Number nine-SiHyuk.

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Abrió los ojos y se giró, acostumbrado a encontrar a aquella persona a su lado, como siempre. Sin embargo, esta vez estaba vacía, como los últimos días, los últimos meses. Cerró los ojos, y trató de no pensar en lo monótona que había regresado a ser su vida cuando él terminó con aquella linda relación de tres años. Respiró hondo y sintió la familiar sensación de las lágrimas formarse en sus ojos. Sacudió su cabeza, tratando inútilmente que sus lágrimas no salieran. Lógicamente no fue así, se hallaba de nuevo llorando, por él.

Se levantó de la cama después de mantenerse mirando una de sus pantuflas con los ojos perdidos y la vista borrosa por las lágrimas que continuaban escurriéndose y cayendo a la alfombra blanca bajo sus pies. No era buena idea recordar, no deseaba recordar. Su mirada se elevó y observó la ventana por algunos segundos, estaba nevando. A él le gustaba la nieve.

Un suspiro tembloroso emergió de sus labios y se colocó las pantuflas para no sentir el frío piso bajo las plantas de sus pies. Anduvo con cierta tranquilidad por la habitación para buscar su ropa que se pondría ese día. Sin embargo, la pequeña nota que se hallaba pegada a su armario, bastante desgastada y a nada de despegarse le entretuvo. El papel amarillo vistoso rezaba un: 20 de Enero. Recordó que él mismo la había puesto para no olvidar los aniversarios. Fue el día en que empezó su relación.

Estuvo alrededor de veinte minutos observando aquel diminuto papel manchado con tinta negra, intentando contener su llanto, esta vez teniendo más éxito. Los labios le temblaban y se mantuvo indeciso sobre arrancarla o seguir siendo masoquista y dejarla ahí. Era 20 de Octubre, estarían a nada de cumplir los cuatro años en ese día. ¿Cómo había sobrevivido tanto sin estar con nadie?

Cerró los ojos y se decidió por ser masoquista, dejando la nota ahí hasta que se cayera, solía renovarla cuando se caía, pues no quería olvidar un día tan importante como ese. Tomó sus mejores ropas y las dejó sobre su cama, yendo con toda la flojera del mundo a tomar una ducha, ya la necesitaba, necesitaba sentirse relajado. Tenía bastante tiempo que pensaba en él. Todo le recordaba a él.

La idea principal no era precisamente esa, no planeaba terminar como lo estaba ahora. Estaba en su mirador preferido, ahí donde siempre lo había llevado, la ciudad de Seúl se hallaba realmente asombrosa desde las alturas, más que nada por las luces destellantes y el frío por la altura desde donde estaba. Sus ojos se aguaron nuevamente, le necesitaba demasiado.

Su cabello se hallaba húmedo aún y le transmitía más frío, a pesar de todo el tiempo que había pasado, no había vuelto ahí, a su lugar especial. No había tenido el valor de finalmente ir ahí solo, haciendo oficial su ruptura aunque ya no habían hablado de nuevo.

La nieve caía sobre la ciudad, dejando incluso algunos copos blancos sobre su cabellera oscura y dejándole la nariz roja por el frío que hacía. Ni su mejor chaqueta de cuero le abrigaba a pesar de llevar algunos suéteres debajo. No había pensado que realmente hacía tanto frío y no había planeado salir del coche cuando fue por comida, pero se desvió, tomando la primera carretera que le llevaba a ese mirador.

Respiró hondo de nuevo, su mente trayendo recuerdos innecesarios que había pasado con ese hombre que le lastimó tanto al final. Lo peor era que no había hecho nada malo, sólo le terminó porque su relación ya no era la misma. Él también lo había sentido, pero se había vuelto dependiente, y después de todo, lo amaba. ¿Tan fácil había resultado olvidarse de él? ¿De su relación más larga? Para él no, para él era tan complicado que había tomado mucho tiempo para superarlo y para colmo no lo había hecho por completo.

Su corazón dolía, sentía cómo sus latidos se aceleraban y un nudo se formaba en su garganta, deseaba derrumbarse de nuevo. Pero no podía, se había prometido seguir adelante.

Sing. (OneShot Proyect)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora