphael me explicara que en el pasado el conde solía meterse en la mente de las personas, hablar sin mover los labios dentro de sus cabezas y hasta (en el caso de Gwendolyn) ahorcarlos sin mover un sólo músculo nos quedó más que claro que el conde sí que planeaba algo conmigo y que en estos precisos momentos se encontraba vagando por las calles londinenses, acechando, listo para lo que fuera que estuviera tramando, a menos de que ahora pudiese realizar todos esos trucos a kilómetros de distancia de nosotros, lo cual era un inconveniente aún más grande.

Además, si faltaban indicadores para saber lo mal que todos debían de estar incluso Xemerius, que siempre parecía tan despreocupado y divertido por la vida (sin contar los momentos en los que se ponía todo dramático y fingía enfurruñarse con el mundo) tenía un aire claramente nervioso. Hasta Raphael que no podía ver al daimón gárgola me susurró durante una de las rondas de vigilancia de Xemerius que Gwendolyn pensaba que era en extremo difícil conseguir preocupar por demasiado tiempo a Xemerius, a pesar de su increíble lealtad. Realmente debía de temer por la vida de su amiga inmortal y de toda su familia.

Y a todo eso teníamos que agregar lo que había pasado la noche anterior durante la junta de los Vigilantes.

-No se supone que les cuente esto -había dicho Xemerius mirando de un lado a otro con nerviosismo y con sus garritas básicamente temblando cuando finalmente se decidió a revelarnos sobre lo que estaban hablando Gwendolyn y Gideon en el tejado-, pero qué más da. Por la noche, mientras los Vigilantes seguían discutiendo sin llegar a nada en concreto aparecieron más versos sin sentido en la vieja mazmorra en donde tenían encerrado al conde. Bueno, en realidad no eran profecías ni nada como eso, eran pedazos de poemas de Shakespeare, pero que claramente fueron enviados por el conde, así que el significado del mensaje termina siendo el mismo que si escogieran palabras al azar de un diccionario de los gordos.

Seguramente me le quedé viendo a Xemerius con los ojos como platos porque Raphael, que no había escuchado nada de lo que había dicho el daimón agitó mi brazo mientras trataba de conseguir que yo hablara.

-¿Qué ha dicho? ¿Por qué pones esa cara? ¿Tan malo es?

-¿Qué? No, no tanto -le había respondido, porque era la verdad, aunque saber cada vez con más seguridad que el conde ya podría estar instalado nuevamente en Londres no era ni mucho menos más reconfortante. Entonces le expliqué lo que había dicho Xemerius, aunque por obvias razones omití su último comentario (lo admito, tenía su gracia, pero tenía pensado comenzar a ser tomada un poquito mas en serio cuando se tratará sobre el asunto del conde y todo eso y Xemerius no era precisamente de mucha ayuda).

Piedras Preciosas. Una nueva generación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora