Capítulo 12

47 3 3
                                    

Una semana después me di cuenta que la frase "El mundo es un pañuelo" era mas cierta de lo que cualquier persona que no fuera parte del elenco de alguna telenovela podría creer.

Ese martes en la tarde, Diana y yo hablábamos sobre nuestras nuevas clases en el CBA.

-Te cuento que me tocó en el aula 13, justo al frente de Eduardo. Hablando de eso...se me olvidó comentarte...- la expresión de Diana me inquietaba aún más.

-¿Qué pasó con Eduardo?

- Vi a Nicolás saliéndo del mismo salón que Eduardo.

No pasó ni siquiera un segundo desde que mencionó que el chico que estuvo en mi corazón y el que ahora lo ocupaba eran compañeros de clase, y mi cabeza empezó a mandar pensamientos de todo tipo mil por hora.

Pero el pensamiento principal consistía en el deseo de que ambos nunca se enteren que conocían a una misma chica de baja estatura y pelo rubio oscuro de nombre Valentina. Pero sabia que el CBA era demasiado pequeño como para decir que nunca se enterarían.

En una semana, mi deseo quedaría completamente en el olvido.

Dos días después de que Diana me diera esa noticia, pasaba tranquila por el pasillo mas estrecho del centro, camino al baño; vi que Nicolás pasaría por mi lado, y no encontré un camino alternativo para escapar. Tenía la esperanza de que no me hable, como lo hacía cuando estaba con sus amigos.

-Hola Valen- Nico me mostró su dulce sonrisa, antes de saludarme con un beso en la mejilla.

-Nico- Sonreí a modo de saludo.

Así seguimos con nuestros caminos.

Esa semana había pasado, el laboratorio de química pasó de lo mas tranquilo, ya que el profesor Gabriel era lo bastante estricto con respecto a dejar a los estudiantes moverse de sus mesas de trabajo y la mesa de Eduardo quedaba bastante lejos de la mía.

Los sucesos del día siguiente fueron los que menos me esperaba. Ese día era el laboratorio de Biología, y el profesor (también coordinador) Manuel al parecer tenía un concepto diferente al profe de Química. Dejo que todos se movieran para conseguir la parte bibliográfica del informe.

Unos de esos momentos, Eduardo se acercó a nuestra mesa y directamente soltó la sopa.

-Con que Nicolás Quil ¿eh?- Eduardo se dirigió a mí con ese tono pícaro tan conocido de él.

-¿De quién hablas?

-De Nicolás, el chico al que saludaste el otro día.

-Y tú, ¿de dónde lo conoces?- traté de hacerme a las locas.

- Está en mi clase en el CBA...Te gusta ¿no?

-Estas loco.

Fue el laboratorio más largo de mi vida. Eduardo seguía molestándome con Nicolás, y Diana se empeñaba en ayudarlo y afirmar que me gustaba.

La semana que seguía fue la más frustrante de mi vida. No porque Eduardo me moleste con su compañero de clase; es más, olvidó el tema por completo. Sino por el hecho de que sus cambios de humor me sacaban de las casillas.

La semana comenzó con una exposición de Literatura. La profesora decidió que los últimos que quedaban en exponer, lo harian juntos. Yo era una de los últimos.

Apenas la profesora nos ordenó que todos vayamos al frente, fui la primera en caminar hacia la pizarra. Después vino Eduardo, se paró a mi lado.

Going DownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora