-Inspector, ¿a dónde vamos? –Preguntó Logan, presa de los nervios y la emoción.
-¿Otra vez, muchacho? Ya te lo he dicho, nos vamos al museo, ha habido un robo. –Suspiró Paxton con impaciencia.
-Inspector...
-Muchacho, ahora no, tenemos prisa.
Logan se calló, mientras Paxton conducía a toda velocidad, seguido por otros tantos coches de policía. En unos minutos, se plantaron allí. El inspector salió corriendo del coche, y sacó un megáfono, mientras gritaba:
-¡Salga de ahí! ¡Está rodeado!
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Ariane maldijo un montón de veces para sus adentros. Sí, el cuadro, eso ya lo tenía. No le hacía falta más que subir por la cuerda, y ya se iría. Pero le habían saltado las alarmas del museo, y la última vez que una cosa de ese tipo ocurrió... Ya ni siquiera la recordaba.
Se le había estropeado el aparato que utilizaba para liberar el humo y dejar a la vista los láseres que protegían los cuadros. Y ahora estaba rodeada por todo el cuerpo de policía.
La voz de un policía llegó a sus oídos, haciendo que su columna vertebral se pusiera en tensión completamente. Estaba a escasos metros de la cuerda, y los policías no tardarían en llegar. Decidió arriesgarse, y en una carrera loca, se lanzó a escapar.
Justo entonces, la policía abrió la puerta del museo, y Ariane empezó a trepar por la cuerda rápidamente, con la misma agilidad de los gatos.
-¡Ahí está! –Gritó alguien.
De simple curiosidad, Ariane giró la cabeza para mirar a quién había hablado, y le dio un ataque de histeria. Era el mismo chico con el que se había chocado en la calle. Ella había hecho de todo a su pelo, incluso se había pintado de negro, y se había colocado una venda con unos agujeros en los ojos. Si la reconocía, acabaría muy mal, porque cuando él la había visto, iba con el uniforme de la librería.
El cuadro le estaba dificultando mucho la escalada.
"Maldición". Pensó Ariane.
Miró abajo, y vio que un policía situado justo debajo de ella estaba a punto de sacar la pistola.
Así que tomó una decisión que no se esperaba en absoluto.
Le dejó caer el cuadro encima de la cabeza, dejándolo inconsciente.
Y al final consiguió subir y escaparse. Sacó la cuerda de su enganche a toda prisa, para evitar que los policías tuvieran una prueba más.
Inmediatamente, descendió por el mismo canalón por el que había ascendido, y se dio a la fuga, porque sabía que a pesar de todo, la iban a seguir persiguiendo.
Mientras escapaba, oyó las sirenas de los coches de policía un buen rato, hasta que saltó por unas verjas metálicas, por donde se había marchado más de una vez, y la policía le perdió el rastro.
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-¡Maldita sea! –Gritó Paxton mirando las vallas por donde hacía apenas unos minutos había escapado la ladrona.
-Inspector... -Empezó Logan.
-Hacía años que no se me escapaba nadie, ¡años! –Vociferó el inspector sin hacerle caso, terriblemente frustrado.
-Inspector, se lo ruego, estamos en comisaría, delante de todo el mundo, haga el favor de calmarse. –Insistió Logan.
El inspector Paxton miró a su alrededor y decidió callarse el fastidio para sí, porque comprendió que estaba allí para dar ejemplo a los demás, y que no podía dar la nota de aquella manera.
-Acércate, muchacho.
-Dígame. –Dijo Logan, conteniendo el aliento.
-Tengo mis sospechas de que esta chica, la que estaba robando, es exactamente la misma que ha cometido los robos en las joyerías. Te voy a encargar de que investigues ciertos robos, y compruebes que están relacionados. Te daré una orden para que los demás policías te presten su ayuda si lo requieres.
-Gracias, inspector.
-Escucha, es mejor que hables con el forense, pero ahora déjalo, mejor mañana. Mejor vete a casa. Solo te encargas de cubrir el turno de día. Ya te encargarás en otro momento de lo que te acabo de decir. Buenas noches.
-Buenas noches, inspector.
Logan salió de la comisaría bajo la atenta mirada del resto de los policías, que lo miraban con lupa.
"Todavía no confían en mí". Pensó Logan, decepcionado. "Pero pronto les demostraré que aunque soy el novato, puedo hacerlo como ellos o incluso mejor."
Se dirigió a su casa, dispuesto a esforzarse a la mañana siguiente todo lo posible, y dedicarse exclusivamente a resolver aquel caso.
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-Déjame en paz, Pelusa. –Ariane despachó a su gato de un pequeño golpe.- No tengo ganas de jugar ahora.
-¿Miaau? –El gato blanco, con apenas unos meses de vida, no quería darse por vencido.
-Ay, está bien, aunque no tengo ganas.
Ariane cogió al gatito blanco en brazos, y se tumbó encima de la cama, acariciándolo para relajarse un poco.
Le fastidiaba que el robo le hubiera salido tan mal. Hacía años que no conseguía robar lo que quería, o se proponía.
-Ay, Pelusa, ojalá pudieras ayudarme. –Dijo alzando al gatito por encima de su cabeza.
-¿Miau? –Maulló el gato, mirándola con curiosidad.
-Ay...
Ariane le dio un abrazo al gatito, hasta que terminó durmiéndose.
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¡Hola! Aquí una actualización después de casi medio mes, espero que la disfrutéis, y hasta luego :)
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Persecución [Pausada]
RomanceAriane es una chica que podríamos ver como una más. Veintitrés años, pelirroja, ojos verdes, una sonrisa dulce, trabajando en la librería de la esquina. Pero lleva una doble vida. El otro lado de su personalidad: es una ladrona profesional. Después...